Descubriendo la Verdad

Capitulo 9

Esa noche mientras Harry y Hermione dormían tranquilamente es sus habitaciones; en una celda especial del ministerio Albus Dumbledore aun no podía creer que todos sus planes se habían venido abajo sin ni siquiera sospecharlo, además pensaba en una manera de salir del problema así tuviera que recurrir a revelar la existencia de los Horrocrux a la profecía.

En otra celda la situación era un poco distinta porque Severus Snape no dejaba de maldecir y jurar que se iba a vengar de Harry en cuanto tuviera una oportunidad,  él se encontrarían esa oportunidad a como diera lugar, aunque tuviera que arrastrarse ante el Sr. Oscuro con tal de conseguir su venganza porque según sus palabras el bastardo de Potter no se iba salir con la suya.

Y así todos los detenidos esa noche no podían dejar de maldecir sus suerte ni parar de pensar en que era lo que habían hecho mal para que todos sus planes fallaran; pero no había nadie más que se lamentara como Molly Wesley que sentía que 15 años de planificación no habían servido para nada, tanto programar a su hija y alentar su hijo pequeño para acercarse al niño que vivió para apoderarse de su fortuna no sirvió para nada, sino más bien termino metida en una inmunda prisión además de no ver ninguna esperanza para salir de esa situación debido a que Dumbledore también estaba hasta el cuello en ese lio y él tampoco iba a salir bien parado.

Mientras todas esas lamentaciones se llevaban a cabo en las celdas temporales del ministerio, en Hogwarts Minerva McGonagall no odia comprender como había perdido su autoridad frente a sus alumnos y mucho menos que Albus haya sido encarcelado por los delitos de los que era acusado, aunque debía confesar que ella siempre había estado al tanto sobre las herencias Potter y White pero prefirió quedarse callada y no revelar esa información como se lo había pedido el director porque pensaba que él tenía sus razones para ocultarla.

Al igual que nunca pregunto porque era imperativo no develarla, ni cuál era el bien mayor al que se refería cada vez que hablaba con él, en pocas palabras ella misma se había buscado su destino al quedarse callada y no cuestionar el porqué de sus acciones.

Sin embargo, no todos estaban tristes por lo ocurrido esa noche porque tanto Pomona como Filius estaban celebrando sus nombramientos aunado a la noticia de haberse deshecho tanto de Snape como de Binns, profesores de los cuales se habían venido quejando desde hace varios años pero ni Minerva, ni Dumbledore habían hecho algo para mejorar la educación de la escuela para que volviera a ser una de las mejores de Europa, si eran sinceros cada vez eran menos los estudiantes que decidían ir a Hogwarts y asistían a otras escuelas mágicas.

De esa manera transcurrió la noche entre quejas y celebraciones para dar paso a un nuevo día que deparaba nuevas revelaciones y cambios en la vida política de mágica Gran Bretaña. Por lo que, tanto Harry como Hermione despertaron temprano y se fueron al gran comedor a desayunar y recibir los nuevos miembros del personal, para luego excusarse y salir al ministerio y presenciar el juicio de las personas que más los habían manipulado en sus vidas.

Al entrar en el comedor fueron inmediatamente atacados o mejor dicho emboscados por Sirius que no podía contener su euforia por lo acontecido la noche anterior; este había obtenido los detalles de Amelia una vez que abandono Hogwarts y hubiera dejado a los prisioneros en sus celdas.

-Cachorros buenos días, ya me contaron todos los detalles de lo que sucedió en este lugar anoche- dijo Sirius mientras los abrazaba.

-Buenos días, para ti también Sirius y nos alegra que ya sepas todo porque así no tenemos que contarte toda la historia- respondió Hermione al saludo de su padrino.

-Lo que es bueno porque no tenemos tiempo de darte todo el cuento, así que porque no vamos a desayunar para luego salir al ministerio y poder ver en primera fila la caída del gran Albus Dumbledore- prosiguió Harry la respuesta de su esposa.