Un degradado de colores naranjas teñía el cielo cuando Bakugo miró por la ventana. Ambos habían terminado ya de comer y ahora solo esperaba que Kirishima terminara las fresas de su postre para irse.
Miró brevemente la pantalla de su celular y se mordió la mejilla al ver la hora, solo había ido por unos estudios, ¿en qué momento terminó comiendo pastelillos junto a un pelirrojo extraño?
Alzó la vista para encontrar a Eijiro mordiendo el último fruto, le sonrió después de metérselo en la boca y Katsuki se llevo una mano a la barbilla, rozándola para indicarle que se había manchado. Kirishima tomó el cuello de su camiseta y se limpió rápidamente, avergonzado. Bakugo volvió al aparato y entró al buscador.
¿Cómo había dicho que se llamaba? ¿Miopatía centronuclear?
Tecleó el dichoso —o desdichado, mejor dicho— nombre del padecimiento y bajó el teléfono de la mesa aún en su mano, escondiéndolo de los ojos de su acompañante.
Miopatía es el término médico que hace referencia a la enfermedad muscular.
No pintaba bien.
—Eh... —Eijiro llamó su atención —Debo ir al baño... ¡No tardo! Cuando regrese nos dividimos la cuenta. ¡Ya vengo!
Corrió entre las mesas y desapareció al fondo del establecimiento sin esperar respuesta. Suspiró negando con la cabeza y continuó.
A pesar de ser muy poco frecuente, la Miopatía centronuclear puede producir debilidad muscular en la cara, los brazos, las piernas y los músculos de los ojos, además de problemas respiratorios.
Los síntomas generales de las miopatías incluyen debilitamiento progresivo de los músculos y una pérdida general de fuerza, incluso para desarrollar situaciones o movimientos comunes, como levantar los brazos, subir escaleras o levantarse de una silla. Normalmente se producen éstos síntomas; pérdida de tono muscular, retraso de las habilidades motoras, debilidad facial, caída de los párpados, y calambres o contracciones musculares.
Si la Miopatía es detectada a tiempo, puede tratarse con terapias que devolverán la fuerza muscular. De no hacerlo, el paciente es propenso a morir por fallos respiratorios.
Morir.
¿Qué?
Releyó varias veces ese párrafo esperando haberse equivocado, pero no era así.
Un golpe de culpa se encargó de llegarle con guante blanco y trató de recordar si había sido grosero en algún momento con él. Bakugo Katsuki era un cretino, grosero, egoísta y puede, —solamente puede— que agresivo, pero incluso él sentía la culpa suficiente como para no tratar mal a un paciente terminal.
Bueno, quizá no lo era.
Ahora más que nunca deseaba que Kirishima estuviera tomando terapia. Necesitaba saber que estaba en recuperación.
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Reddish
FanfictionSus dedos eran torpes y su respiración se perdía, le dolió darse cuenta lo tarde que era para un "te amo". · Capítulos cortos · Ambientada en un mundo sin quirks. · Créditos a Horikoshi por los personajes. · Pese a que los personajes no me pertenece...