Capítulo 2

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"Son las ocho en punto de la noche, se le indica a todos que la hora establecida para el descanso saludable de un omega, da inicio. Por favor permanezca en su hogar y que tenga un feliz sueño."

Louis escuchó atentamente la alarma que se emitía todos los días y por amistosa que sonara, era por completo la contención de la población, al menos en su sección, la que se suponía que tenía más libertades que la sección beta y alfa.

Sabía que su madre ya se encontraba dormida, así que tomó todo su valor y tomó su mochila con suministros suficientes para sobrevivir, le llevaría alrededor de dos horas y media llegar a la sección 3-a, así que tomó lo necesario por si algo salía mal y terminaba perdido en el bosque, aunque confiaba en su sentido de orientación e inteligencia, así que la preocupación seguramente era por el hecho de que básicamente estaba rompiendo miles de reglas establecidas y se estaba exponiendo a un inminente ataque de algún alfa, porque tal vez y solo tal vez, si eran como Felicia detalló en aquellos diarios.

Consiguió escabullirse exitosamente por su ventana, teniendo su transporte listo para la huída del año, se subió a la bicicleta y se dirigió al punto débil del muro de la sección 1-o. Un accidente sucedió, un coche terminó estrellado en el muro, dejando un considerable hueco que los betas llegarían a reparar en cuanto fuera posible.

Al llegar al punto clave de su huída, maldijo, habían unos guardias cerca de la zona y se sintió en parte tonto por no predecirlo antes, pero inmediatamente ideó un plan. Se colocó la capucha que su suéter tenía y se subió a su transporte, tomó una piedra grande, que afortunadamente encontró, lanzadola a un auto considerablemente lejano, consiguiendo romper el cristal de la ventana cerrada y gracias ello, provocar que la alarma se activara y tomara la atención de los guardias, aprovechó que ambos se alejaron del hueco y comenzó pedalear lo más rápido que sus piernas le permitieron.

Su adrenalina subió a un grado exorbitante, se sentía tan emocionado que lo hizo gritar de felicidad cuando por fin pudo salir de la sección 1-o, seguía pedaleando con rapidez y agilidad, recordando el mapa mental de las bases de vigilancia y la forma de evitarlas, también sabiendo que había un área, justamente el área de minería, por la que se podía colar sin problema alguno, si llegaba a la hora correcta, lograría entrar sano y salvo.

Tenía miedo, estaba aterrorizado, probablemente su hermano lo odiaría, probablemente pensaba que él también lo abandonó. Tal vez el resto de alfas lo trataba mal por su apellido, tal vez había enfermado, tal vez no aguantaba el trabajo, tal vez le guardaba rencor porque él nació omega. Pero, Louis no podía hacer nada ante su madre, él también recibía órdenes y las obedecía absolutamente, sin poner quejas porque eso expresaría total incompetencia, porque si no respetaba lo que su madre gritaba como órdenes, él no sería más que un inútil con suerte de tener el apellido Tomlinson.

Tenía tanto rato pedaleando que sus piernas comenzaba a sentir entumecimiento, pero lo ignoró, apenas tenía media hora manejando, le quedaban tres y no tenía permitido descansar, al menos a que únicamente quedaran pocos metros de distancia a su destino, si se ponía a pensar en su cansancio, tendría muy pocas horas para obtener información sobre su hermano y no se podía permitir eso, porque, si su madre descubría que había huído por la noche y además por ir a desobedecerla olímpicamente, los días en búsqueda de su única familia real, cesarán sin antes empezar.

Sentía el sudor bajar por sus mejillas, probablemente rojas, era bastante activo, el ejercicio y entrenamiento no eran por nada, lo estaban ayudando a no permitirse descansar y así conseguir llegar con mayor rapidez a su ansiado destino, soltó un jadeo e incluso intentó ser más rápido, observó su reloj de mano y notó que ya solamente le faltaba una hora para llegar a su destino, sus piernas estaban a nada de fallecer, pero al menos su resistencia aumentaba y tenía la probabilidad de acercarse a donde estaba su hermano. Realmente deseaba que no lo odiara, tal vez se encaminaba con total resignación a que le diera un buen golpe por tanto tiempo sin buscarlo, a fin de cuentas, él mismo sentía que lo merecía.

Omega supremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora