Capítulo 7

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  • Dedicado a THG
                                    

25 de Agosto de 2014. Los angeles

Solo habían pasado dos meses desde que todo el mundo se enteró de que Gale Dumm le fue infiel a Jessica Velasco con una morena a la que nadie había conseguido darle un nombre o apellido.

Jess miró por la ventana y se preguntó cómo podían las cosas cambiar tan radicalmente. En un minuto, en un segundo. Solo bastaba eso para que tu vida diera un cambio de 180º. 

En ese momento, alguien llamó a la puerta de su camerino.

-¡Adelante! -gritó sin preguntar quién era.

Y debió haberlo hecho, porque la persona que atravesaba la puerta no era nada más y nada menos que Gale. Puso los ojos en blanco de forma exagerada, pero no le importó que él lo viera. En publico debía fingir que lo había perdonado y que eran felices, pero en privado lo odiaba y se sentía libre mostrándole su profundo desprecio.

-¿Qué quieres?

-Ellen me ha pedido que te diga que al ser la primera vez que hacemos una entrevista en directo desde... ya sabes... -Jess puso los ojos en blanco una vez más- Que me des la mano y me sonrías mucho. Y que si puede ser... dejemos para el final... -el joven miró al suelo, avergonzado- un beso.

La actriz miró a su compañero muy fijamente.

-Eso no tiene ningún sentido. Todo el mundo se dará cuenta de que es fingido. Nunca nos habíamos besado en un programa antes, ¿y ahora sí? ¡Falso! -alargó mucho la a de falso, para recalcar el tono aburrido que solía utilizar cuando estaba a solas con el chico.

-Es lo que ha dicho Ellen.

-Pues dile que ya tengo suficiente con que los productures y Boonie me digan lo que tengo que hacer o decir, así que que se meta sus consejos por donde le quepan.

Gale suspiró y se dió la vuelta. Giró el pomo de la puerta, pero después la cerró de nuevo y se acercó a Jess. La miró a los ojos y le habló con un tono vacío que a la chica le puso los pelos de punta.

-Mira Jessica, no puedes hacer lo que te dé la gana cuando te dé la gana. Esto es un negocio, por si no te habías dado cuenta. No hago esto no por intentar recuperarte. Si no puedes perdonarme, lo entiendo, lo que hice estuvo mal. Pero por favor -suspiró de nuevo-, al menos tratemos de ser amigos, o colegas. No podemos fingir que estamos mejor que antes de que todo pasara si me tratas con tanta hostilidad.

 Jess miró a los ojos a Gale. Con esa luz, parecían blancos. La chica recordó que hacía solo unas semanas, le parecían los ojos más fascinantes del mundo. Y ahora solo le daban asco. 

-Mira Dumm -dijo imitando su tono-, si eso intentaba ser un discursito motivante, alentador o algo así... lo siento pero ha resultado bastante patético. Prepáratelo para la próxima y no improvises. Y ahora -hizo un gesto con la mano-, vete. Tengo que acabar de prepararme.

Gale apretó la mandíbula y salió de la sala. Después, escuchó como hablaba con alguien y una mata de pelo rojo entró por la puerta. Jess le sonrió a Boonie.

-¿Estás lista? -preguntó la directora, y después se sentó en la silla de al lado de la actriz.

-No, la verdad es que no... Pero tengo que hacerlo.

Boonie asintió.

-Gale me ha dicho que no estás deacuerdo con lo del beso.

Jess alzó una ceja.

-¿Lo sabías?

-Sí, claro -la mujer agachó la cabeza-. Yo estaba delante cuando Ellen se lo dijo. Y creo que es una buena idea -volvió a alzar la vista.

-¿Cómo? -preguntó Jess alzando la voz.

-Cariño, la gente no se cree que hayas sido tan estúpida de perdonar a Gale...

-Y no lo he hecho... -murmuró la chica.

-Ya, pero eso ellos no lo saben. De eso se trata... tienes que hacer creer a todos que todo entre vosotros va mejor que nunca. Que solo ha sido una crisis.

Jess se levantó de su silla de un salto y miró a su B con furia.

-¿Es que nadie entiende que no quiero quedar como una niñata estúpida que se deja enredar por un puto hombre infiel? -chilló.

Boonie se levantó también de la silla y le habló a Jess con un tono molesto, pero sin alzar la voz.

-¿Y tú no entiendes que esto es Hollywood? Nadie deja de actuar cuando un director grita corten. Esto es un negocio. Si no te gusta, puedes dejarlo en cuanto tu contrato venza, es decir, después de la premiere de la película. Hasta entonces, harás lo que se te diga.

Jess se quedó sin palabras. Durante esas semanas, Boonie Beast había estado motivándola para seguir adelante, por mucho que a la chica le costó (varias veces estuvo a punto de dejar la película). Pero siempre le había hablado como una amiga. Y ahora, que le hablaba como el resto... tan fríamente, como si sus sentimientos no importaran... quiso llorar. Pero no iba a dejar que la vieran.

-Vete a la mierda -susurró.

-Bien -respondió Boonie, con el mismo tono que había usado antes. Y se fue, dejando a Jess llorando.

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