*•.¸♡Escondiendo Nuestro Amor¸.•*

En la batalla de las 12 casas

Marín salió del santuario aquella vez con la intención de ir con su supuesto hermano, pero no fue muy lejos, ya que se entero de lo que que empezo a ocurrir en el santuario.
Seiya y los demás llegaron al santuario con Athena, obviamente el patriarca no iba dejar que algo así ocurriera y mando a matar a athena; ahora la única salvación para ella es que los caballeros de bronce se enfrenten con los caballeros dorados con el objetivo de llegar con el patriarca para que vaya a retirar la flecha del pecho de Athena, pero ella sabía que no podrían lograrlo por completo, puesto que el patriarca era un impostor.
Marín estaba preocupada por esta noticia, pensaba en Seiya, Shiryu, Shun, Hyoga e Ikki, los caballeros dorados son mucho más poderosos y no podrían salir con vida de eso, pero sabía que al menos tendría a Aioria de su lado, o eso suponía; regreso al santuario sin haber avanzado mucho en su camino a Japón, por eso regresar fue rápido.

Corrió lo más rápido que pudo entre las casas del zodiaco, pero mientras avanzaba se topo en medio camino con uno de los sirvientes del patriarca conocido con el nombre de "Jaki" un guerrero que se conocía por ser despiadado. Comenzó a decirle que Aioria y Seiya estaban peleando y que Aioria estaba llevando la ventaja en la batalla, con el objetivo de matar a Seiya.

Marín no podía creer que Aioria de verdad haya seguido el plan del patriarca al pie de la letra, algo estaba muy mal, pero en ese momento no podía pensarlo demasiado ya Jaki la tomo desprevenida con un golpe, por suerte logro esquivarlo pero al siguiente no sería tan fácil.

Para Marín sería fácil derrotar a un tipo como ese, pero lo difícil fue que el tipo no la dejaba atacar, y cuando tuvo algunos chances solo tenía la mente turbada por lo que ocurrió con Aioria "El no mataría a Seiya directamente, el tendría que saber la verdad ya, pues Athena y los caballeros de bronce no están muertos por el, algo debió hacerle cambiar de opinión para no matarlos"

Marín pensaba, pero Jaki la saco de sus pensamientos con un golpe violento casi la tira por el precipicio junto a ellos. Apenas logro evitar caer, colgandose del borde de este dependiendo únicamente de su brazo derecho. Se sujeto con fuerza y trato de subir, pero el tipo le hacía perder la fuerza pisando su mano y creando inestabilidad en su brazo que aguantaba todo el peso de su cuerpo, trataba de cambiar de pocisión y brazo, pero el lograba encontrar la manera de hacerle los planes más difíciles.
En cuanto estaba perdiendo la fuerza, Jaki la tomo de las muñecas y la subió al suelo firme, sin estar en riesgo de caer al precipicio, pero la situación empeoró, ya que el comenzó a presionarla con tanta fuerza que sentía que se iba a romper como un cascarón. A pesar de que sentía dolor, también llegó a sentirse muy incómoda por la situación, era humillante que un idiota así pudiera hacerle eso a ella, pero ya no podía pelear y ganarle a el de la forma que ella hubiera querido, estaba cansada y lastimada.
Aún así no dejaría que la matarán tan fácil. Puso su fe en Seiya de que lograría encontrar una solución con Aioria; no podía ser posible, ella se negaba a creer que Aioria de verdad se volvió en contra de ellos por completo, respaldado por la única orden del patriarca, "El debió haberle hecho algo"

Con la fuerza que aún le quedaba, empujó a Jaki junto a ella hacia el precipicio y los dos cayeron.
Marín estaba segura de que iba a morir, pero sabía que no podía, no ahora. Más allá del tema de su hermano, ahora tenía a Seiya y . . . .

- Aioria

Dijo casi en un susurró mientras caía al vacío.
La motivación en sus pensamientos no la dejarían morir. Se sostuvo a una pared del acantilado antes de seguir cayendo. Desde ese punto comenzó a escalar de nuevo a tierra firme, arriba del acantilado.

Ahora que podía tener el pensamiento más despejado, trataba de decifrar que le había ocurrido a Aioria. En definitiva el patriarca tendría que estar detrás de este asunto.
Cuando consiguió estar en tierra estable, emprendió de nuevo el paso hacia la casa de Leo.