02

400 64 16
                                    

Al llegar a casa después de mi clase de mi piano, Soobin es quien me recibe con los brazos abiertos como todos los días desde que aprendió a caminar.
A pesar de ser hijo de JaeBeom, es mi adoración por completo.

Mi hermanito tiene siete años, tiene el cabello rubio como mi abuelo y grandes ojos castaños brillantes. Es sumamente tierno y adorable. Me encanta verlo dibujar los fines de semana o jugar en la alberca con mamá.

-¡YoungJae hyung, ¿cómo te fue en la escuela?!

Su emoción es tan genuina y hermosa que me recuerda cuando yo era más pequeño y corría a recibir a mi mamá después de mucho tiempo de no verla.

-Me fue muy bien, ¿cómo te fue a ti?, ¿tienes otro amigo nuevo?

Lo veo inflar sus mejillas un poco antes de asentir con mucha efusividad al tiempo que sonríe.

-La maestra presentó a un niño nuevo hoy. Se llama Kai Kamal y viene de una isla, ¡como Moana!

Una risa se me escapa cuando lo escucho hacer aquello comparación. Es que, es inevitable si ves a Soobin con mejillas rojas, ojos brillantes y sonrisa de oreja a oreja mientras habla. Es un niño que fácilmente te enamora.
Llegó a la sala aún con Soobin en mis brazos, dejó mi mochila en el sofá y luego me siento con mi hermanito encima de mí.

Esta tan feliz hablado de su amigo que no se da cuenta de nada a su alrededor. Ni siquiera de donde está. A él bien podrían robárselo sacándole conversación de cualquier tema. Así de fácil es de distraer mi pequeño hermano.

-Habla Coreano e Inglés y dijo que le agrado. Paso todo el receso conmigo y me regalo un chocolate que te quise guardar, pero que me comí porque se estaba derritiendo.

-No importa, de todos modos era tuyo. - digo sonriendo y peinando su rubio cabello. - ¿qué más paso?

-Kai dice que mañana me va a regalar dulces de mis favoritos y que probablemente le diga a papá que me deje ir a su casa para jugar, ¿Crees que me dejen ir, hyung?

-Sí pones ojitos tristes y hacer puchero yo digo que sí.

Una risita se le escapa para luego mirar con atención mi cuello. Llevo una cadena de oro con mi nombre así como él lleva la suya. JaeBeom nos las regalo en Navidad hace tres años, cuando Soobin tenía cuatro.

-Hyung, ¿por qué tu cadena tiene un corazón?, la mía solo dice Soobin. Que injusto.

Jamás le he prestado atención a como mi cadena está hecha, cuando la recibí, fue mamá quien me la dio, aun cuando la tarjeta decía que era de JaeBeom.

-No lo sé, pero podemos preguntarle a papá, ¿Quieres preguntarle?

-¿Preguntarme qué?

La voz de JaeBeom sale de la cocina asustándonos a ambos. Soobin se baja de mis piernas para correr a donde está mi mayor con una taza entre sus dedos. Lleva un pantalón deportivo flojo negro y una camisa blanca. Es hasta ese momento que doy cuenta de su atuendo. Su cabello está sujeto en una coleta mientras ciertos mechones cubren su frente y orejas. JaeBeom tiene 28 años, se casó con mi mamá cuando tenía 21.

Y yo sigo sin saber porque mierda lo hizo. Teniendo la edad que tiene, yo habría aprovechado e irme por todo el mundo. Ahora solo siento pena por él y su vida aburrida basada en cuidar una familia a sus 28 años.

-Papi, ¿por qué la cadena de Jae hyung tiene un corazón y la mía no?

-No sabía que tiene un corazón.

Dice mirando al pequeño y luego a mí de manera aleatoria y sin dejar de sonreír. Casi parece una mentira lo que está diciendo.
De igual forma no le tomo importancia y después de convencer a Soobin de ir a jugar más tarde, subo las escaleras a mi habitación.

Aún tengo que buscar el regalo del insufrible que tengo como familiar, para su cumpleaños 29 que es en dos semanas. Había pensado en darle otra camisa o quizás una cámara nueva, ya que la suya por accidente se rompió. Y digo que fue accidente porque dudo que Soobin lo haya hecho a propósito.

Dejó la puerta abierta mientras abro la computadora y me dedico a buscar cosas aburridas para regalar. Hay muchas cosas que podría darle, pero extrañamente nada me gusta.

-¿Buscando más regalos para tu novio el playboy?

JaeBeom está parado en el marco de la puerta mirándome con una sonrisa. Jamás me ha gustado que me sonría o me mire más del tiempo necesario. Muchas de las veces, creo que es con otras intenciones que lo hace.

-No es un playboy, es actor y ya deberías saberlo, ya que tú también eres actor. - Respondo sin despegar la vista de la pantalla de mi computadora. Mis ojos captan la imagen de una cámara profesional que quizás pueda gustarle y la agrego al carrito. -¿Me prestas tu tarjeta de crédito?, voy hacer una compra y la mía no sé dónde está.

-Me gustaría hacerlo, pero acabo de cancelar todas mis tarjetas.

Me giro a verlo justo en momentos en que él se agacha para ver lo que estoy haciendo, provocando que nuestras narices se rocen y que mi boca se abra por la sorpresa. De cerca, puedo ver mejor sus lunares y sus ojos.
De cerca puedo sentir su respiración en mis labios.

Lo empujó lejos de mí cuando caigo en razón. Me levanto y camino a mi cama para buscar mi billetera. JaeBeom no se ha movido ni un centímetro siquiera.

-Olvídalo, aquí está. Ya puedes irte y por favor no me molestes en toda la tarde, tengo tarea y un proyecto pendiente.

Lo empujó por el pecho para que salga de mi habitación sin dejarlo decir nada y cierro la puerta en su cara para luego respirar muy profundo.

¡Esta mal!, pero tócame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora