Silent || TUA (Five & T/N)

23 || capítulo veintitrés

"Oye, ¿no dijeron que se juntaban sólo en bodas y funerales?"

"Nadie fue a la boda de Allison"

"No será diferente con el funeral de tu padre. Buen punto"

Ya era de mañana, y _____ caminaba sin rumbo alguno. Tenía algunas llamadas perdidas de Olivia, y el estómago vacío.

Se acercó a una carreta donde un buen anciano estaba vendiendo hot dogs. Con un gesto de mano le indicó que deseaba uno. El hombre puso manos a la obra y no tardó nada en darle su desayuno a ____.

"Se supone que los humanos no desayunan comida chatarra"

"Cállate"

"¡Tú cállate! Di algo interesante, niña de mierda"

"No soy una niña."

"Pues lo pareces"

"Gracias a ti"

"Mira el lado bueno ¡Se supone que los humanos no quieren envejecer! Y gracias a mi serás inmortal, hasta el día en el que finalmente hartes y me devuelvas mi libertad."

"Ajá"

"Cállate" Dijo el monstruo esta vez.

"Ok"

"No lo dije en serio. ¡Tu vida es tan aburrida! ¡Ya no hay acción como antes! Matar humanos malos y acabar con el mal."

"Tienes un gran sentido de la justicia"

"No suenas muy convencida. ¿Qué haremos hoy?"

Ocho no respondió pues un hombre con un saco negro se acercó a ella, dejándole una carta y desapareciendo rápidamente de su vista.

Miro el sobre de la carta. Estaba completamente en blanco y solamente estaba sellado con cera negra y el símbolo de un paraguas.

Sabía que esa carta debía ser de su padre. No quería hacerse ideas erróneas así que solamente lo leería para saber que estaba pasando.

Estoy muerto. Se cuanto ansiabas matarme con tus propias manos, pero no puedo permitírtelo o tus hermanos desconfiaran de ti. Tengo dos últimas órdenes para ti: protege a tus hermanos y sigue tu instinto.

No recibas órdenes de nadie más desde ahora y tampoco dejes que tus sentimientos te cieguen. Estas son simplemente recomendaciones para que vivas por ahora. Tal vez nos veamos o tal vez no, el destino es ciertamente imprescindible, sin embargo, gracias Número Ocho

"Bueno, al menos reconoce que querías su muerte"

Ocho suspiró, de sus labios salió un ligero humo por el frío. Se puso de pie y de nuevo comenzó a caminar sin rumbo alguno.

[ *   *   * ]

Los hermanos Hargrevees ciertamente tomaron caminos diferentes, ninguno había permanecido junto a sus hermanos. Cada uno trato de formar una vida normal, como una persona común.

Por ejemplo Vanya, sacó a relucir su talento con el violín; que no era muy bien apreciado. Sin embargo eso no la detuvo e hizo varias audiciones para ser el violín principal en varias orquestas, pero todo intento era fallido, ya que siempre la dejaban como tercer o cuarto violín. No era tan malo, pero no era lo mejor. De una u otra manera debía generar ingresos por lo que empezó a dar clases de violín y también...

Sacó un libro. Una autobiografía mejor dicho. Todo sobre como fue su vida dentro de la academia Umbrella, con hermanos super poderosos y engreídos según ella. Y no es que fuera mentira, pero eran tan solo unos niños tratando de sobresalir. 

Otro ejemplo de buena vida era Allison. Se convirtió en actriz, aprovechando su útil habilidad de manipular a las personas; consiguió varios papeles como protagonista e incluso se casó y tuvo una hija, Claire. Aunque digamos que ese matrimonio no fue tan fructífero como hubiera deseado.

Por otra parte estaban los chicos.

En pocas palabras Klaus era un drogadicto y alcohólico, viviendo en la calle o en las casas de sus muchas parejas, las cuales no duraban más que unas pocas semanas.

Diego era justiciero, o probablemente un idiota. Entró a la academia de policía poco tiempo después de abandonar su hogar, se graduó y luego... No obedeció las normas y fue despedido de la estación de policía. Allí fue donde conoció a su probable interés amoroso, la detective Patch, una mujer atractiva e inteligente, que ayudo a Diego en varias ocasiones e incluso le dio un hogar temporal por bastante tiempo.

Luther, tiempo antes de que ____ regresara fue enviado a la misma luna por su padre. Sí, otro hijo en el espacio ¿Por qué no? 

Ben y Cinco... No contaban con la dicha de sus hermanos.

Y ya sabemos como terminó Ocho, siguió hablando con su padre y siendo miembro de la academia. 

Por supuesto, cada quien se enteró a su manera del fallecimiento su padre. Lo que para ellos significaba una sola cosa, y es que debían volver a casa para el funeral.