👻 Relatos cortos de Underworld Office 👻

Espina de curiosidad

ADVERTENCÍA: Capítulo para mayores de 18+, se tocaran temas de maltrato familiar. Leer bajo tu propia responsabilidad.

 Al inicio, no le prestó atención. Ni siquiera se dignó a verlo la primera vez que él llego a su salón.

No era alguien interesante, no tenía algo llamativo en su apariencia, nisiquiera resaltaba entre los demás por alguna habilidad desconocida y que se revelaría al final, o solo cuando la ocasión lo requería.

Lo cual, le llegaba a molestar a Luke, porque, sino había una razón (Al menos que pudiera verse a simple vista) entonces ¿Por qué tenía esa pequeña espina de curiosidad dentro de él?

La única respuesta que tenía para eso, era que, simplemente cuando escucho el tartamudeo del contrario, notó que tenía poca confianza dentro de sí. Y quería ayudarlo, tal vez por pena lo hacía, pero aun así quería hacerlo.

Pasaron varios días en las que el moreno daba un pequeño vistazo a su compañero de alado y volvía a enfocarse en lo suyo. Cuando eran horas de descanso, intentaba mantenerse distraído al hacer tareas pendientes o platicar con sus amigos, lo cual no servía de mucho porque dentro de su mente estaba pensando en diferentes maneras para poder hablarle al chico de alado.

Las pocas veces en que su mente dejaba de pensar en ese castaño, era cuando hacía deporte o pasaba tiempo con Gatito junto a su familia, ya sea platicando de la escuela, viendo la televisión o sino, jugando con ellos algún juego de mesa. Esos momentos era en los que más sentía calma y podía desaparecer ese estrés como curiosidad que tenía.

Había ideado planes diferentes para acercarse, desde un "Hola, me llamo Luke ¿Y tú?" Hasta una exageración donde se desmayaba y conseguía la atención del contrario. Si, a veces Luke le gustaba exagerar.

Durante las clases, el moreno se esforzaba por acercarse, pero su valentía se iba cada vez que veía al castaño voltear a verlo. Como preguntándole con la mirada "¿Qué haces?" Parecía ser que las cosas no iban a ser fáciles.

Y aun así, siguió intentando. Porque con cada día que pasaba, notaba como los pocos ánimos que mostraba tener ese chico, iban extinguiéndose. Le aterraba la idea de que sí su compañero llegaba a apagarse... bueno, simplemente no lo volvería a ver.

Al final de las clases, salió del salón y se despidió de sus amigos apenas ellos salieron. Iba a esperar al "nerd" para poder hablarle de frente y ver que ocurría. Creía Luke que su valentía se iba porque podría quedar mal frente a todos. El que tuviera una apariencia de bravucón no era nada bueno, podían malinterpretarse las cosas si no se tenía cuidado.

Espero tranquilamente, apoyado en los casilleros con los brazos cruzados. Veía como de a poco la institución iba vaciándose, solo quedarían estudiantes pertenecientes a clubs dentro de un rato. Puso atención cuando escucho los pasos lentos, acercarse a la puerta, como queriendo evitar todo lo posible de salir.

Apenas vio el color rojo de esa sudadera, lo tomo de la prenda y lo empujo contra los casilleros, su cuerpo era lo suficientemente grande como para evitar una posible escapatoria del castaño, por si acaso, coloco una de sus manos cerca del rostro del contrario para asegurarse.

Ambos se veían directo a los ojos, Eugene lucía aterrado, temblaba un poco y sus manos apretaban fuertemente las riendas de su mochila. Para él, ya se esperaba esa situación, pero, no tan tarde.

—Te puedo hacer tu tarea. — Fue lo primero que dijo, logrando escuchar un bufido de molestia por parte del moreno— ¡Te daría dinero, pero, no tengo nada!

—Y es por esto que prefiero que otros se me acerquen a mí que yo a ellos —Murmuro Luke antes de alejarse un poco de Eugene, no sin antes reprocharse a si mismo por su forma de actuar— No te hare nada, solo quiero saber que te ocurre.

—¿Qué? —Eugene por unos segundos dejo de temblar y miro al moreno, eso si era nuevo dentro de su vida. —¿No eres un bravucón?

—No, al menos no con las personas que no se lo merecen —Luke vio la mochila de su nuevo "amigo" está había caído al suelo cuando jalo a Eugene. La tomo y se la colgó en su otro hombro— Vamos, tenemos que hablar.

Luke empezó a caminar por los pasillos, mientras que Eugene seguía procesando todo en su cabeza. De su boca apenas logro salir un "Espera" antes de seguir al más alto. No porque el contrario se lo "pidió amablemente" sino, que más bien tenían a su mochila como rehén.

Así es como empezó su amistad. Con una escena típica entre un nerd y un bravucón. Actualmente muchos no les creen a esos dos de que así comenzó todo, lo cual a Eugene le hace soltar una risa y Luke encogerse de hombros, restándole importancia a si le creían o no.

Fueron extrañas sus interacciones de ahí para adelante. Porque siempre que Luke pedía a Eugene que fuera a hablarle, lo hacía estando escondido entre las sombras o lo jalaba para sacarlo del salón y hablar. A veces Eugene venía temblando después de eso y Luke sonriendo mientras disfrutaba el "miedo"  del castaño. Cuando realmente, Eugene temblaba por el leve dolor que Luke le dejaba cada vez que lo abrazaba fuertemente y Luke sonreía al notar como el animo de su amigo iba creciendo de a poco.

Aún así, no había noche en la que Luke no dejaba de sentir esa pequeña molestia en su nuca, esa curiosidad como estrés desde que vio a Eugene. Intento ignorarla como antes, dando vueltas sin fin entre las cobijas de su cama, quejándose por lo bajo al no conseguir dormir. Hasta Gatito se preocupaba y se acurrucaba cerca de su dueño, ronroneando para intentar darle un consuelo.

Hasta que llegó esa noche, esa maldita noche.

Como cualquier otra, Luke seguía sin dormir, revisaba debes en cuando su celular o contaba dentro de su cabeza ovejas esponjosas, luego, escucho que tocaron con desesperación la puerta de su hogar. Dio un brinco de susto y se levanto para ir a revisar con un bate de beisbol en manos.

Escucho jadeos y quejidos de dolor, por unos segundos dudo en abrir, pero si era una persona que necesitaba ayuda, se la daría. Abrió la puerta con el arma preparada.

Ahí estaba su amigo, temblando de terror y con un brazo que parecía no poder moverse, sino fuera por la sudadera del castaño, tal vez pudo ver una peor imagen.

Dejo caer el bate por esa imagen. Eugene entró corriendo al departamento, no sin antes cerrar la puerta y ponerle seguro.

—No le abras, ignóralo. Por favor —Eugene se desplomo en su suelo. El correr hasta llegar a la casa de su amigo no había sido fácil, tuvo que despistarlo, tomar caminos largos. No fue sencillo —No preguntes. Por favor, solo no lo hagas.

Y así fue cuando Luke, dejo de sentir esa pequeña espina de curiosidad.

Bajo aviso no hay engañó.