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Dog's AU

Donde Lan Zhan se convierte en un perro y Wei Ying intenta no estar asustado de él.

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Un perro. Su esposo era un perro. ¿Cómo llegaron a esto? Solo el de arriba sabe. No tenían una explicación certera de que era lo que había pasado. La noche anterior todo estaba bien, Wei Ying no había hecho ningún tipo de magia oscura como para convertir a su esposo en perro. Y además, ¿por qué él, que le teme a los perros, sería tan audaz de convertir a la persona que más ama en uno de ellos? Eso no tenía sentido. Era en su mayor expresión irracional y estúpido.

Wei Ying se escondió atrás de Zewu-jun, quien estaba examinando con perspicacia a su hermano menor que ahora era un perro. Blanco, grande, peludo, con brillantes ojos dorados, lo más bonito quizá fuera su nariz, era de un color café tierno. Era un perro bonito, claro está, pero para alguien que le tiene miedo, era horrible.

XiChen sonrió, la situación era graciosa. Bueno, al menos para él, para Lan WangJi y Wei WuXian era una pesadilla. Para el Lan, era horrible el sentir que tu propia alma gemela te tuviera miedo, y para el Patriarca de Yiling, era horrible pensar en como se sentiría tu alma gemela si él le tuviera miedo. Pero Zewu-jun sabía que este había sido una mala broma de alguien. Probablemente ya sabe de quien, aunque por razones legales no lo mencionaría.

—Joven Wei, puede estar tranquilo, el hechizo se deshará en unas cuantas horas, o probablemente dure unos días, pero le puedo asegurar que no será por mucho tiempo—.

—Zewu-Jun, yo...yo, no es que este asustado de Lan Zhan, pero, nunca me han gustado los perros, y ya sabe, no creo...no creo que pueda...estar con Lan Zhan—. Susurró.

WangJi que estaba atento a todo lo que Wei WuXian decía, bajo su cabecita peluda, sintiéndose regañado, cuando la verdad era que se sentía triste, impotente, porque sabía que su esposo le tenía miedo. Aunque él no quisiera decirlo en voz alta, estaba asustado de él. Y eso le dolía.

—Descuide Joven Wei, yo me quedaré con WangJi, pero le quisiera pedir un favor—.

—¿Cuál? Haré lo que sea—. Subió su mirada. Si bien no podía quedarse a lado de su esposo, podía hacer lo posible para regresarlo a la normalidad.

—¿Puedes...traer comida? Para perro...bueno, trae un poco de pan—. Sonrió.

—Vuelvo enseguida—. Anunció para luego salir disparado a buscar un poco de pan.

Wei WuXian no tardó tanto en regresar, a pesar de que la gente le preguntó a dónde iba tan apresurado y con rostro preocupado, él les respondió que sería una anécdota para otro momento, que tenía que apresurarse, aunque no había una razón para estar tan apresurado. El traer pan no era una cuestión de vida o muerte.

Cuando llegó a la Sala del Silencio, se quedó congelado en la puerta al oír el lloriqueo de Lan Zhan. Era el llanto de un perro. Wei Ying inhaló con fuerza, en un vago intento de calmar su miedo. No podía hacerlo, no podía estar en un mismo lugar que un perro.

Pero ese perro era Lan Zhan.

Ese perro era el amor de su vida.

Ese perro que estaba ahí dentro, llorando, quien sabe por qué, era su otra mitad, su esposo, su confidente para toda la vida.

A Week With YiZhan/Wangxian Donde viven las historias. Descúbrelo ahora