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JungKook solamente bajó a la primera planta por sangre y nada más por eso, no intercambio palabras con TaeHyung, tampoco le miró, aunque supo que el si lo miraba, también escuchó sus latidos.
Todos los días para el ser sobrenatural eran aburridos, pero por sobre todo ese, en el cual no podía molestar a TaeHyung ni hablarle ni decirle nada, ese era su único entretenimiento y ahora ya no lo era gracias al beso que le había dado.
Se había quedado acostado en la cama mirando el techo e intercalando su mirar hacia las cortinas y el cómo estás iban cambiando de color por el brillo de la luz.
Había estado toda la mañana y tarde esperando a que los oficiales llegasen, pero no se presentaron, hasta que la noche se hizo y pudo a lo lejos escuchar un auto acercándose, y segundos después la puerta de un coche cerrarse.
Bajo a velocidad viendo a TaeHyung en la ventana observando cada moviendo de la policía, este estaba nervioso y JungKook lo sabía podía sentirlo, en sus latidos y en la temperatura de su cuerpo, como sus manos se movían.
Tocaron la puerta ligeramente pero lo suficiente para que se escuchara, la mirada miel del humano fue a parar en los orbes verdes del vampiro—. No hagas nada —susurró ya que estaban cerca de la puerta.
Aún podía sentir el nerviosismo en TaeHyung, este estuvo a punto de agarrar el pomo cuando JungKook tomó su mano deteniendolo.
—¿Qué te pasa? me estás poniendo nervioso con tus latidos, nunca los escuché así —susurró de la misma forma aunque ahora este se había acercado a él un poco más.
—No es nada —dijo—. Y joder, deja de escuchar cada cosa que le pasa a mi cuerpo.
—Si pudiera ya lo hubiera hecho, como si me gustara escuchar lo que te pasa —gritó entre susurros.
—Claro —dijo con diversión y sarcasmo—, te divierte como reacciono a todo —TaeHyung empujó a JungKook con una de sus manos haciéndolo un poco para atrás.
—Es lo único que puede entretenerme en esta maldita casa —empujó de la misma forma y el golpe de la puerta se volvió a escuchar.
—Soy el sheriff del pueblo, señor Kim sé que está en casa, veo las luces encendidas —se oyó la voz del oficial desde afuera.
JungKook se acercó al azabache casi no dejando distancia entre ambos—. Escuchar como tus latidos se aceleran cuando estoy cerca —susurró acercándose a su oído—. Como ahora...
Las manos fuertes de TaeHyung empujaron con fuerza contra la pared a JungKook muy violento y muy ruidoso.
—Eh! ¿Qué ocurre ahí adentro? —gritó el sheriff.
TaeHyung pegó un poco más el cuerpo de JungKook contra la pared y lo besó, con rudeza y sin poder parar, sus manos estaban tocando la cintura pálida y fría de este, con mucha fuerza, dejaría marca si fuera humano.
