décima primera sesión. extraoficial

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—La verdad es que Jihyo y yo tuvimos una discusión que resolvimos de manera algo inusual para nosotras, por ponerlo de alguna manera.—Explica, Momo ha logrado superar su vergüenza últimamente.

Jihyo suelta un soplido de alivio al saber que era lo que iba a decir, pero sus ojos también se ensanchan por la misma razón.

Sana sabe a que se refieren.

Sana no quiso imaginarlo, en serio. Pero involuntariamente lo hizo y su mente ahora dispara variables que ofuscan su norte y envuelven su palacio mental en una neblina lujuriosa.

Momo sigue hablando y Sana pretende que está escuchando mientras Jihyo asiente a lo que su novia dice, esto la hace una terrible terapeuta de pareja. Al menos por este instante, lo hace.

Está disasociando y sabe porqué, sus manos están temblando un poco y siente que tiene la presión de un agujero de gusano en su pecho. Sus hombros estaban siendo presionados hacia abajo por un peso invisible y ya sabe por qué sentía calor hace rato.

Está angustiada. Y por el bien de su salud mental tiene que decir lo que tenía pensado guardarse por un rato o al menos hasta el final de la sesión.

—¡Me gustan!—Declaró, haciendo que la sala caiga en silencio.

—¿Los strap-ons?—Cuestionó Jihyo, confundida.

—¡Sí!—Contesta Sana, aunque se retracta.—Es  decir, no. Sí, me gustan los strap-ons, pero me refería a que me gustan ustedes. Como pareja.—Toma aire.—E individualmente. Entiendo si no quieren tenerme más como su terapeuta y de hecho también tengo una colega excelente que puedo recomen-

—Sana, está bien. Respira un poco.—Jihyo es quien habla, con una sonrisa. Sana no sabe que está sucediendo, porque Momo la está mirando con la misma sonrisa.

Haciendo memoria, la pareja encuentra cuando fue que aclararon este acuerdo entre ellas. Ah sí, durante el desayuno post-sesión de SSC (Sexo, salvaje y consensuado.) Momo dijo algo sobre su chiste de anoche, Jihyo confesó lo que realmente sintió y Momo rió y le dijo que lo sospechaba. Así fue como decidieron hablarle a Sana hoy.

Y al parecer, Sana también.

—Nos atraes, Sana. Queríamos decirte y que tú decidieras que era lo que querías.—Habló Momo.

Vaya, Sana se sorprendió un poco, su última relación no acabó muy bien y tampoco fue rosas y arcoíris. Tomó mucho de Sana sin preguntarle emocionalmente hablando y fue un viaje largo sanar aquella herida.

Le estaban preguntando que era lo que quería ella después de tanto tiempo, Sana no pudo evitar decir...

—Sí.

—¿Sí?—Preguntó la pareja a la vez.

—Sí, es decir. Ustedes tambien me atraen.—Pausó.—Pero la verdad me daba un poco de miedo confesarme, no quería ni quiero entrometerme en un relación y ni siquiera estaba segura de si les interesaba la poligamia.

—Entiendo, nosotras tampoco queríamos ponerte en una posicion incómoda. ¿Sabes?—Explica la mayor de las tres.

Sana asiente y mira como Jihyo vuelve a hablar.—Entonces... ¿Qué les parece si cenamos en nuestro apartamento. ¿Eh, Sana?

—Por supuesto.—Dice sonriendo, sus nervios no han disminuido ni un poco.—¿A qué hora?

—¿Siete y media, ocho?

—Claro que sí.

Se dispusieron a terminar de hablar y arewglar un par de cosas, entrando en un ambiente amigable.

DIRRTY | SAMOHYO AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora