Una vida ordinaria

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Advertencia: este cap contiene un poco de lemon

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La batalla contra Poseídon había acabado y de inmediato el santuario recibió las buenas noticias.
Aunque Marín creyó que lo mejor sería irse del santuario en cuanto terminará está batalla, pensó en quedarse un tiempo en el santuario; tenía el plan de ir a buscar a su hermano, pero no quería dejar a Aioria, por eso decidió esperar.

En los últimos días Marín se había alejado de Aioria y se quedó todo este tiempo en su antigua casa que apenas se mantenía en pie por si misma ; a pesar de que ya había iniciado algo con el, ella no podía tomarselo a la ligera, en el santuario no había lugar para relaciones amorosas, así que decidió distanciarse de el para no arriesgar a Aioria. Ella tenía miedo de que si los descubrian pondría a Aioria en una pocisión difícil, y eso era lo que menos quería.
Pero a pesar de todo, no pudo resistir el distanciamiento por tanto tiempo.

En un día de esos, Marín decidió irse a pasear por la casa de Leo. No importaba que el antiguo patriarca ya no estuviera, ella había abandonado el santuario y eso era castigado con la muerte, por lo que seguía siendo cautelosa al moverse por el santuario.

No habían pasado muchos días desde la última que vio a Aioria, pero eran suficientes días para que ella extrañara su presencia, y para que Aioria también lo hiciera (o eso suponía Marín)

Al llegar ahí, entro con prevención y fue silenciosa en cada paso que daba, avanzo por el pasillo hasta llegar al centro de la casa, miro a su alrededor buscando al chico, pero no estaba en ningún lado; tenía miedo de llamarlo en voz alta, no sabía con exactitud si Aioria estaba ahí, no quería arriesgarse a que alguien supiera que está ahí.
Al no ver a nadie, instó por irse del lugar y tal vez volver más tarde, se dió la vuelta para salir de ahí pero entonces alguien la llamo por su nombre, miro hacia atrás y vio a Aioria caminando hacia ella con prisa, luciendo como siempre una encantadora sonrisa.
Ella solo permaneció en su lugar sin hacer movimiento alguno, pensó en acercarse también a él pero quiso esperar a ver qué haría Aioria cuando estuviera frente a ella, y exactamente era lo que más deseaba en ese momento. En cuanto el llego frente a Marín, la miro a la cara con una tierna sonrisa y repentinamente la abrazo con fuerza.

- ¿Por qué no viniste a visitarme antes?

Pregunto en tono de broma, pero con algo de verdad

- lo siento, tenía que haberlo hecho hace tiempo pero no quería. . .

Titubeó

- está bien no debes preocuparte ¿Si? Solo bromeaba - interrumpio al momento que se reía de forma sutil - ¿No crees que si te hubiera extrañado tanto yo tendría que haber sido el que te buscará?

- entonces no me extrañaste porque no me buscaste

Comentó entre risas

- eh! No es que. . . . ! *Exhala* quería hacerlo, pero ser un caballero dorado no es fácil - río nervioso - pero te juro que pensaba en ti todo el tiempo, no tenía idea en dónde te habías metido, aunque pensé muchas veces en buscar el lugar donde estabas

Marín carraspeó

- yo no pude buscarte, pero me alegra verte otra vez

Dijo tomando a Aioria de los hombros

- yo también. Me moría por verte otra vez

Ella sonrió y volvió a abrazarlo.

- ¿Sabías que durante este tiempo hice una regla exclusivamente para ti?

- ¿Ah sí? ¿Cuál?

El puso su mano en el borde inferior de la máscara de Marín y se la quito de forma lenta.

*•.¸♡Escondiendo Nuestro Amor¸.•*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora