Capítulo 12

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Si le hubieran dicho que sería capaz de conocer a un alfa, habría ignorado por completo la locura de la persona que le dijera eso, pero que le hubiera dicho que se estaría debatiendo internamente en una lucha interminable entre la razón y sus sentimientos, él hubiera entrado en la locura, como lo estaba en ese momento.

Si sentía algo por Harry... ¿Qué era lo que sentía?

No podía ser amor, solamente habían experimentado dos besos juntos, no había una declaración por parte de ninguno, no se habían dicho si existía el mínimo de atracción por el otro, pero ahí estaba, con la almohada cubriendo su rostro, esperando que la alarma que avisaba la hora exacta en la que todos los omegas debían dormir sonara, incluso más desesperado de lo que estuvo cuando iba a tomar una conservación con su hermano.

Si los destinados realmente existían, entonces Harry era el complemento perfecto para él, para su omega interno. Harry entonces sería su alma gemela, su auténtico compañero de vida, sin embargo, bajo las circunstancias en las que se encontraban, no podían permitirse enamorarse, tener una relación o pensar en una marca.

Una marca.

Era tentador tan solo pensarlo, si él compartiera una marca con Harry, significaría que solamente la muerte los podría separar, que vivirían para el otro, que su felicidad sería mutua, pero no estaba seguro de ser lo suficientemente valiente para ello.

Tomó todo lo de siempre para dirigirse a la zona 3-a, con su mente nublada, pensando en todo y a la vez estar tan bloqueado como para poder dar soluciones. Tenía que pensar en una estrategia que los ayudara a tener una victoria, tenía que idear un plan seguro, que no permitiera tantas bajas, tenía que encontrar gente totalmente dispuesta a pelear por un bien común. No quería ser violento, pero conocía a su madre, sabía de lo que era capaz y si tan solo tenía una oportunidad para exterminarlos, lo haría sin dudar, así que él debía ser inteligente, saber jugar sus cartas, manipular su posibilidades y conseguir triunfar.

No tenía tiempo para desperdiciar en algo tan ridículo como lo eran sus dudas románticas. No iba a negar que había algo entre él y Harry, esas miradas, esa sensación cuando sus labios se unieron, esa seguridad que le transmitía su olor, su olor... Esa deliciosa fragancia que fácilmente podría conducirlo a la locura, pero tenía un propósito, una meta por lograr, no cabía la posibilidad del amor en su vida, no en esos momentos.

Al llegar a la trampilla en el bosque, tomó todo el aire posible y después exhaló, su cuerpo se relajó un poco y se permitió adentrarse como siempre. Caminó rápidamente y salió por el otro lado de la trampilla, en la casa del rizado, el cual se encontraba sudoroso junto a Liam y Zayn que estaban en iguales condiciones, un poco más sucios que Harry.

"Se ven terribles." Les habló con una sonrisa, y todos suspiraron.

"Lilith quiere que seamos más productivos." Zayn tomó la palabra y Louis se enfocó en su hermano mientras comenzaba a sacar la comida que llevaba en su mochila para los tres alfas. "Así que se le hizo bastante fácil que hagamos más trabajos de los que ya hacemos."

"Cuatro compañeros se desmayaron por cansancio. No es como que coman bien como para poder aguantar ese ritmo de trabajo." El moreno asintió en dirección a Liam, confirmando su comentario.

"No importa, siempre terminamos acostumbrandonos a sus estupideces." Louis miró a Harry y este simplemente tomó la comida y comenzó a comer rápidamente y él se cruzó de brazos.

"¿Y bien?"

"¿Qué?"

"¿Pudieron hablar con alguien que esté dispuesto a darnos su ayuda?" Harry movió sus hombros hacia arriba.

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