Instrucciones. Parte 3 (MARATÓN 5/5)

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Xenia suspiro cansada después de una intensa discusión con sus improntas, pero al final logro su cometido que es que se quedaran en Volterra junto a Zigor para que Caius y los que tenían experiencia contra los hijos de la luna los estrenarán.

Incluso consiguió que los rumanos entrenasen con los Vultuiris, obviamente sabiendo que había una amenaza que era más poderosa que la rivalidad y la ira que ambos aquelarres tenían, pero le prometieron a su compañera que no pelearían entre ellos con el objetivo de matarse, aunque eso dio a entender que pelearían de todos modos.

Las amazonas y los Denali al ser los más grande en términos de edad de años vividos, no tanto como los Vulturis o los rumanos, pero cerca, significaba que podrían contenerlos o amenazar con contarle a Xenia si algo se descontrolaba, cosa que divirtió a la joven de que los Vulturis y los rumanos temieran que le contasen algo y que ella los regañara. Los Vulturis no habían empezado del todo bien con Xenia, por lo que tenían que tener cuidado y con los rumanos no habían teniendo mucha interacción y generar peleas no daría puntos con Xenia.

Una mano fría se apoya contra la mejilla de Xenia, sacándola de sus pensamientos. Los ojos de la joven se posaron en los rojos intensos de Victoria, quien sonrió y levanto una ceja —¿Sigues pensando en lo que pasó en Volterra? —

En este momento, Xenia, Victoria y Elona estaban en un jet privado de los Vulturis para volar hacia una ciudad cercana a Forks y de allí tomarían un auto para ir hacia la reservación. La pareja estaba en la zona del dormitorio, en la cama las dos acurrucadas.

La pelirroja al tener el don de la Autopreservación mejorada lo que ayudara a sentir cuando están en peligro de ser asesinados. A pesar de que solo funcionaba con ella, la pelirroja estaría constantemente con su compañera para evitar riesgos. Eso fue la única condición que pusieron todas sus improntas.

—Si— admitió Xenia suspirando —No sé cómo resultara en que ellos estén en un solo lugar entrenando y sabiendo la rivalidad y el enojo que hay entre algunos—

—Te refieres también a los Denali, no solo a los rumanos— comentó Victoria mirando con atención a su compañera, mientras se apoyaba de lado y sacaba su mano de la mejilla de la joven para agarrar con gentileza un mechón de cabello para rodarlo en su dedo.

Xenia asintió con la cabeza relajándose por el toque de su pelirroja, quien sonrió al ver el efecto que tenia en su chica. Victoria se inclina para besar a su compañera, Xenia con gusto le regreso el gesto y comenzaron a besarse de forma perezosa, sintiendo a la otra.

Xenia se movió para estar a horcajadas sobre su impronta sin dejar de besarse y luego se alejó para poder respirar. Victoria sonrió seductoramente mientras agarraba con sus manos la cintura de la otra chica y sin soltarla, sus pulgares acariciaron en forma de círculos la piel expuesta en la zona donde la remera estaba levemente levantada.

—No puedo esperar a poder reclamarte— ronroneo Victoria y sus ojos se tiñeron un poco de negro. Xenia la miro y sonrió levemente a pesar del sonrojo de su rostro por las palabras de la mujer y por el toque íntimo y cariñoso de la pelirrojo.

—Elona me dijo que no podre estar mucho más tiempo sin reclamarlos, solo me haría daño— admitió Xenia suspirando.

—Bueno, ¿Por qué no empezamos ahora? — ronroneo Victoria y le sonrió de forma coqueta.

—¡NO POR FAVOR! ¡ESTOY AQUÍ! ¡Y PUEDO OIRLAS! — gritó Elona desde la otra parte del jet.

Victorio gruño por la interrupción del hombre y Xenia se rio a carcajadas, antes de inclinarse para detener los  gruñidos de la pelirroja, para convertirlos en ronroneos por el beso. La joven se alejo y se movió para sentarse en el borde de la cama.

—Es mejor así— dijo Xenia —Tampoco querría que nos escucharan—

La joven sonrojada por lo que dijo para diversión de Victoria, agarro la mano de la mujer y ambas fueron hacia la otra parte del Jet para sentarte en los asientos.

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Cuando llegaron a la reservación, muchos miraron a Victoria sabiendo lo que era, pero no hicieron nada más que alejarse debido obviamente a que era un vampiro no vegetariano y que era la impronta de Xenia.

Elona queriendo hablar con los ancianos fue hacia donde sabia que estaban. Jacob encontró a Xenia y Victoria, tensándose ante la presencia de la pelirroja, pero ante la mirada seria de su prima sabiamente no hizo nada. Él las llevo hacia la casa de Sam contándole lo ocurrido con Eira.

—¿Se convirtió tan joven? — pregunto incrédula Xenia

—Si, ¿te recuerda a alguien? — preguntó con sarcasmo Jacob mirando a su prima

—No me convertí hasta un tiempo después, solo fue.... descontrol de mi parte— comentó Xenia, mientras Victoria apretaba su mano que había tomado desde que llegaron a la reservación con los dedos entrelazados.

—En cierta parte, también le paso a Eira— dijo Jacob

—Ver a su padre morir— entendió Xenia

Cuando los tres llegaron a la casa de Emily que es donde vivía Sam. —Solo una advertencia, es posible que no reaccioné bien al verte, pero como eres el alfa de todos aquí tienes que verla—

Xenia suspiro —Si bueno, después hablaremos de eso— dijo la joven rodando los ojos y soltando la mano de Victoria, antes de caminar hacia dentro seguido de los otros dos.

—Xenia— dijo Sam mirando a la chica y mirando de reojo a Victoria. Ellos sabían que la pelirroja vendría, pero eso no significa que sea más fácil controlarse para no transformarse y pelear.

—Me alegra ver que estás mejor Sam— dijo Xenia con una sonrisa, que fue regresada por el hombre —¿Cómo se encuentra? —

—Mejor que cuando la encontramos— admitió Sam —Pero como eres el alfa tienes que ver a los cambia formas que vienen a la reservación—

—Lo sé— dijo Xenia —Luego hablaremos de ese tema— comentó Xenia —Tengo que hacerle unas preguntas de lo que vio, sé que es lo menos recomendable en este momento, pero es necesario—

—Entiendo— dijo Sam apretando la mandíbula, mientras Emily se acercaba y acariciaba la espalda de su prometido y le dedico una sonrisa a Xenia, ignorando completamente a Victoria, quien no le importo en lo más mínimo, mientras que la joven intento ignorar esa falta de respeto hacia su impronta.

Xenia miro a los ojos de su impronta, quien frunció el ceño entendiendo que la niña no reaccionaria bien hacia un vampiro. —Bien— dijo Victoria rodando los ojos —Pero si mi don detecta algo, iré—

—No esperaría otra cosa—dijo Xenia, besando la mejilla de la pelirroja, quien se relajó de inmediato.

Cuando Xenia entro en la habitación seguida de Sam. La niña que había estado mirando por la ventana en una esquina, gira su cabeza rápidamente para mirar a los dos alfas entrar.

—Hola Eira— dijo Xenia amablemente.

—Tu— gruño Eria empezando a temblar descontroladamente. Al reconocer por el olor a Xenia como un Black.

Xenia se mantuvo firme mirando a la pequeña niña que estaba mostrando signos de transformarse de forma descontrolada debido a las emociones. Internamente suspirando por tener que ser una alfa con una niña, cuyo mundo se derrumbó hace unas horas.

La loba de los vampiros (Twilight)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora