Una correlación

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Dentro de mí, la escritura siempre ha estado arraigada, hasta lo más profundo, desde y por siempre. No hay manera de explicar la sensación que me produce crear un escrito, un relato, una descripción. La manera en la que las palabras

Siempre he creído que un escritor es un dios o una escritora una diosa. Tienen el poder de crear todo un universo entero. Un mundo inexistente, de un momento a otro existe; todo gracias al escritor o escritora. Gracias a sus experiencias de vida, al impacto que cada momento ha dejado en su vida, así como el escritor o escritora es moldeado por la vida, también puede moldear mundos. Qué forma tan sublime, sutil y delicada de trascendencia.

Las palabras bailan conmigo, al ritmo de mis pensamientos, cada palabra es una nota y cada oración un nuevo paso de baile. Las palabras son mis compañeras, siempre a mi disposición y yo eternamente a la suya. Somos mutuas, recíprocas, complementarias. Ellas me llenan de vida y yo les doy vida a través de mis escritos. Ellas me dan sentido y yo les doy sentido a ellas en cada oración. Ellas me sacan del aislamiento y yo les doy un lugar en donde puedan sentirse aceptadas, las acojo en mi mundo. Somos una correlación. Aunque hay millones de personas en el mundo usándolas; son solo mías. No hay nadie que disponga de ellas cómo lo hago yo. Somos correlativas. Sin embargo, yo les pertenezco aún más de lo que ellas a mí. Me han seducido con su esplendor y sublimidad. Con su manera de darle sentido a mi vida. Cada momento, cada sensación, cada lágrima, sonrisa, fracaso, alegría, triunfo, en ellas me permiten desplazar. Son mis confidentes; eternamente confortantes, apacibles. Son mi lugar.

Y juro que al bailar con ellas me siento bonita, de una manera inexplicable. 

La belleza de nuestra esenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora