La loba de los vampiros (Twilight)

Un poco de descanso

Un ruido muy fuerte de dos vampiros chocando me hizo enderezarme de golpe en la cama. Aprete los dientes con dolor por las heridas que se estaban todavía curando en mi cuerpo y el movimiento brusco que tuvo que hacer Carlisle para acomodar mis huesos.

Otro golpe fuerte resonó en la otra habitación en la que me encontraba y me levante de golpe (sin importarme el dolor) camine rápidamente hacia la puerta y cuando la abrí, observe horrorizada e incrédula como Kate y Caius chocaban entre ellos con violencia.

Había varios vampiros a su alrededor sin saber que hacer, debido a que ambos eran muy fuertes y poderosos.

—¡Deténganse! — grite enojada

Eso hizo que todos los vampiros en el pasillo se detuvieran, incluso los que estaban peleando y los ojos rojos como dorados me miraron con atención.

—¿Por qué están peleando? — pregunte con una ceja levantada

Ninguno contesto, pero note en los ojos de Kate un odio y enojo que me desconcertó en la rubia generalmente alegre y expresiva.

—¿Cómo te sientes? — pregunto Demetri

—Mejor— admití, mis ojos se posaron en los rojos de Caius —¿Ya les contaste lo que sucedió? —

—No, estábamos esperando que despertaras, Jane y Alec contaron sus versiones— contesto con calma Caius, pero note que estaba vigilando de reojo a Kate, quien estaba tensa.

Mi lobo exigía que calamara a mis improntas. Extendí mi mano hacia Kate y sus ojos volvieron a brillar de alegría solo con mi gesto. Con su velocidad de vampiro se acerco a mi y agarro mi mano.

Note como los Vulturis presentes se ponían tensos y miraron con los ojos entrecerrados. Suspire agotada por todo esto y les dedique una leve sonrisa, antes de entrar en la habitación con Kate siguiéndome.

—Descansare un rato más— dije y mire al rubio, quien dio un leve asentimiento, mientras sus ojos rojos miraban con intensidad y seriedad a Kate.

Cerré rápidamente la puerta evitando que la rubia a mi lado pudiera decir o hacer algo. Me giré y rápidamente me encontré encerrada contra el cuerpo frio de Kate y sus brazos a mi alrededor de forma posesiva.

—¿Son ellos también tus improntas? — gruño Kate con su rostro contra mi cuello

—Si, lo son— admití y abrecé con un poco más de fuerza a Kate cuando ella se puso muy tensa. —Sé que no son muy apreciados por ustedes, pero no pude hacer nada para evi—

—No te culpo de nada, ninguno de nosotros— interrumpió Kate mirándome a los ojos y atrayéndome más a su cuerpo con sus brazos. —Ni las tres mujeres amazónicas— acoto segundos después con una sonrisa burlona. —¿Sigues siendo virgen? —

Mis ojos se abrieron por su palabra, generando una risa de parte de Kate, me sonroje y la empuje juguetonamente hacia atrás.

—Lo tomare como un si— ronroneo Kate

—¿Si no lo fuera? ¿Qué pasaría? — pregunte con una sonrisa burlona en mi rostro —¿Eso sería un problema? —

—Para nada, solo me permitiría ser más dura con mi compañera en la cama— ronroneo Kate mientras sus ojos se teñían de negro, pero por otro motivo que no era el enojo. Tragué saliva nerviosa y desvié la mirada, seguramente con mi cara sonrojada. Eso me pasa por intentar burramente de Kate con estos temas.

La rubia se rio a carcajadas por mi reacción, antes de atraerme más hacia su cuerpo a tal punto que ambas podíamos sentir completamente a la otra y el frio/calor que cada una desprendía de su cuerpo.

Nos quedamos de esa manera por unos minutos y luego nos dirigimos hacia la cama de gran tamaño. Kate me miro y levanto las cejas de manera subjetiva, lo que me hizo reírme entre dientes y lanzarle una almohada, que ella no se molesto en esquivar y golpeo en su rostro.

Ella me miro aún con su sonrisa, rodé los ojos juguetonamente y me acosté, con ella abrazándome, su babilla se apoyo en mi cabeza mientras mi cabeza estaba sobre su pecho. Automáticamente mis ojos se cerraron debido a la relajación que me provocaban mis improntas.

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—Es virgen todavía ¿Verdad? — pregunto una voz femenina que de inmediato reconocí como Victoria.

—Si— contesto Kate

Lancé una carcajada y abrí los ojos para encontrarme con ambas mujeres a cada lado mío en la cama. Ambas me miraron con sonrisas en sus rostros, pero también sin perder su coquetería hacia mí.

—¿En serio? — pregunte incrédula y divertida —¿Eso es lo que hablan de mí? —

—Claro que no cariño— ronroneo Victoria, poniendo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —Solo para saber si puedo ser más dura contigo en la cama—

—Dije lo mismo— comento Kate sonriendo hacia la pelirroja

—No me importaría hacer un trio— ronroneo Victoria mirándome directamente —O una orgia—

—A mis hermanas no les importara y seguramente a las amazonas tampoco— contesto Kate sin perder su sonrisa seductora. —Pero sin los Vulturis— comento segundos después y luego hizo una mueca de asco.

Mi cara se puso roja de inmediato, rivalizando con el cabello de Victoria. —Me voy a dar una ducha—

—Buena idea— ronroneo Victoria

—Sola— aclare de inmediato cuando ambas mujeres se estaban levantando de la cama conmigo.

—Aburrida— murmuro Kate con un puchero, sonreí por eso y le di un pequeño beso en sus labios, cosa que la hizo sonreír de nuevo.

Los brazos de Victoria me rodearon desde atrás y apoyo su cabeza en mi hombro, su boca en mi cuello dándome besos. —¿Segura cariño? Hay lugares que necesitan mucha atención—

Su ronroneo me provoco un escalofrió, lo que hizo que la pelirroja se riera entre dientes, mientras Kate nos miraba con sus ojos teñidos de negro por la lujuria.

—Estoy perfectamente bien— comenté y salí de sus brazos caminando hacia el baño. Pero me detuve cerca de la puerta y miré a ambas. —Me voy a arrepentir por lo que voy a decir— murmure.

—¿Qué? — pregunto Kate con curiosidad

—Las extrañé— dije y luego entre rápidamente hacia el baño cerrando la puerta detrás de mí, pero eso no me impidió escuchar sus ronroneos. Provocando una sonrisa estúpida en mi rostro.