Helena: Ca-ca-llejón Diagon -dijo tosiendo.-
-Le pareció que la succionaban por el agujero de un enchufe gigante y que
estaba girando a gran velocidad... El bramido era ensordecedor... Helena
intentaba mantener los ojos abiertos, pero el remolino de llamas verdes la
mareaba... Algo duro lo golpeó en el codo, así que se lo sujetó contra el
cuerpo, sin dejar de dar vueltas y vueltas... Luego fue como si unas manos frías le pegaran bofetadas en la cara. A través de las gafas, con los ojos entornados, vio una borrosa sucesión de chimeneas y vislumbró imágenes de las salas que había al otro lado... Sentía que todo lo que había comido revolvía su estómago. Cerró los ojos de nuevo deseando que aquello cesara, y entonces...
cayó sobre una fría piedra y las gafas se le rompieron. Mareada, magullada y cubierta de hollín, se puso de pie con cuidado y se quitó las gafas rotas. Estaba completamente sola, pero no tenía ni idea de dónde. Lo único que sabía es que estaba en la chimenea de piedra de lo que parecía ser la tienda de un mago, apenas iluminada, pero no era probable que lo que vendían en ella se encontrara en la lista de Hogwarts.--En un estante de cristal cercano había una mano cortada puesta sobre un cojín, una baraja de cartas manchada de sangre y un ojo de cristal que miraba fijamente. Unas máscaras de aspecto diabólico lanzaban miradas malévolas
desde lo alto. Sobre el mostrador había una gran variedad de huesos humanos y del techo colgaban unos instrumentos herrumbrosos, llenos de pinchos. Y; lo que era peor, el oscuro callejón que Helena podía ver a través de la polvorienta luna del escaparate no podía ser el callejón Diagon.--Para Helena, cuanto antes saliera de allí, mejor. Con la nariz aún dolorida por el topetazo, se fue rápida y sigilosamente hacia la puerta, pero antes de que hubiera salvado la mitad de la distancia, aparecieron al otro lado del escaparate dos personas, que al verlas su instinto le decía que corriera lo más pronto posible-
??: Soy el asombroso Caín. Si disfrutó de nuestro espectáculo, dígaselo a sus amigos. Si no lo hizo, confío en que le dé cáncer de garganta y muera sin volver a pronunciar una palabra más. Buenas noches.
??: Caín, deja de molestar a la niña
Caín: que aguafiestas eres Abel!! Pero miren nadamas, esta niña debe ser la señorita Harriet Potter
Helena: si lo soy o no, no es de tu incumbencia -tratonde sonar dura-
Caín: oh, claro que es de mi incumbencia mocosa insolente!!! -le dijo al momento de poner una daga en el cuello de la niña-
??: Tu no cambias Caín, sigues siendo un bastardo
Helena: tío Constantine!! -helena corrió a ser protegida por el nigromante-
Constantine: tus tías te están buscando, dime acaso no hiciste lo que ellas dijeron?
Helena: si... Oh bueno eso creo
Constantine: lo arreglaremos después...
Abel: que te trae a ti y a la niña aquí Johnny?
Constantine: no es algo que debas saber, controla a tu hermano Abel
Abel: siglos y siglos que lo he hecho, y siempre el mismo resultado
-helena no sabía lo que pasaba así que quién hablo fue John-
Constantine: Helena, ellos son Caín y Abel, el primer verdugo y la primera Víctima, ambos fueron maldecidos por Dios con al inmortalidad, asesinando y renaciendo una y otra y otra vez... Será mejor que nos vayamos
Caín: oh, quédense a ver el show les va a encantar -relamiendose los labios-
Constantine: ni lo sueñes
?? ¡Helena! ¿Qué demonios estás haciendo aquí? -El corazón de Helena dio un brinco-
Helena: ¡tía Cissy! -dijo Helena, con la voz ronca por la emoción-. Me perdí..., y los polvos flu...
-constantine decidió intervenir, claro omitiendo que Helena se topo con dos inmortales de temer-
Cissy: ¡No tienes remedio! -le dijo, sacudiéndole el hollín con tanto ímpetu que casi la tira contra un barril de excrementos de dragón que había a la entrada de una farmacia-. Merodeando por el callejón Knockturn... No sé, Helena, es un mal sitio... Será mejor que nadie te vea por allí.
Helena: Ya me di cuenta -dijo, agachándose cuando Cissy hizo ademán de volver a sacudirle el hollín-. Ya te he dicho que me había perdido. ¿Y tú, qué hacías?
Cissy: estaba con tus tías y abuela comprando material mágico para enseñarte cuando podamos, ya que el vago aquí al lado -gruñó refiriéndose a Constantine-. Está echando a perder tu vida. -todos iban caminando hasta toparse con las otras Black, pues nadie se les atrevía a estar cercas por la presencia del nigromante-
Bella: ¡Helena! ¡Helena! ¡Aquí! -la mebcionada vio a una de sus tias en lo alto de las escaleras de Gringotts. Ella bajó corriendo a su encuentro, con su espesa cabellera al viento.- ¿Qué les ha pasado a tus gafas? Hola, Constantine. -habia un cierto tipo de tensión entre el nigromante y la ex-mortifago, una tensión casi romántica-
-constantine iba hablando de lo ocurrido, nuevamente omitiendo algunas cosas-
Druella: ¡Ay, Helena... Ay, cielo... Podías haber salido en cualquier parte! -Respirando con dificultad, sacó del bolso un cepillo grande para la
ropa y se puso a quitarle a Harry el hollín con el que no había podido Narcisa-Andrómeda: -le agarró las gafas, les dio un golpecito con la varita mágica y se las devolvió como nuevas.-
Constantine: Bueno, tengo que irme -dijo queriendo evitar que lo castren las mujeres-
??: ¿A que no adivinas a quién he visto en Borgin y Burkes? -preguntó alguien conocido para Helena a otros dos k vienes, un pelirrojo y una castaña, mientras subían las escaleras de Gringotts-. A
Malfoy y a su padre.Helena: espero que Alex no me reconozca
Bella: Alex? Tu hermano?
Helena: si, viene acompañado al parecer... Lo bueno que con tanta gente espero camuflarme entre la multitud, lo que me sorprende.. Cissy, tu hijo es de la generación de Helena verdad?
Cissy: si lo es.. pero -viendo a su sobrina- Ten cuidado, tu tío y tu primo sonbpeligrosos, no vayas a dar un paso en falso.