Tredecim

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Aunque corrió durante horas sin parar, JungKook no estaba cansado, ni un poco siquiera, solamente quería una solución, quería a TaeHyung de vuelta, aunque eso pudiera costarle caro

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Aunque corrió durante horas sin parar, JungKook no estaba cansado, ni un poco siquiera, solamente quería una solución, quería a TaeHyung de vuelta, aunque eso pudiera costarle caro.

Había necesitado unos días para pensar y después de preguntárselo muchas veces, se encontraba allí.

Estaba frente a su antigua casa, podía escuchar a personas dentro, hablando tranquilamente, pero sabía que su padre no era tonto y que sus cosas las trataba con discreción en un lugar fuera del alcance de oídos ajenos.

JungKook no entraría, porque quería mantener su cabeza sobre sus hombros y sabía que los vampiros de su padre lo estaban buscando, pero confiaba en una sola persona dentro de ahí, alguien además de su madre. No sabía si la encontraría, pero esperaba que si.

Rodeó su gran y antigua casa, tratando de ser lo más silencioso posible, conocía aquella casa de pies a cabeza, había vivido ahí desde que fue convertido por su padre, no recordaba nada de su pasado antes de ser un vampiro, pero no le importaba mucho ahora.

Llegó a la parte trasera del lugar, tenían un gran jardín, bien cuidado, lleno de flores y hermosas rosas, las fuentes con una escultura demasiado antaño y con grietas en algunas partes, el techo era cubierto por enredaderas para que el sol no hiciera daño. El lugar estaba solitario y sombrío, aquello se le hizo demasiado extraño al rubio, pero realmente no estaba ahí para reflexionar sobre ello.

Siguió caminando hasta llegar a una pared blanca con algunas manchas, tenía enredaderas en esta y con sus pies contó once pasos y llegó a un pequeño y estrecho pasaje en aquella pared, continuaba cubierta de plantas, pero JungKook sabía que estaba ahí, lo sabía desde hace tanto.

Hizo a un lado las plantas y entro, a penas pudiendo caminar por los estrecho que era, pero ya estaba acostumbrado a ello, porque siempre iba a aquel lugar.

Las plantas volvieron a cubrir el camino cuando su cuerpo estuvo completamente dentro y después de unos cuantos pasos como cangrejo, JungKook llegó a un espacio más grande.

Vio a una mujer sentada en una de las bancas de cemento, llevaba un vestido largo, negro como su cabello corto hasta los hombros, mantenía sus manos sobre su regazo en espera de alguien, nadie podría verlo a simple vista, pero tenía un aura triste y pesada y las plantas que rodeaban aquel lugar secreto, no ayudaban demasiado, parecía que nadie había cuidado de aquel lugar como lo habían hecho con la vegetación de afuera.

Unos pocos rayos del sol entraban en aquel lugar, ahora más que antes, en realidad y JungKook caminaba con cuidado de no tocar la luz.

—EunBi —llamó el vampiro en un susurro, sabía que si alguien estaba cerca, podría escucharlos.

La mujer pareció reaccionar recién a aquello, movió un poco su cabeza, pero no giró a ver a Jungkook, sonrió levemente, aún dándole la espalda y se deslizó sobre el asiento para darle espacio al contrario para que se sentara.

Atropa bellandona ✩ taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora