—¡Fuego! — el grito retumbó en todo el alrededor — ¡La mansión se quema!
— El Patrón duerme en el ala este, que las llamas no lleguen a él...
El grito era tan alto, que llegó hasta los oídos del hombre que yacía semidesnudo en la habitación de su empleado. Se levantó asustado y vio la luz en las ventanas, lo primero que pensó fue en Alessia, y en el hijo que llevaba en su vientre.
— Señor ¡Salga! La mansión se incendia — miró a Eudes y al lugar... había vuelto, la había dejado sola.
— Alessia...
— Señor Ivor, no hay tiempo, salga por favor, hay que sacar a la señora y al niño que están atrapados por el fuego. — se vistió rápidamente al sentir, el calor del fuego ya en la habitación.
Corrió por los pasillos tan distintos a los de Alessia, estos eran más largos y menos iluminados. Los empleados luchaban porque el fuego no llegara al lugar en donde sabía estaba él.
— ¡Harry! — gritó corriendo hacia la casa grande el nombre de su hijo. Fue detenido por cuatro de sus empleados que le decía que no podía entrar eso sería suicida.
— Eudes está dentro señor, el conoce como llegar a ellos sin problemas — Se sacudió con violencia, la confusión aún estaba en él, el dolor de haber perdido a la mujer que amaba y ahora a Harry.
Observando cómo era consumido por el fuego la mansión de tres pisos, se preguntaba si era un sueño, si todo lo vivido fue producto de su imaginación, pero no lo creía posible, de ser así, todo era muy real.
— ¿Cómo inició? — preguntó al entender que no lo soltarían, sus empleados lo estimaban y no permitirán que saliera dañado.
— Fueron ellos señor — dijo uno de los mozos, asintió, ya tendría el tiempo de arreglar cuentas.
Ante la imposibilidad de apagar el fuego de la casa principal y al saber por el mayordomo que el señor dormía en ese lado. Hicieron lo que creyeron conveniente, proteger a su jefe.
Ava era una mujer cruel en el trato con ellos, aun así, muchos resultaron con quemaduras considerables al tratar de rescatarla. Que Eudes fuera el que entrara a rescatarla era irónico, él más que los demás, fue blanco de insultos y golpes por parte de ella.
— La señora no está en la habitación principal. — dijo caminando a paso rápido con el niño en brazos. — la busqué por muchos lugares, los que el fuego me lo permitió.
Tomó en brazos a su hijo, que estaba inconsciente, era un milagro que no estuviera quemado. Su rostro blanco y normalmente risueño, estaba teñido de negro. Recordó todas las veces que no quiso que el existiera para no irse del lado de Alessia y eso lo hizo llorar amargamente.
Lo dejó en el suelo, mientras la mujer que curaba a sus empleados lo revisaba. La casa ya estaba en un 70% cubierta por el fuego, ¿Dónde estaba Ava? Lo que recordaba era que la había dejado en la sala, cuando salió hacia la casa de Eudes. Pero desconocía si él fuego la esperó allí, o si ella salió a sus caminatas acostumbradas.
— Lo siento señor, no hay nada que hacer. — murmuró la mujer que revisaba a su hijo, se arrodilló ante él y empezó a sacudirlo.
— Solo está dormido, Harry despierta soy papá —habló y su voz de quebró, recordaba todas las noches que pasó sin dormir, orando porque no hubiera nadie que lo esperara. — Lo siento mucho pequeño, soy un mal padre, no debí dejarte solo...
— Fue un buen padre, señor — le dijo Eudes. — de eso todos fuimos testigos.
No respondió, el seguía abrazando a su pequeño hijo y acunándolo, como cuando bebé, que no podía dormir y era él quien se levantaba, porque Ava odiaba su llanto. Sentía que él había llamado la tragedia al no querer tener un motivo para regresar.
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Mundos Paralelos
AcakAlessia vive con su anciana madre a las afueras de la ciudad en un terreno extenso, alejadas del mundo y la contaminación. Tienen una huerta orgánica, cultivan sus propios alimentos, son muy conocidas en todo el lugar y sus alrededores. El fallecimi...