O5 || capítulo cinco

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Ben disfrutaba de leer en silencio por las tardes, era lo más preciado para él, pero también algo que no era muy frecuente. Era extraño cuando había silencio en su hogar y por supuesto, ese día no era la excepción. 

Luther había estado hablando por varios minutos y aunque Ben le hubiera dicho que no estaba interesado en nada de lo que decía Luther seguía hablando y hablando sin parar.

—Te lo juro —Declaró Luther. Estuvo bastante tiempo persiguiendo a Ben por la biblioteca.

Ben bajo el libro que tenía en las manos y se dio media vuelta para encarar a su hermano. 

—¿Cuántas veces te tengo que decir que no me importa? —Dijo Ben, ya bastante harto de su hermano.

—Piénsalo Ben, es extraño. Cinco jamás usa sus poderes así, al menos nunca lo ha hecho con nosotros —Dijo Luther, ignorando completamente a su hermano.

Ben suspiro, era mejor escucharlo, decirle lo que quería escuchar y así quizá se iría lejos y lo dejaría en paz para leer. Ben tomó asiento en el sofá mientras que Luther imitaba sus acciones.

—No te creo —Anunció Ben —. Cinco únicamente usa sus poderes para teletransportarse así mismo, y si lo hace con alguien más es en una misión.

—Pero lo hizo, yo lo vi mientras casi moría —Explicó Luther.

—Debe tener alguna razón ¿No crees? — Le cuestionó Ben. 

Luther levantó los hombros, no se le venía nada a la cabeza a lo que Ben solo pudo chocar su palma contra su frente, a veces le sorprendía lo tonto que podía ser su hermano.

—Claro, debe haber una explicación —Habló Cinco, detrás de los dos. Ben se dio la vuelta, asustado. 

Cinco había llegado con ellos hace poco, pero escucho lo suficiente para entender de lo que estaban hablando. 

—Sí, ¿Verdad? pero no sabemos porque —Dijo Luther, confundido. Tanto que ni si quiera noto que Cinco le había hablado.

—No lo sé, ¿Tal vez porqué Ocho tiene un brazo hecho trizas y apenas puede moverse? —Cuestionó sarcásticamente Cinco.

—Sí, tiene sentido. Pero ¿Hubiera hecho lo mismo por cualquiera de nosotros? —Preguntó Luther, aún sin darse cuenta de nada.

—Probablemente sí, si es que él tiene que cuidar a alguno de ellos. Pero estoy seguro de que a ti no te ayudaría por ser un grandísimo imbécil —Agregó Cinco, haciendo que Luther se volteara indignado, dispuesto a encarar a quien le dijo eso.

Luther tenía fruncido el ceño, pero al darse cuenta de quien hablaba abrió su boca sorprendido, mirando a Ben, quien desvió la mirada al techo. Luther comenzó a reír nervioso.

—¡Hey! ¡Mira! ¡Es Diego! — Dijo Luther, a manera de tratar de escapar de Cinco, señalando atrás de él.

—Sí, soy yo —Habló Diego, pero en vez de estar detrás de Cinco, estaba detrás de Luther.

—Que conveniente —Bufó Cinco, para luego darle una mirada amenazadora a Luther.

—¿Ya no estás castigado? — Preguntó Ben a Diego, quien negó dando a entender que efectivamente, su castigo de entrenamiento todos los días había acabado.

—Debo decirles algo. Es sobre Ocho —Dijo Diego, llamando la atención de sus hermanos.

Cinco tomó lugar en el sillón en donde estaba Luther y Ben interesado en lo que Diego tenía que decir.

—Habla entonces —Dijo Cinco impacientemente.

—Bueno, en uno de los entrenamientos de papá me dijo que parara de la nada. El entrenamiento era en la azotea, simplemente estaba haciendo ejercicio y ya. Me pareció raro, porque había algo cubierto con una manta y papá lo miraba mucho —Explicó Diego.

Silent || TUA (Five & T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora