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-¡¿Entonces Chungka puede quedarse?!

Chilla Soobin emocionado.

-¿Quien? - preguntó mirándolo y luego dándome cuenta de que hablaba de Hueningkai porque este lo empuja fuera del pequeño colchón que tenemos en el suelo de la mi habitación.

Soobin comienza a reírse mientras Kai le pega sin muchas fuerzas en las manos y luego en la boca.

-¡Ese es tu nombre de la isla, no te hagas!

-¡Ya te dije que yo no soy Moana, gigante daltonico!

Y para qué negarlo, se ven muy tierno peleando de esa forma. De un momento a otro, Soobin le lanza una patada a Hueningkai que lo hace caer al suelo lo que en cierta forma me asusta, pero al ver cómo el amigo de mi hermano se levanta y le pega un poco más fuerte que antes es que respiro tranquilo. Los separó cuando veo que las agresiones suben de nivel y Soobin se queja mirando a Kai enojado.

Su amigo le saca la lengua y se sube a la cama sonriendo.

-Ya, mucho pleito para hoy. Hablemos a la casa de Hueningkai.

-¿Pará qué?

La voz de JaeBeom a mis espaldas me hace sentir asustado por primera vez en ocho años. Doy un paso atrás cuando me giró y dejó que Soobin se baje de mis brazos para que vaya con él. Mi mayor lo eleva en sus brazos y le da un besito en la mejilla así como Soobin también lo hace.

-¡Papi! En la escuela me hicieron llorar. - dice haciendo un puchero. - pero YoungJae hyung me dijo que la maestra está loca y que no tengo porque hacerle caso.

-¡Oye yo no dije que estaba loca! No seas mentiroso Soobin.

-Pero si dijo que no le hiciéramos caso.

Apoya Hueningkai desde la cama. Soobin sonríe y yo le doy un leve golpecito en la cabeza. A Kai le quito mi peluche de snorlax y lo dejó lo más arriba que puedo de mi closet. Ambos hacen puchero y yo los ignoró porque el papá de esta casa aquí. Él tiene que poner orden.

-¿Si podemos llamar para que dejen a Chungka quedarse?

JaeBeom eleva una ceja y Kai se cruza de brazos enojado.

-Soobin le acaba de cambiar el nombre a Kai, dice que Chungka es su nombre de la isla, así como el de Moana.

-Entonces Soobin va a llamarse bebé llorón a partir de hoy. - dice Kai inflando sus mejillas y cruzándose de brazos por segunda vez. Yo solo puedo mirarlos sonriendo.

JaeBeom se lleva a Soobin al estudio, donde llaman a casa de Hueningkai para que se quede a dormir con nosotros. Soobin es muy querido por la familia de su amigo así que no resulta tan difícil convencerlos. Soobin dice que más tarde traerán las cosas de Kai para que cambie y pueda dormir. Así como el uniforme.

Cuándo ya son más de las siete, los cuatro estamos en la terraza comiendo Hot Cakes con piel y crema de arándano. JiSung se ha esforzado este día en complacer a los dos más chiquitos que ni siquiera se dio cuenta que la crema de arándano me hace daño. De igual forma lo dejo pasar y tomó los que menos tienen para terminar de limpiarlos con una servilleta y mi tenedor. JaeBeom no ha dejado de verme desde que llego y yo siento que sus ojos miran más de lo que deberían.

Acepto que es mi culpa porque deje que pasarán las cosas de esa forma, en vez de ponerle un alto a lo que sea que estaba sintiendo en aquella ocasión, deje que mi calentura del momento fuera partícipe de los dedos y labios de mi mayor. De la sensación que embriagaba mis sentidos cada que sus labios se encontraban con los míos y sus dedos se deslizaban por todo mí...

Igual no fue tan bueno como se sintió.
Hago un puchero cuando mis pensamientos se inclinan a esa noche en la sala. No quiero pensar en ello porque entonces eso quiere decir que anhelo hacerlo de nuevo. Y no es lo correcto. No está bien, entonces ¿por qué mi cuerpo se altera de esa forma cada me mira o toca por accidente?, ¿por qué mi corazón se acelera por las noches cuando tengo esos sueños?, ¿por qué no puedo controlar nada en mi cabeza?

-¡YoungJae hyung estas tirando la leche!

Chilla Soobin llamando mi atención y dejo la jarra en la mesa cuando me doy cuenta de que el líquido también ha caído en mi pantalón en una pequeña cascada que se desliza desde el vaso y crea una mancha blanca. JiSung se acerca a mí para limpiar y yo me levanto de la silla para intentar secarme un poco.
La risita de Soobin y Kai me hace mirarlos y luego ambos dejan de reír. JaeBeom se acerca a mí con una servilleta entre sus manos para luego agacharse frente a mí y mirarme mientras limpia mis piernas con mucha calma.

Puedo sentir mis mejillas arder cuando pasa la servilleta discretamente por mis muslos internos. Paso saliva en un intento por calmar mi corazón y los nervios que se han desencadenados en mi cuerpo. Entonces JiSung se da cuenta de mí mirada y tose tras de JaeBeom llamando mi atención y la de mi mayor.

-YoungJae, Mark hyung está en la sala esperándote. Dijo que es algo importante. - dice mirándome con el ceño fruncido.

-Voy, gra-gracias Sungie.

Soobin me mira y luego sonríe.

-Hyung tiene que bañarse hoy. - canturrea como si yo jamás me bañara. - hyung va a oler a leche cuando vaya con el tío Mark.

-Soobin, termina de cenar para que vayas a bañarte. - interrumpe JaeBeom mirándolo y luego a mí. - date prisa, tu mayor está esperándote.

Dejó la servilleta en la mesa y corro hasta la sala, JiSung me sigue el paso y antes de siquiera recorrer la puerta, me sujeta del brazo y me mira. Él se dio cuenta de lo que estaba pasando hace solo unos segundos.

-No está bien lo que estás haciendo. - dice muy, muy serio. - es el esposo de tu mamá.

Y para que mentir, sus palabras fueron como un golpe directo en la cara que provocó, volviera a la realidad. JaeBeom no es más que el padre de mi hermano y esposo de mi madre.

-Lo sé y te aseguro que no está pasando nada, Hannie. No te preocupes.

-Te escuche, YoungJae. Ese día en que te llevaste el auto sin permiso, yo estaba en la cocina preparando la cena.

¡Esta mal!, pero tócame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora