One Piece [One-shots]

Koby

Si las miradas fueran capaces de derrotar a cualquier persona independiente de su fuerza, probablemente aquel hombre estaría metros bajo tierra, no obstante era su superior y un héroe de la marina. La joven de uniforme estándar y capa exhaló fuertemente masajeando el puente de su nariz, frente a ella estaba el imponente hombre y a su lado dos mocosos.

—Vicealmirante Garp, creo que no escuché bien, ¿Podría repetirlo?

—Entrenarás a estos dos —dijo apuntando con una sonrisa despreocupado a pesar de la seriedad en la joven.

Su mirada severa cayó sobre ambos chicos, un rubio con unas singulares gafas de sol, y un joven de extraño cabello rosa y cicatriz cubierto por un pañuelo. Ambos de semblante firme y riguroso ante el iris escrutador de la joven, que al paso de segundos comenzaban a sentirse inferiores e intimidados.

El vicealmirante Garp y la contraalmirante (t/n) emanaban un aura amenazante, que inspiraría miedo incluso en el marine más entrenado, asimismo la mirada iracunda y severa de la femenina inquietaba ambos novatos. El rubio deseaba largarse y del mismo modo su compañero, quien al mismo tiempo no podía evitar sentir una extraña sensación en su pecho.

—Debemos hablar.

Se dirigieron a la oficina de aquel pasillo, justo a un costado y mientras los marines de rango superior entraban, afuera se quedaron ambos jóvenes, los cuales suspiraron aliviados de no estar en la conversación.

(T/n) trató de mantener la compostura mostrandose como su superior y encargada le enseñó desde hace años, pero con aquel hombre era imposible y sabía de aquello, fue advertida cuando tomó la decisión de cambiar de mandato. Según la propia (t/n), de aquella forma aprendería más de quien era considerado una leyenda y héroe entre la marina, e incluso estuvo un largo tiempo intentado convencer a la mujer que tenía su custodia, pero al momento de estar bajo su mandato no esperaba que en casi todo un mes el hombre pasara holgazaneando.

—¿Como que entrenarlos? Yo no vengo hacer de niñera, se supone que usted debería de entrenarme a mi —acusó y el hombre solo carcajeo— ¡No es motivo de risa! ¡si Tsuru-san llega a saber que no aprendí nada estando aquí, me dirá "te lo dije" y estaré castigada!

—Siempre tan estricta esa Tsuru-chan.

—Se lo ruego, Garp, no me deje a cargo de niños.

—Tienen tu misma edad. Te hará bien entrenarlos. Quieres ascender de rango pero nunca antes tuviste alguien bajo tu poder. Si no sabes cómo ser una autoridad o no tienes el conocimiento de enseñar lo que sabes, no podrás seguir aprendiendo.

—Solo quiere que haga su trabajo...

—También es verdad. —nuevamente carcajeo y esta vez la joven perdió los estribos.

—¡Garp! —bufó molesta y salió de la oficina cerrando de golpe.

Haber cambiado de mandato por un mes no fue buena idea. Lograba escuchar en sus pensamientos las futuras quejas por parte de la mujer que le cuidó de niña y eso aumentaba su frustración. Observó por última vez a ambos novatos y volteó holgueando su capa debido a la dureza de sus acciones, una imagen que quedaría grabada en los recuerdos del marine de cabello rosa.

En aquel momento surgieron del pasillo un grupo de uniformados, los cuales evitando toparse con la joven se escondieron hasta que no estuviera cerca.

—Es aterradora... Estuvo bajo el mandato de los héroes de la Marina e incluso de dos almirantes. Es equiparable a un demonio.

—¿¡Que!? —exclamó sorprendido y asustado Helmeppo, pensando en la fuerza que debía cargar.

—Se dice que es la sombra de los almirantes —exclamó uno de ellos hacia los novatos—. Les recomiendo mantenerse alejados de ella.