segunda sesión

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—Bien chicas, díganme, ¿En que puedo ayudarlas?—Comenzó la doctora, tomando los lentes con un armazón de aluminio que estaban encima del escritorio y colocandolos sobre el puente  de su nariz.

Sana las miró por encima de los lentes bajando su rostro levemente, el movimiento logrando que su cabello se moviera hacia adelante.

Jihyo pasó saliva, notablemente nerviosa, incluso para las dos féminas de la habitación—Bueno, usted sabe... Em, ugh.

—Ay, linda, menos formalidad—Interrumpió amablemente la doctora.—Pueden decirme Sana, y por lo que me dijo el reporte de mi secretaria...—Pausó unos segundos mientras recorría sus ojos por una libreta.—Tienen problemas para copular.

La pareja contorsionó sus facciones entre asombro y vergüenza con calor en las mejillas, mientras la doctora por su parte las miraba con algo que no lograban decifrar.

Jihyo no hizo más que parpadear múltiples veces, hasta que la doctora no pudo contener una suave y contagiosa risa.—Disculpen chicas. ¡Es que están demasiado tensas! No creo que logren su objetivo si están tan alarmadas, y olviden lo de copular, es un término que le dejaría a la veterinaria.—Sana sonrió.—Ahora, sé que es algo complicado relatar su intimidad a una completa extraña, pero necesito un indicio para apañármelas.—Realizó una pausa.—¿Podrían calificar en una escala del uno al diez, que tan diversos creen que son sus encuentros sexuales?

La pareja se miró, y atreviéndose un poco, Momo finalmente musitó.—Un... un...—Titubeó, con el calor en sus mejillas y cuello casi inaguantable.—¿Dos, tal vez?—Finalizó, ganándose una mirada entrañable de la castaña a su lado.

—Mm.—Jihyo movió su cabeza de arriba hacia abajo, concordando.—Dos.

Jihyo y Momo sabían que era así, ¿Por qué se sentían tan apenadas? Ellas se sentían muy orgullosas de su sexo vainilla.

Bueno, no tanto, de hacerlo no estarían en esta situación.

—Ya veo, ¿Han probado usar juguetes sexuales?

—Sí.—Respondieron al unísono.

—¿Juntas? ¿O por separado?—Cuestionó nuevamente.

—Mm, ambas.—Susurró Momo.

Esto descolocó un poco a Jihyo, no porque le molestase, al contrario. Sintió despertar una intriga en sí misma.

¿En que pensaría Momo cuando se sentía particularmente caliente y Jihyo no estaba allí?

La coreana se limitó a decir que lo habían intentado juntas, al menos así fue para ella.

Después de algunos segundos de silencio, la doctora alzó la mirada de su lugar original, y aclaró su garganta.—Bien, están ayudando a la perfección, ahora tengo una última pregunta para ustedes, ¿Se sienten versátiles o alguna de ustedes toma el liderazgo de manera natural?

Sabiendo que su novia probablemente se ahogaría intentando explicar, la castaña se apresuró a responder.—Yo, yo tomo el liderazgo... ¡Es decir! A veces, pero Momo también, ay no.— Jihyo miró a la profesional en auxilio, no podía expresar la idea y temía quedar como una dominatriz sin sentimientos que usaba a Momo sin nada a cambio.

—La verdad es que el espectro de los roles sexuales es muy extenso y depende de cada persona pero,—Sana expuso.—Les recomiendo explorar un cambio de roles, e incluso, que planteen un juego donde no son ustedes en lo absoluto.—La doctora seguía un patrón en donde escribía en su libreta tras preguntar algo, las miraba y luego regresaba a escribir.

Momo se encogió de hombros, no por soberbia alguna, sino por la falta de palabras ante la información.

Aparentemente, Sana había terminado con las notas, porque las apartó y las posó en su escritorio.

—Bien, lindas. Les diré lo que pueden ir practicando para solucionar esta cuestión.—Sonrió, Sana sonreía mucho, Jihyo presumía que era para que sintieran algo de seguridad.—Lo primero es, no tengan miedo de explorar sus fantasías aunque algunas parezcan aterradoramente oscuras o... "sucias".—Hizo comillas con sus dedos y luego juntó las palmas para sonreír apacible.—Lo segundo es, comuníquense. No dejen nada a la imaginación, sean concretas en lo que quieren, ¿Bien?

—Sí, claro. Gracias Sana.—Respondió la pareja al mismo tiempo, dejando salir contagiosas carcajadas que terminaron haciendo reír a la doctora también.

Dejando atrás a una meditabunda y risueña Sana en su estudio y avanzando hasta su automóvil, la pareja reflexionó todo lo dialogado en la consulta. O mejor dicho, lo que dijo Sana y que en respuesta asintieron.

El camino de regreso estuvo ocupado por un silencio cómodo pero que guardaba sus opiniones para la seguridad de su habitación, pues continuaban sin saber exactamente qué decir.

Jihyo pensaba en la vulnerabilidad de dejar que Momo la usase por completo, o tal vez ordenarle lo que debía hacer para complacerla, incluso tan lejos como fingir que Momo merecía un castigo y ella envolvería sus manos alrededor de su cuello y apreta–

Carajo.

Uf, hacía calor en el auto. Aún más con la mano de Momo sobre su muslo mientras la otra estaba asentada firmemente sobre el volante.

Un maravillosa vista, a decir verdad.

—Jihyo, ¿Cariño?—Cuestionó la mayor, sintiendo la temperatura que irradiaba el mismo cubierto de jeans claros al detenerse en su semáforo en rojo.—¿Te encuentras bien? Estás algo caliente... ¿Será la fiebre de primavera?

Oh, cariño. Ojalá fuese la fiebre de primavera.

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jihyo atrevida en que estarás pensAndoO.

hola chiques, probablemente actualice cada 5/7 días. también tengo pensado publicar un os mihyun medio spicy, por si lo quieren leer. que tengan un lindo día







DIRRTY | SAMOHYO AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora