El otro día estaba sentada en un Starbucks, esperando a que mis amigos llegaran, en la mesa que estaba a lado mío, unos chicos rubios, bastante guapos, susurraban entre ellos y miraban hacia mi dirección, entre los susurros alcancé a escuchar lo siguiente: "Está bonita", "O la hablas tú o le hablo yo"
Yo simplemente tenía la mirada fija en mi celular pretendiendo no escuchar nada.
Finalmente uno de ellos se levantó y caminó hacia mí, me puse nerviosa, sentí cómo me ruborice, y mi corazón comenzó a latir rápido. Me llevé una sorpresa cuando él chico no sé detuvo frente mío, sino que siguió caminando y se detuvo con la chica que estaba sentada en la mesa del otro lado. Y le preguntó "¿Quieres tomar un café?" y la chica sin más ni menos le respondió muy tranquilamente "Sí quiero". Era una chica muy guapa, de piel blanca, ojos castaños claros, cabello largo, lacio, del mismo color de sus ojos y labios rosas.
Y... Contrario a lo que muchos podrían pensar, no me sentí avergonzada, ni tonta, ni fea, sino que me sentí bonita,
porque no me importó que aquel chico no se hubiese detenido frente a mí. No me importó que pensara que aquella chica era más linda que yo.
Y fue entonces cuando entendí que no necesito que un chico me diga que soy bonita para sentir que lo soy. Porque yo mejor que nadie sé que soy bonita.Y no me hace sentir mal ver chicas que son más bonitas que yo, no me hace sentir mal porque sé que yo soy bonita con lo tengo y como soy. Y esto, más que otra cosa es aceptación. Y no es fácil lograrlo, a mí me ha costado años y lágrimas.
Sentirse bonita va más allá de que un chico que no conoce nada de ti, te diga que eres bonita.
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La belleza de nuestra esencia
Non-FictionOriginalmente, una iniciativa llamada "Me siento bonita/o cuando..." en donde les comparto los momentos en los cuales me he sentido bien conmigo misma y sobre todo, me he sentido feliz. Espero todos estos momentos te inspiren de alguna manera.