Take Me Back On The Way. ||AU Volkacio||

Epílogo

—Bonjour, comment vas-tu? (Buenos días, ¿qué tal está?)

Poco a poco, había conseguido aprender algo de francés. En aquel año, había hecho demasiadas cosas, y estaba orgulloso de todas ellas.

—Bonjour, Volkov. Je vais très bien, et toi?(Buenos días, Volkov. Estoy genial, ¿y usted?)

Aquella vendedora de libros se había vuelto alguien cercado para el oceanógrafo.

—Bien, bien, deseando ir a trabajar—ríe—. ¿Cómo estuvo ayer el evento benéfico en París?

—¡Fue de maravilla! Recaudamos mucho dinero—comenta emocionada.

—Me alegro—sonríe—. ¿Tienes algo que me interese? —Observa el montón de libros.

—Sí, sí—toma uno de una caja y se lo tiende—. El último de la colección.

Viktor sonríe y le tiende el dinero.

—Tengo que irme, hasta mañana—se despide, y esta se lo devuelve.

Un rato después y un pequeño viaje más tarde, aparca junto a la que ahora era su casa. Había estado reformando aquella pequeña casa en mitad del campo durante medio año, con ayuda de reformistas. Estaba agradecido de haber encontrado una imagen de cómo era antes.

Se baja del coche y entra. Se deshace de la fina chaqueta y la cuelga en el perchero al lado de la entrada. Pulsa el contestador automático, escuchando un mensaje de Conway mientras que toma un zumo del frigorífico. Jack había vuelto durante un tiempo a América, pues había publicado un libro y estaba en una pequeña gira.

Con el vaso en la mano, sube las escaleras de madera hasta su estudio, sentándose en su escritorio de roble segundos después. Todo estaba lleno de papeles, había estado escribiendo. Se detiene cuando recoge del suelo el que tiene escrito «Mon Ange» como título. Sonríe ante ello.

Aún soñaba con él, y a veces creía que todo había sido algo de su imaginación.

Aún así, todavía esperaba aquella otra vida donde por fin pudieran reencontrarse, y poder cumplir aquel pacto de almas gemelas que no se pudo dar en su momento.