Sarawat y mi novio #SarawatTine /BrightWin

Primer encuentro: el concierto

Estoy frente al espejo: mi vestido blanco es precioso y mi maquillaje luce espectacular. Voy a casarme y estoy tan nerviosa que apenas si puedo respirar. Tomo de la mesilla la gargantilla que me ha obsequiado Sarawat, es tan hermosa. Cuando me la dio pensé en negarme, pero tenía una sonrisa tan grande que la acepté. Nunca pensé que podríamos llegar ser lo que somos ahora, mucho menos que nos volveríamos tan unidos, sobre todo a pesar de lo que nos tocó vivir.

Conocí a Sarawat un día lluvioso en el verano del 2020, cuando tenía apenas 24 años y era, todavía, su más ferviente fan. Aun recuerdo aquel día como si fuera ayer. Traía puesto un vestido corto amarillo, que en ese entonces fue lo más costoso que pude pagar. Era viernes y estaba tan emocionada que no podía conmigo misma. Iba a verlo en primera fila por primera vez. Era para mí, el concierto más importante de mi vida, al menos hasta ese día. Así que, ese día, me arreglé como nunca antes, con la esperanza de captar su atención.

Fui fan de Sarawat desde la universidad. Una vez una amiga me invitó a uno de esos conciertos universitarios que suele haber cada cierto tiempo y tan pronto lo vi, caí rendida. No solo por su apariencia sino por su actitud, aunque luego amé también su música. Es por eso que a pesar de que mi universidad estaba muy lejos de la suya, era capaz de viajar tres horas en bus solo para verlo. Sin duda si había en este mundo alguien que pudiera llamarse a sí misma la fan número uno de Sarawat, esa era yo. Y Tine lo sabía, y no solo eso, él era el artífice de mi felicidad ese día, porque gracias a él iba a ver a Ctrl S, la banda de Sarawat, en primera fila.

Tine era para mí el ser más perfecto de esta tierra y en ese entonces acabábamos de cumplir nueve meses como novios. Aún recuerdo lo que fue verlo por primera vez; su sonrisa y dulzura me atraparon. Era mi fuente de energía diaria, la persona con el mejor corazón en este mundo. Nunca se enfadaba y nunca se negaba a lo que yo pudiera pedirle. Además, era el más guapo de la universidad, no por algo era el porrista más popular.

A las 7 de la noche de ese día, sonó el timbre, bajé corriendo tanto como mis tacones me lo permitieron. Al abrir la puerta lo vi ahí, parado y sonriente, lo abracé con fuerza y le pedí unos minutos para terminar de alistarme. Quince minutos después estábamos montados en el auto, camino al concierto. El camino no era tan corto, así que tardamos casi dos horas en llegar al lugar. Las colas de ingreso eran larguísimas, y a nosotros nos tocaba la zona VIP así que tuvimos que caminar mucho para llegar a nuestra zona de ingreso.

Íbamos tomados de la mano y caminamos así a lo largo de toda la cola. Noté las miradas de las chicas, ninguna podía quitarnos los ojos de encima. No me extrañaba, Tine lucía espectacular. Se había vestido completamente de negro y se había puesto una gorra, según él para no llamar la atención de nadie, pero en realidad estaba logrando todo lo contrario porque lucía como un artista de cine y nadie le podía quitar los ojos de encima, ni siquiera yo.

Media hora de caminata después ya estábamos adentro, sentados uno junto al otro justo al frente del escenario. Seguíamos tomados de la mano, y estaba tan feliz que me apreté a él y puse mi cabeza sobre su hombro. Solté un resoplido.

—¿Estás cansada? —escuché decir a Tine de repente.

—No.

—¿Estás feliz? —. Lo dijo de manera tan cariñosa, que supe que mientras lo decía estaba sonriendo.

—Muy feliz.

—Mi novia es feliz porque verá a otro hombre —bufó— ¿debería estar celoso?

—Tonto, sabes que Sawarat solo es mi amor platónico y tú eres mi amor de verdad.

—Ah —suspiró — Ahora estoy más preocupado.