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Ari entró en la cafetería que Temo lo citó vía mensaje y miró alrededor. Era un lugar pequeño, de propiedad, pero a juzgar por los grupos de personas sentados en los sillones mientras sorbían en tazas de cerámica en colores llamativos, también era popular.

Los estantes de la parte posterior de la sala había una variedad de juegos de mesa, con un par de mesas que se podían armar para jugar. Así como un rincón de lectura en la esquina con libros usados.

Se sentía como un lugar que a Temo le gustaría.

Aún no veía a Temo, así que se dirigió a la gran tabla que mostraba las diferentes opciones de bebidas y sonrió al nombre y logotipo que aparecía en la parte superior: El charco de Chocolate estaba escrito en letras de burbujas junto a una taza de café inclinada hacia un lado y derramando el líquido.

Los colores en la tienda eran vibrantes; naranja y café y verde azulado. De alguna manera, chocaban y se complementaban uno al otro al mismo tiempo.

—Lo siento, ¡llegué tarde!

Ari giró hacia Temo llegaba a su lado. Él estaba casi tan colorido como la tienda en jeans verdes y una gran bufanda a rayas rojas y amarillas envuelta alrededor de su cuello y sobre su chaqueta. Su cabello apenas se asomaba debajo del gorro.

Ari no podía parar de sonreír si quería, o sus ojos iban involuntariamente hacia Temo.

Nunca se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba el estilo de Temo, pero se encontró a sí mismo queriendo tirar de ese gorro para poder enredar sus dedos en su pelo y tirar de él en un beso. No eran pensamientos adecuados para una amistad platónica.

—No hay problema. Llegué un poco antes.

—¿Has estado aquí antes? —Temo preguntó cuando se formaban en la fila.

—Nop.

—Bien, bueno, si te gusta el café, aquí sirven el mejor de la ciudad. Mi favorito es el moca picante.

—¿Picante? —Ari intentó pensar en una broma acerca de eso, pero todo en su cabeza sonaba como si estuviese bromeando acerca de los intereses sexuales de Temo, asi que se rindió—. Soy más del tipo de la vainilla.

Temo se rio entre dientes—. Y pensaba que estabas interesando en S&M.

Los ojos de Ari se abrieron—. Así que, iras por ahí, ¿eh? Y me estaba resistiendo cuando mencionaste sobre que te gusta el picante.

Temo se rió en voz baja, sus mejillas se volvieron rosas. Se sentía como una cita, en lugar de una salida amigable a tomar café. Estaban coqueteando, y las bebidas aún no eran ordenadas. Pero esto era confuso, porque estaba coqueteando con sexo con alguien que no le interesa el sexo... raro. ¿Cierto?

Sin embargo, no se sentía raro, ya que estaban teniendo una charla amistosa mientras pedían bebidas. Temo realmente pidió el moca picante, y cuando la cajera preguntó si quería crema batida respondió con una voz que hizo que Ari temblara por dentro.

Ari ordenó su café de vainilla, y se sentaron a esperar sus bebidas.

—¿Qué te parece si jugamos?

—¿Como un drinking game? —Ari preguntó, confundido—. Usualmente lo hago con alcohol, pero jalo.

Temo rió—. No, un juego de mesa.

Apuntó a la pared de juegos al otro lado de la tienda, y Ari se sintió como un idiota. De acuerdo, sí, él lo venia venir. Todo ese juego de coqueteo fue directo a su cabeza.

—Seguro, suena bien.

Deambularon para ver los juegos y Temo sugirió Trivial Pursuit. Ari sacudió la cabeza—. De ninguna manera te mostraré lo tonto que soy en una primera... salida.

La sonrisa de Temo se desvaneció un poco. Ari esperaba que Temo no se hubiera dado cuenta de lo cerca que estuvo de llamar primera cita. Él fue el que dijo que quería ser amigos, y seria bastante malo que entregara señales mixtas sobre eso.

—Estoy seguro de que eres inteligente. —dijo Temo—. ¿Un juego de palabras?

—No—oh. —Ari dijo.

Era más del tipo de matemáticas, que es como había terminado en una carrera que aburria a otras personas hasta las lágrimas. Contador no era exactamente atractivo.

En cambio, sugirió un juego clásico que no terminaría avergonzado. Damas era pura estrategia básica, que estaba mucho más en su sintonía.

—¿En serio? —Temo preguntó, dándole una mirada escéptica.

—Solía jugarlo con mi abuelo. Murió. —Ari le dio una mirada triste—. Me recuerda a muchos momentos felices.

Temo alzó sus cejas—. ¿Estás usando a tu abuelo fallecido para manipularme? ¿En serio?

Sonaba a regaño, pero había humor en su tono.

—Nah. —Ari confesó—. No haría eso. Él sigue vivo.

Tomó su castigo de buena gana cuando Temo le dio un puñetazo en el brazo.


***


Después de recoger sus bebidas, armaron una mesa de juegos y se aventuraron en la esquina de libros. Temo mencionó sobre la colección de Harry Potter que estaba ahí y Ari gimió de consternación.

—¿Qué? —dijo Temo—. Seguramente te gusta Harry Potter.

—Um...

Temo jadeó y apretó una mano contra su pecho—. ¡Oh, por Dios! No estoy seguro de que podamos ser amigos.

Ari puso los ojos en blanco, moviendo la cabeza, pero había una sonrisa en sus labios.

Por alguna razón, Temo era una persona muy fácil con la cual hablar, a pesar de que probablemente eran muy opuestos. Hicieron clic, bromeaban e incluso discutían juguetonamente sin problemas. Algo sorprendente después de su pelea al inicio de la fiesta. Pero entonces, una vez que Temo había dicho la verdad acerca de sus sentimientos, se habían llevado bien.

—Vamos a la librería, y te comprare una copia de Harry Potter. Lo leerás, y cuando lo hagas te encantará. Entonces descubrirás que no es tan malo. Te prestaré mi bufanda de Gryffindor, y podrás aceptar los chistes.

Los ojos se abrieron—. Oh, por Dios. Sabía que esta bufanda me era familiar. ¿Es por eso que quieres ser mi amigo?

Temo se rió—. No.

—¿Es la razón por la que me besaste en la fiesta?

Temo le siguió el juego, incluso cuando sintió sus mejillas calentándose ante el recordatorio—. Sí. Me has atrapado.


Ni a las 1000 palabras, se pasan.

4 capítulos más y nos vamos alv de aquí. c:

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