1 : Ari.

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Ari despertó aún con resaca. Su trasero latía, diciéndole lo que había estado haciendo antes de que siquiera pudiera recordar la noche anterior.

El crujido de la tela atrajo su mirada hacia el hombre que estaba en su habitación. No podía distinguir su rostro con detalle, no porque estaba oscuro sino porque era demasiado luminoso. Entrecerró los ojos, dando sombra a sus ojos con una mano.

Estaba sorprendido de que su cita de la noche anterior todavía estuviera ahí a la luz del día. Eso tenía que ser una buena señal, ¿no?

—Hey. —dijo con voz ronca, su voz era un desastre. Luego recordó lo que hicieron la noche anterior. Habían caído en la cama después de una cita mediocre y demasiado alcohol, el último esfuerzo de Ari para encontrar una conexión amorosa con el entrenador personal que disfrutaba de hablar de sus músculos como si fueran el pasatiempo nacional.

Aclaró su garganta e intentó de nuevo—. ¿Te vas?

—Sí.

El sonido del zipper fue fuerte en el silencio entre ellos. Ari intentó pensar en algo qué decir. El sexo le gustó tanto como gustaba del hombre, pero ni siquiera podía decir que su noche había sido genial. Había sido apresurada e insatisfactoria en su extremo.

—¿Quieres intercambiar números? Podemos salir otra vez esta noche. —Ari sugirió.

Ambos habían estado borrachos. Quizás el sexo podría ser mejor si se esforzaban. Y podría ser bueno tener una cita para el día de San Valentín, incluso si Gera era un poco egocéntrico. Ari siempre estaba soltero en vacaciones, y eso se estaba poniendo deprimente.

Gera lo miró como si hubiera perdido la cabeza—. No, gracias.

—¿No?

Gera sonrió—. Sin ofender. No eres un mal chupapollas, pero es posible que desees trabajar en tus reflejos. No he tenido tanta resistencia desde la preparatoria.

La mandíbula de Ari cayó. Sus reflejos están bien cuando algún idiota no está tratando de forzarlo a garganta profunda de ocho pulgadas sin previo aviso.

Gera caminó hacia la salida mientras Ari estaba sin habla, lo cual estaba bien. Había sido demasiado generoso al intentar dar otra oportunidad a Gera. El hombre no merecía su tiempo, obviamente, pero estaba tan cansado de la misma vieja rutina.

Conocer a alguien, mandarlo al diablo, olvidarlo. Limpiar, repetir.

A este ritmo, también podría seguir los pasos de la mayoría de sus amigos. Ir a algún club, encontrar a alguien atractivo para frotarse y tener un rapidito. Al menos podía saltarse la charla aburrida.

¿Nadie quería una relación real? ¿Qué tenía de malo con dormir con la misma persona dos veces?

Su móvil empezó a reproducir Let Me Love You, un tono que nunca dejaba de molestar a sus amigos. Le gustaba imaginar que un novio estaría al lado de la línea algún día.

Ese día no fue hoy.

Ari vio el nombre Yolo en la pantalla y aceptó la llamada. Era su prima, pero también su mejor amiga.

—Hola, chica. Llamaste temprano.

Es mediodía.

—Oh. He tenido una larga noche.

Es cierto, tuviste una cita. No interrumpo nada, ¿verdad?

Ari se arrojó contra sus almohadas con un resoplido, Como si un tipo se quedara tanto tiempo.

—No a menos que cuentes revolcarse como algo.

Uh-oh. ¿Por qué estás revolcándote?

Ari no quería exactamente compartir los detalles, pero necesitaba desahogarse—. Es como si ya no hubiera alguien bueno. Cada hombre que conozco quiere meterse en mis pantalones y luego todo se acaba. Es deprimente.

Es una imagen con la que podría haber vivido sin ella. —dijo—. Pero si quieres un cambio de ritmo, este puede ser un buen momento. En realidad, llamo para ver si tenías planes para esta noche.

—Es San Valentín.

Claro que sí.

Ella lo esperó hasta que suspiró.

Sabía que un grupo de sus amigos estaría en los clubes como de costumbre. San Valentín era un día más que podían echar un polvo. Él podría ir con ellos, saltarse el esfuerzo de la cita y cortar todo. Ninguna de sus citas resulto ser más que algo fugaz. Pero mientras se movía en la cama, su cuerpo dolía. Ari no estaba en condiciones para otro polvo al azar, y lo sabía.

—Sin planes. —admitió—. Excepto mi fiesta de la lástima.

¿Qué tal si vienes a una fiesta conmigo? No es tu ambiente habitual, pero es una fiesta anti-Valentín, así que no habrá un montón de parejas restregando amor en nuestras caras. Es mejor que quedarse en casa, ¿cierto?

—¿Qué demonios es una fiesta anti-Valentín?

Uh, bueno, el chico que organiza la fiesta, Temo, va quemar algunas de las cosas de su ex novio o algo así. —dijo ella entre risas—. Solo personas solteras fueron invitadas. Es un lugar anti-romántico.

—Suena interesante —Y raro.

¿Irás? Va a haber al menos un chico gay ahí, y es lindo.

Y está la zanahoria en el palo, pero ¿tengo la suficiente hambre como para lanzarme? Probablemente.

—¿No estás intentando de tenderme una trampa, ¿cierto? Porque la última vez-

No es una trampa. —ella lo interrumpió—. Y necesitas superar y olvidar lo de la ultima vez. Todos pensamos que José era gay.

—Sin embargo, fui yo el que tuvo que dar la noticia de que el primo con el que había aceptado salir no era Ariana, sino Aristóteles. Es como si mi vida fuera una comedia tonta.

Hubo un resoplido amortiguado, sabía que ella estaba riendo detrás de su mano. Su vida era un recurso de entretenimiento de nunca acabar para Yolo. Aparentemente, era menos divertido vivirlo que verlo. Sin embargo, ella siempre ha apoyado su sexualidad. Había estado ahí, de hecho, cuando él salió del closet para sus padres.

Había sido una noche llena de tensión, pero sus padres habían tomado la noticia mejor de lo que esperaba, y sospechaba que fue en parte debido al aliento de Yolo. Siempre estaría agradecido por eso. Incluso si sus bromas eran molestas. Además, tomaba venganza cada vez que tenia la oportunidad, así que estaban a mano.

—¿Y? ¿A dónde irás? —ella preguntó—. ¿A la fiesta anti Valentín con un chico lindo o estarás de mal humor en casa?

—Bueno, ya que lo pones de esa manera... ¿a qué hora debo estar ahí?

Esto será algo breve en todo sentido, espero que les guste la nueva propuesta y no olviden dejar tu voto (de perdida) para saber si hay alguien interesado en leer esto. :)

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