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— Te diré algo.

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— Cancelarás tu entrenamiento e irás conmigo al gimnasio.

— Itadori...no.

— Sin excusas,irás y si no te veo mañana le diré a tu entrenadora que eres la jugadora más mala del equipo — Amenazó — Tengo ganas de saber cuantas carreras te mandará a hacer ^-^.

— ¡Hey! eso no se vale — Desperté inmeditamente al oír eso — Se llama chantaje.

— ¿En serio? Se siente muy bien — Sonaba contento.

— Aparte de idiota,chantajista. Tienes muchos más aspectos negativos de los que pensé.

— ¡Está decidido! Iremos al gimnasio mañana — Colgó.

Estaba segura que esta vez sí había colgado,pero no me importó.

— Rayos...¿Cómo le diré a Maki que no iré mañana? — Me pregunté a mí misma mientras suspiraba estresada.

Al día siguiente desperté con muchas llamadas perdidas de Itadori. Al ver la hora me levanté rápidamente de mi cama y comencé arreglarme para ir al gimnasio. El conjunto que me puse resaltaba mucho más los músculos de mis piernas y mis caderas anchas.

— Hola. Me preguntaba si habías olvidado nuestros planes de hoy — Dijo Itadori el cual estaba sentando levantando unas pesas en cada mano. Mire sus músculos por unos segundos,lucían tan macizos que parecían hechos de hierro. Quiero apretarlos. Quiero ver de qué realmente están hechos.

— Claro,lo que digas — No podía decirle que había despertado desnuda. La noche anterior me quedé dormida pensando en una manera de decirle a Maki que faltaría al entrenamiento. — Además...tus llamadas.

— ¿Mhm? Solo quería despertarte para que te arreglaras rápido. Entiendo que ustedes las mujeres se tardan un poco a la hora de salir — Habló mirando hacia otro lado.

¿Lo mato o no lo mato?

— Olvida eso. ¿Qué quieres que haga aquí? — Pregunté incómoda. No estaba acostumbrada a entrenar con tanta gente a mi alrededor.

— Ejercita tus músculos, preferiblemente tus cuádriceps ya que te ayudarán mucho a la hora de recibir.

— Eso es obvio idiota.

— Entonces no lo estás haciendo bien — Confesó — Los músculos de tus pies son muy débiles. Si tu enemigo fuera un gran rematador no tendrías oportunidad.

— Tch — Rechiné mis dientes — Está bien. Está bien, tú eres el inteligente y yo la tonta.

Sentí como soltó una risa ante mi queja. Al maldito le gustaba atormentarme. Y me sentía extraña pues siempre que entrenaba con algún chico de mi escuela recibía halagos empalagosos refiriéndose a mi cuerpo. Sin embargo,Itadori ni siquiera me vaciló con la mirada o dijo algo al respecto. Eso me alivió mucho.

Vi como levantó en alto su pomo de agua para tomar en exceso el agua hasta que se le acabó. Silenciosamente me acerqué y le ofrecí la que traía.

— No, tranquila. Tú la necesitas más.

— No quieres empezar una pelea a esta hora, créeme.

Escuché como tragó saliva y tomó el pomo como si el miedo se hubiera pegado a su piel. Agarré las mancuernas que estaba utilizando y se las coloqué en las manos.

—... ¿Te pasa algo hoy? — Lo noto extrañado.

— ¿Por qué lo dices? — Sigo hablando mientras organizo mis cosas.

— Mmh. No — Murmuró — Perdón solo era mi imaginación. Creí haberte visto sonreír hace un momento.

Le doy la espalda a la vez que ignoro sus palabras, pero en realidad mis mejillas están calientes.

Empecé con el calentamiento sola ya que Itadori ya lo había hecho.
Tomé unas pesas de cuarenta libras por cada lado y comencé hacer sentadillas. Itadori tenía razón cuando dijo que estaba oxidada.

— Menudo trasero — Oí como dos chicos hablaban a mis espaldas pero no les presté atención — ¿Nena si no tienes novio podrías acompañarnos?

