Capítulo 1: Era un día "normal..."

1.5K 93 18
                                    


"¡El nunca regresará, y es todo por tu culpa!"

"Pero mami, no es mi- "

"¡Cállate! Si no hubieras nacido, el seguiría estando aquí."

"Mamá..."

"¡No me llames mamá! ¡Te odio! ¡TE ODIO! ¿POR QUÉ TUVISTE QUE NACER?"

"No mamá, por favor, no me pegues, nooooooooo..."


Con un profundo jadeo, Luz despertó de su horrible pesadilla. La joven de 17 años de piel morena estaba cubierta de sudor y su respiración estaba entrecortado. Después de tranquilizarse, la frustración se apoderó de ella. 

"¡Genial! Otra pesadilla... ¡Es la cuarta esta semana!" Siseó con los dientes apretados. "Ya ni siquiera puedo dormir tranquilamente sin tener que recordar esa escena cada día", pensó Luz mientras se ponía las manos en su rostro cansado.

Tomándose su tiempo para recuperarse, echó un vistazo a su alrededor, más precisamente, su dormitorio. La luz del sol iluminaba el cuarto semivacío: su escritorio estaba repleto de hojas y algunas estaban esparcidas por el suelo. Cerca de la puerta había una maleta, junto con una bolsa de lona. "Hoy es el día", pensó mientras se daba un estirón.

Una pequeña punzada de dolor proveniente de su antebrazo izquierdo la hizo estremecer. Agarró suavemente su antebrazo, debido que estaba envuelto en un vendaje, y comenzó a masajearlo. Los recuerdos de hace tres días le inundan en la mente de Luz.


SANGRE. GOLPES. DOLOR. INSULTOS. DESTROZOS.


"No, no es el momento de pensar lo que ya pasó" murmuró la chica, sacudiendo la cabeza. Cogió su teléfono que estaba apoyado en su mesita de noche para ver la hora, y se sorprendió al ver que eran las 11:23 de la mañana.

"Demonios, sabía que no debía quedarme despierta hasta las 4:30 de la madrugada solo para distraerme" pensó. Dando un suspiro, posó su mirada nuevamente en el escritorio. Las muchas hojas en blanco seguían esparcidas en la cómoda. Sin perder más tiempo, se levantó de la cama, lista para comenzar su día.

Sus pies descalzos hicieron contacto con el frio piso de su habitación, antes de poder agarrar un par de sandalias. "Será mejor que ordene un poco antes de irme" dijo mientras se arrodillaba para recoger los papeles tirados. Algunos estaban escritos tanto en ingles como en español, mientras que otros simplemente tenían garabatos. "Bueno, por lo menos pude distraerme", pensó mientras terminaba de acomodar. Una vez terminado, puso la pila de hoja en su escritorio.

"Bien, creo que iré a tomarme una ducha" comentó mientras se levantaba del suelo y comenzó a dirigirse hacia la puerta de su dormitorio. Una vez llegada al baño, cogió una toalla y comenzó a alistarse para meterse en la ducha, pero antes, decidió echar un vistazo a su reflejo en el espejo.

Su cabello, de color castaño, era algo corto y tenia dos grupos largos de flequillos laterales que colgaban hasta sus hombros, uno a cada lado. Sus ojos eran de color avellana, y como era de origen dominicano, su piel era morena. Pero, a pesar de eso, no podía ocultar los moretones y rasguños que poseía en su cara.

El espejo del baño reflejaba su rostro golpeado: su ojo derecho estaba ligeramente amoratado e hinchado, mientras que su mejilla derecha mostraba un gran moretón, apenas visible y unos rasguños adornaban el lado izquierdo de su rostro. 

Luz puso una mano en su cara, mientras seguía contemplando lo que el reflejo mostraba. Procedió a desvestirse, y cuanto más se quitaba la ropa, más golpes aparecían en su joven cuerpo.

The Owl House: El Camino Oscuro (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora