Pequeñas elecciones de vida *Adaptación* [COMPLETA]

San Valentín P1

Pov Mew

"¿Earth, estás seguro de esto?" le pregunté al reflejo de mi hermano una vez más.

Estaba mirando la ropa que Earth había elegido para mí. Me había puesto unos pantalones negros con una camisa azul marina y una chaqueta negra.

"Mew, todo saldrá bien. Ya verás."

"Es que no quiero molestarlo hoy, de todos los días."

"Le encantará, Mew."

"¿Y si no lo hace?"

"Todavía te querrá, hermanito. Ahora, respira hondo y ve abajo. El hombre de tus sueños te está esperando."

Sonreí. "¿Cómo está?"

"¡Baja y averígualo!" dijo Earth mientras me sacaba a empujones de mi habitación.

Bajé las escaleras rápidamente, ansioso por ver a Gulf otra vez. Paré en el rellano. Estaba hablando con mis padres. Llevaba un jean azul rasgado y una camisa larga blanca enorme, el cabello acomodado y un poco rizado. Estaba angelical. Bajé el resto de los escalones y me acerqué a él.

Se giró y me sonrió. "¡Estás muy guapo, Tutor-boy!"

"Estás radiante," le dije mientras cogía sus manos. Le besé las dos.

"Los dos estáis muy bien," dijo mi madre, sonriéndonos.

"Mew, tenéis que iros," me recordó Earth.

"Os veremos más tarde," dije a mi familia mientras guiaba a Gulf fuera de la casa.

Fui hasta mi coche, abriendo la puerta para él. Se subió en el asiento y cerré la puerta. Corrí hasta mi lado y me subí, ansioso por estar de camino.

"¿Tengo alguna pista de a dónde vamos?" preguntó.

"¿Qué tipo de pista quieres?" bromeé.

"Las buenas que me lo dicen todo," contestó con una sonrisa maligna.

"¡Eso no es una pista, Gulf!" me reí.

"Podríamos hacer otro compromiso," ofreció.

"La verdad es que pensaba recordarte el compromiso del hospital. En el que aceptabas una sorpresa sin quejas."

"Sí que tienes una extraordinaria memoria, Mew," se rió por lo bajo.

"Estás muy guapo, Kanawut."

"Alguien está nervioso," se rió.

"Sabes, puede que me guste tu nombre" dije, poniendo los ojos en blanco.

"O puede que sólo estés nervioso," dijo con una sonrisa de entendimiento. "Debo suponer que nos dirigimos a un restaurante muy caro."

"¿Qué te hace decir eso?"

"El traje tan caro que me ha puesto Earth," se rió. "Aunque está bien."

"Gracias. Me preocupaba que serías cabezota esta noche y tendría que recordarte una y otra vez nuestro trato."

"¿Puedo contarte un secreto?" preguntó, mirándome a través de sus pestañas.

Asentí, ansioso por averiguar lo que tenía en mente.

"Estoy emocionado por esta noche, por ver tu sorpresa. Pero si le dices a alguien que te he dicho eso, lo negaré. No me gustaría que ninguno de ellos tuviera la impresión de que gastarse dinero en mí está bien."

"Tu secreto está a salvo conmigo," dije mientras le daba la mano. Le besé la palma.

"Lo sé. Nunca me harías daño."