Creí que en los gimnasios este tipo de comportamiento no eran vistos con frecuencia. Seguía enfocada en el ejercicio,pero parece que mi acompañante se molestó ante esos piropos mientras tiraba sus pesas al suelo.

— Yo soy su novio — Cuando dijo esas palabras me sonrojé tanto que perdí la concentración y dejé caer la barra hacia atrás — Así que mientras estemos en este lugar quiero que la traten debidamente — Me miró por el rabillo del ojo — ¿Qué estoy diciendo? En cualquier lugar que ella se encuentre, no deberán ni mirarla.

— Claro tío pero ¿no te importaría prestárnosla un rato? — Dijo seguidamente uno de los chicos.

¡Qué descarados! ¿Qué clase de pregunta es esa?

Yo iba a contestarles e incluso pensaba pegarles, pero Itadori se adelantó y con su mano envuelta en un puño dio directamente en el rostro de uno de los chicos cayéndose al suelo trastornado del golpe.

— ¿Qué es lo que te pasa bastardo? Te arrepentirás de eso — Mientras se levantaba restregaba su mano con la sangre que salía de su nariz y cuando parecía que iba atacar salió corriendo sin preocuparse por su compañero.

— ¿Eh? ¿Ehhhhhhhhhh? — Estaba confundida — ¿Huyó? Pero si era un dos contra uno — Susurré para que solo yo lo escuchara.

— ¿A qué esperas? ¿También quieres un golpe? — Le gritó el pelirosa al acompañante del chico y este asustado siguió por el mismo camino que el anterior — ¿Estás bien? Perdón por tener que mostrarte esto. Me siento asqueado.

Él se giró hacia mí con una cara de preocupación y miedo. Me agarró de la cintura para ayudarme a levantarme sin hacer ningún esfuerzo. No me había dado cuenta de lo fuerte que era ese chico.

— ¡Idiota! ¿¡Por qué dijiste que éramos novios?! — Volví a sonrojarme al recordar eso.

— ... — Comenzó a reír a carcajadas.

— ¿Te estás burlando de mí? — Hablé insultada.

— Como lo pensaba — Paró de reír — Nobara...eres una chica increíble. Nunca he conocido a alguien tan trasparente como tú. — Dijo seguramente.

— Cállate ¿cómo puedes decir cosas vergonzosas tan fácil ? — Le reprendía.

— Tú eres más sorprenderte. Viste como lastimé a un chico y amenacé a otro con hacerle lo mismo y aún así solo te preocupaste por el hecho de que había dicho que era tu novio.

No paró de reír. Es como si se hubiera sentido tenso y luego de hablar conmigo se había relajado.

— Hablas mucho. Cállate un poco — Me fui de su lado.

— ¡Nobara! No me trates así, me duele — Me empezó a perseguir por todo el gimnasio — Pero no mentí — Me detuve — Realmente yo quiero ser parte de tu vida.

— ¿Q-qué dices idiota? Idiota idiota idiota idiota idiota idiota idiota idiota idiotaaaaa — Estaba muy alterada.

— Oee han sido más idiotas de lo normal al menos di otro nombre — Me volteo hacia él.

— Itadori idiotaaa — Gritó sonrojada.

— No entiendo por qué te enfadas solo dije que quería convertirme en tu mejor amigo o...¿Acaso ya tienes uno?

Abrí mis ojos perpleja y apenada mientras mis mejillas ardían.

— Espera...¿Te refieres a que querías ser solo mi amigo? — Lo miré avergonzada.

— Claro ¿qué más podría ser? No quiero ser tu enemigo — Expresó — ¿Estabas pensando...? — Se sonrojó.

¡Itadori se sonrojó! ¡Hasta ese tonto sabe qué pensaba! No, no, no, no, a partir de ahora todo se volverá incómodo si abre la boca.

Tú y yo /𝑵𝒐𝒃𝒂𝒓𝒂 𝒆 𝑰𝒕𝒂𝒅𝒐𝒓𝒊/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora