Capitulo 4

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A la mañana siguiente de su llegada Sirius se contactó con su vieja amiga Amelia Bones con quien estuvo en el cuerpo de aurores ahora jefe de departamento de regulación de leyes el DMLE, con el fin de pedirle que los ayudara a obtener la profecía del ministerio sin levantar ninguna sospecha.

-Buenos Días Sirius, dejemos las cortesías de un lado y vamos al grano ¿qué es lo que quieres de mí?, ¿para qué me contactaste?- pregunto Amelia apenas vislumbro a Sirius en el Caldero Chorreante.

-Veras Amelia este verano se han develado varias verdades, mi ahijado pudo reclamar su herencia de la cual no tenía conocimiento gracias a Dumbledore el cual oculta demasiados secretos para mi gusto y entre ellos esta la razón por la que te llame- Explico Sirius con calma, mientras la jefa del DMLE asentía con la cabeza para que continuara.

-Quiero que me ayudes a introducir a Harry en el ministerio, específicamente en el salón de las profecías porque descubrimos que existe una que involucra a mi ahijado y a Voldemort. Dumbledore ha estado en conocimiento de esta desde hace mucho tiempo y no se la ha contado a nadie, y dudo que si le preguntamos nos vaya a decir. - prosiguió él dejando a su acompañante un poco sorprendida por esta revelación.

Después de pensarlo por un momento Amelia por fin dijo -Te voy ayudar por nuestra amistad y principalmente porque a mí también me interesa saber lo que dice esta dichosa profecía, mañana mismo podemos hacerlo; nos vemos en la entrada del ministerio a las siete de la mañana ya que a esa hora no hay muchas personas por allí.

-Cabe destacar que nada de lo que aquí se ha dicho puede trascender a otras personas- proclamo Sirius con cautela para no ofender a Bones.

-No te preocupes por eso nadie sabrá lo que aquí se habló a menos que me autorices a decirlo- replico la mujer confiadamente.

Mientras Sirius se reunía con la jefe del departamento de aplicación de la ley mágica, Harry y Hermione habían hecho su camino a Gringotts disfrazados a la manera muggle para no despertar segundas miradas , en busca de la ayuda duende para resolver el problema de los Horrocrux por lo cual se reunieron con su gerente de cuentas.

-Es posible hacer lo que me dice Lord Potter pero para eso necesitamos saber la ubicación de los objetos- expreso Griphook con la intención de ayudar a sus empleadores.

-Ya habíamos pensado en eso y creemos que en la bóveda Slytherin podemos conseguir alguna pista de lo que son y donde podemos encontrarlos, además creemos que en mi segundo año cuando enfrente al basilisco ya destruí uno- dijo Harry dejando sorprendido al duende.

Y es que tanto el cómo Hermione desde que se enteraron de la existencia de estas cosas habían estado analizando lo que estos objetos pudieran ser ya sabían que la cicatriz fue un Horrocrux accidental, ¿pero cuales habían sido los que de verdad había planeado hacer? y esto los llevo al diario de Tom Riddle que de acuerdo con los recuerdos de Harry cuando lo atravesó con el colmillo del basilisco también perdió una sustancia oscura como la que broto de su cicatriz dándoles la razón que en efecto este era un contenedor del alma de Voldemort.

-Eso es factible, voy a pedirle a un duende que los acompañe hasta la bóveda y después nos volvemos a reunir aquí para ver si pudieron encontrar algo de ayuda- aseguro el ejecutivo con una sonrisa mostrando toda su dentadura.

Bajaron a la bóveda correspondiente y se pasearon a través de ella analizando los objetos que en allí se almacenaban hasta que una pequeña caja con una serpiente a modo de cerradura les llamo la atención; Harry la tomo en sus manos y susurro en parsel para abrirla, después de estudiar la cerradura e inmediatamente cedió el cerrojo dejando a la vista un pergamino con un listado de coordenadas bajo el título de Horrocrux.

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