11 || capítulo once

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Estaba oscuro. Las pocas estrellas que se podían visualizar en el cielo nocturno no brillaban lo suficiente y la luna estaba parcialmente cubierta por las nubes.

Ocho parecía estar sobre el agua, sin embargo no se hundía.

Observó sus ropas. Estaba descalza, y traía puesto un vestido blanco. Todo parecía tranquilo. Pero no había nadie, y había un silencio que la aturdía. Irónico.

Giró su cabeza hacía arriba, y vio que pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer. Cada vez que impactaban con el agua en la que estaba parada rebotaban convirtiéndose en más gotas pequeñas que brillaban cada vez que impactaban el agua en una luz dorada y clara que iluminaba todo.

Se dio la vuelta y encontró un paraguas.

No dudo en tomarlo, para cubrirse de la lluvia, la cual empezaba a caer más constantemente.

Una vez más, dirigió su mirada al lado, encontrando una mesa con las golosinas que había probada en el café con Vanya y Cinco.

Se acercó sin prisas hacia la mesa y extendió su mano hacia el recipiente más cercano.

Tomo unas cuantas, para llevárselas a la boca y disfrutar del sabor de los caramelos. Bajo la torre de dulces estaba el tocadiscos, el cual tenía un disco que comenzó a girar cuando Ocho lo vio, y a su vez reproduciendo la música.

Era la misma canción que estaban bailando aquella vez. Esa música se mezclaba con el sonido de la lluvia, a decir verdad era bastante relajante.

Sintió una mano posarse sobre su hombro con delicadeza. Ocho dirigió su mirada a aquella persona, que le sonreía y tomaba lugar bajo la sombrilla. Sintió como aquel chico apoyaba la cabeza en su hombro, mientras observaba también las gotas.

Tenía unas desesperadas ganas de protegerlo. Y no solo lo pensaba, sino que lo haría. Bajo cualquier circunstancia, mientras tuviera vida. 

Iba a proteger a Cinco Hargrevees.

* * *

—Hey, ustedes ¿Qué carajos hacen? Son muy ruidosos —Habló Cinco, bastante molesto.

Allison y Ben estaban riendo, frente a la puerta de la habitación de Ocho, por lo que le llamo más la atención. ¿Estaban jugando? ¿Se estaban burlando de ella?

Cinco dio unas zancadas y se abrió paso entre sus dos hermanos. Vio a Klaus, agachado frente a Ocho, mientras que ella estaba en su cama con su común expresión neutra.

—Hazlo Ocho —Habló Klaus, tratando de guardar sus carcajadas.

—¿Hacer qué? —Preguntó Cinco.

Ocho se puso de pie, y se acercó a Cinco, poniéndose frente a él, quien tenía el ceño fruncido.

—¿qué está pasando? —Preguntó de nuevo, pero entre dientes.

Ocho volteó a ver a Klaus, quien animó a Ocho, alzando sus pulgares. Regreso su mirada a Cinco, para sacarle la lengua.

Allison y Ben estallaron en carcajadas al igual que Klaus.

—¿¡Viste la cara de Cinco?! ¡Whaha! —Rio Klaus, poniendo sus manos en su abdomen.

Ciertamente la expresión de Cinco había sido graciosa, como si el alma se le hubiera escapado.

—¡Dejen de enseñarle estupideces, imbéciles! —Alegó Cinco, tomando a Ocho de la muñeca.

La jaló para sacarla del cuarto y llevarla a otra parte.

Silent || TUA (Five & T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora