Capítulo 3

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No podría permitirse entrar en pánico ni ceder a nada de lo que un alfa creyera que tenía que hacer, además, seguramente todavía no sabía que era un omega, poseía su collar y su celo todavía faltaba por llegar, así que al menos por ser omega no se trataba, tal vez ese alfa le había visto con comida y solamente quería quitársela, pero no permitiría que se la quitaran, él podría darle a alguien que lo necesitara más, ese alfa se sentía fuerte, así que rápidamente aplicó toda su fuerza y le dio un fuerte golpe en las costillas con el codo, consiguiendo que lo soltara y así  poder ver con claridad con qué clase de bárbaro, bruto y sin corazón se había encontrado.

"Bien, eso dolió" Y no le importó mucho lo que salió de la boca de aquel alfa, se alejó unos cuántos pasos y le devolvió la mirada sin apartarla para nada, admitía que el miedo lo estaba comiendo vivo, pero no podía demostrarlo, menos a ese alfa con sonrisa altanera que parecía que se creía superior a cualquiera.

"Fue tu culpa al meterme a esta casa en contra de mi voluntad." El chico sonrió nuevamente y se recargó a la pared cruzandose de brazos.

"Un omega no debería estar en la sección 3-a y te saqué de ahí porque estabas cerca de la casa de un alfa en su ciclo de celo, de nada." Louis nuevamente dio un paso atrás, ahora completamente asustado, ese alfa frente a él había sentido su olor incluso con su collar puesto, sabía que su suéter y playera lo ocultaban por lo que ese alfa creía que cualquiera lo podía percibir, pero no era así, se suponía que absolutamente nadie iba a percibir su aroma ni oliendo su cuello con insistencia.

"Es... Es imposible" Soltó con balbuceos que supuso que el alfa frente a él no escuchó con claridad. Louis se quedó inmóvil mientras el alfa suspiraba y sin ponerle mucha importancia comenzó a amarrar su cabello en un moño.

"Escucha, no tengo de puta idea de por qué coño estás en la sección alfa, pero no permitiré que ahora tu gente venga y mate a los niños"

"¿Disculpa? ¿Qué dijiste?" Louis por primera vez observó al alfa, porque al parecer se descolocó por su respuesta. Era realmente más alto que él, poseía unos lindos ojos verdes y un cabello rizado que al parecer prefería traer amarrado, aunque, le veía con las cejas fruncidas y algo enojado, podía parecer bastante atractivo.

"Hace una semanas la sección 2-b trajo una especie de cosa que llamaron inyección, al parecer era para mejorar nuestras defensas y no sé qué tanta mierda se inventaron." Louis suspiró.

"Son vacunas, nosotros también las usamos y si, tienen muchas funciones." El alfa se acercó a él peligrosamente, de verdad se veía que forma amenazadora.

"¿Si? ¿Y también se enferman al día siguiente de que se ponen esa mierda y al segundo o tercer día mueren?"

"¿Qué?" Sabía que su madre no era la persona más buena o bondadosa del mundo, pero de eso, a poner en riesgo a su hermano, ya era ser la persona más asquerosa y repulsiva que podía existir. "Tal vez fue un error, o tal vez no les resultó como debía, no puede ser posible..." El rizado sonrió amargamente y se alejó de él.

"Mataron a parte de la población poco productiva o que ya por su edad precisamente, no podían ser productivos. Curiosamente a los jóvenes que trabajamos sin descanso, nos dieron buena comida, pero a los viejos, les inyectaron esa mierda, únicamente dejaron a alfas de cuarenta y cinco para abajo vivos" Louis se puso a pensar en las posibilidades de todo ello y no podía creer del todo, pero tampoco dudaba de la posibilidad, tal vez por eso su madre hablaba con la sección 2-b, quería asegurarse que se había logrado con éxito su atroz orden.

"Yo..." Vio al alfa a la defensiva, dispuesto a pelear, pero Louis estaba asombrado, estaba apenado y con muchísima culpa cayendo por sus hombros, culpa por ser parte de la sección asesina, y por sentirse aliviado que los alfas de veinticinco años siguieran con vida, eso significaba que tal vez su hermano estaba bien. "Lo lamento, de verdad lamento todo esto, no tenía idea de que mi m-" guardó silencio antes de decir tal estupidez como que Lilith Tomlinson, aquella despiadada omega, era su madre, así que inmediatamente corrigió. "Mi jefa hiciera algo así, te prometo que yo no tenía idea de eso." El alfa suspiró y a pesar de que no hubo respuesta de su parte pareció preferir dejar el tema por la paz, tal vez porque le afectaba o porque simplemente no tenía ánimos de discutir con él, así que preferió no insistir para no terminar exhibiendo su identidad, a como estaba la situación en la sección alfa, seguramente no sería muy inteligente de su parte revelar su nombre o apellido.

Omega supremacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora