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"No se puede llamar vida si todos los días cuando te vas a dormir deseas no despertar al día siguiente"
Regulus Black sentía como el viento helado le golpeaba la cara, y movía su cabello, así lágrimas caían por sus mejillas, estaba en la torre de Astronomía, mirando hacia abajo, iba a hacerlo quería acabar con el sufrimiento para siempre. El elegía cuándo saltar o cuándo vivir, eso siempre los hacía sentir que tenía un poco de poder sobre su vida, pero cada se acercaba más y más, y a tomar la decisión, nadie podia salvarlo, por qué el estaba en el borde. Estaba harto de todo, harto de sufrir toda su vida. Sus padres lo habían maltratado desde niño recordaba cada golpe, cada maldición que le habían tirado, cada arañazo, cada fractura que la habían dejado, como lo pinchazaban a escondidas cuando estaban en un lugar público y el hacia "algo malo", tenía la marca de algunas quemaduras, a sus padres no les importaba cuando le dolieran los golpes, o cuanto dolieran las palabras que salían sin piedad de su boca, sin importara el daño psicológico que generaron en su propio hijo. Llego un momento en el que Regulus dejo de sentir todo, las lagrimas salían pero el no las sentía, los golpes dejaron de doler, los insultos hacia el por salir con James Potter dejaron de afectarlo, ya había dejado de sentir nada, aveces volvía el dolor, hoy había vuelto pero hoy también acabaría. Estaba por hacerlo, todos los recuerdos empezaron a pasar por su mente, cuando conoció a Barty en el tren y se hicieron inseparables, como al principio odiaba a James con todas sus fuerzas, y luego termino enamorandose de el, y como nadie había aceptado su amor y le decían traidor a la sangre, como había arreglado su relación con Sirius, como Remus termino siendo una muy buena persona para hablar, cuando aprendió a volar en escoba y entro al equipo de Quidditch jugando en el puesto de buscador buscador, pero esos recuerdos ya no importaban pronto ya no los recordaría, y dejaría de sufrir, solo quería dormir y no despertar.
—hazlo—le dijo una voz en su cerebro
—pero me dolerá—le respondio
—si, tal vez duela pero solo serán unos segundos de dolor—le dijo la voz en su cabeza—pero seguir viviendo dolerá para siempre
Esa voz tenía razón, ¿Para que iba a seguir sufriendo? Su vida era una mierda el podía terminarla ahora, ¿Por qué no lo hacía? No tenía nada por el que vivir ya había matado a todas sus mariposas. ¿Por qué seguir viviendo? ¿Para que iba a vivir si ya había escrito todas las cartas? ¿Por qué motivo? No había nada por lo que vivir, nada lo detenía a hacerlo, ni James, ni Sirius, ni Barty podían detenerlo. No creía que nadie pudiera detenerlo, algunas veces estaba James para apoyarlo, pero siempre que trataba de agarrar sus manos, resbalaba y se hundía en una depresión sin fin.
—¿Que es tan difícil? Salta idiota—le gritó la voz en su cabeza—sigues esperando que alguien venga a salvarte, nadie va a hacerlo no importas una mierda
