O C H O

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Para que sepan cuál es la canción, la dejo arriba ♡
De verdad, escúchenla.

Para que sepan cuál es la canción, la dejo arriba ♡De verdad, escúchenla

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Después del catorce de febrero, todo empezó a ir cuesta abajo. Si antes la pérdida de músculo de Kirishima era rápida, ahora se había vuelto lo siguiente de alarmante; lo que alguna vez había sido un sano cuerpo, era ahora un esqueleto apenas cubierto por una capa de piel frágil que fingía protegerlo. Su estado era lamentable.

Durante sus primeras visitas siempre iba acompañado de regalos comestibles como forma de subirle el ánimo, además que se ayudaba de juegos de mesa triviales o de pequeñas distracciones para que, al menos, mantuviera algo de fuerza física en su cuerpo.

Todo había sido en vano.

A Kirishima se le había complicado consumir alimentos sólidas, duros y cualquier cosa que no fueran caldos. Los platillos de carne que le preparaba antes de ir a verlo habían sido reemplazados por gelatinas, y, más tarde, por simples batidos a los que les ponía algunos ingredientes que le gustaban. Como las fresas.

La práctica de caminata en la habitación y su pequeña actividad física ahora se había perdido en un mar de impedimentos, primero por las enfermeras y luego secundados por sus propias observaciones.

Con Eijiro así, la rutina había dejado de cambiar. Su tiempo juntos se basaba en mirarse en silencio, intercambiar algunas palabras y ver películas envueltos en las cobijas de la pequeña camilla. 

Y ese día no era la excepción.

Kirishima estaba sentado en el borde de la cama dirigiendo su mirada a la aguja que tenía en la parte interna de la muñeca, mientras que Bakugo limpiaba la capa de polvo que había en el inmobiliario del cuarto. Hacía unos días había llevado un tocadiscos entre regaños del personal, y decidió que era hora de usarlo.

Buscó entre el montoncito de fundas que llevaba en la mochila y sacó uno de Ed Sheeran. Lo acomodó y empezó a reproducirlo, satisfecho de haberlo llevado ese día.

Al notar la suave melodía que salía del aparato, el pelirrojo le mostró unos ojos chispeantes y empezó a tararear a su par. Photograph empezó de repente y Katsuki tuvo la necesidad de quitarla. Era su canción favorita y no le agradaba la idea de crear recuerdos con ella, menos si eran del tipo que en un futuro dolerían.

Sus ideas se esfumaron en cuanto escuchó al pelirrojo moverse y le dirigió una mirada inquisitiva, obteniendo como respuesta una cálida sonrisa. No pensó en lo que hizo después.

Su cuerpo se encaminó solo al lugar de su compañero, quien lo miró con una pizca de curiosidad. Bakugo se inclinó ligeramente y abrazó el delgado cuerpo de Eijiro para balancearlo hacia delante. Luego se reincorporó con ambos, consiguiendo levantarlo.

—¿Qué haces, Kats?

Tomó sus brazos con cuidado y los pasó por sobre sus hombros de manera delicada y suave, cuidando de no mover ningún tubo intravenoso. Ya que lo posicionó, aseguró su firmeza rodeándolo por el torso.

Reddish Donde viven las historias. Descúbrelo ahora