Capítulo 35

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*Alex Pov.*

Salí de trabajar y estaba yendo a encontrarme con Anton que me llevaría a aprender a disparar. Hacía una semana que estábamos entrenando, comenzando con aprender a luchar con puños pero aún me costaba mucho usar un arma así que íbamos a un lugar más adecuado para aprender con diferentes tipos de arma, también con cuchillo. Mi celular sonó y noté que era él. Contesté y llevé el teléfono a mi oreja mientras comenzaba a cruzar la calle.

—Hola, Anton. —Dije mientras miraba para todos lados—. Estoy yendo para ahí.

—Perfecto, estoy aquí tomando café con tu madre mientras te espero.

—¡Ni se te ocurra comerte mis galletas! —Le reté.

Me giré para mirar a ambos lados y noté que había un par de hombres caminando muy lento. Algo en la forma en que se veían me dio mala espina.

—No te preocupes, te dejaré una.

—¿Mira, sabes qué? —Dije haciéndome la que no había visto nada—. ¡Ven a alcanzarme! De lo contrario jamás tendré la seguridad de que mantendrás tu palabra.

—¿Ir a buscarte? —Dijo y lo sentí reaccionar—. ¿Qué sucede? ¿Te siguen?

—¡¡Claro!! ¡Eres un maldito muerto de hambre! ¡Ven aquí y aléjate de mis galletas!

—Mándame ubicación, voy para ahí.

Hice como que cortaba la llamada y le envié ubicación mientras guardaba el celular en mi bolsillo con las manos temblando. Traté de apresurar el paso y me maldije al notar que había un grupo de gente haciendo un evento de música. Me metí sin dudarme entre ellos y aprovechando que estaba entre mucha gente, miré para atrás y los tipos estos me seguían mirando. Al notar que los vi comenzaron a correr y mi corazón latió rápido mientras comencé a correr. Sentía mis piernas muy pesadas y era como si corriera demasiado lento. Atropellé a todo el mundo y me salí de la multitud como pude, corriendo por el parque que estaba a un lado para llegar a la carretera y ver si podía encontrarme a Anton en el camino. Lamenté no tener nada con qué defenderme. Miré para atrás y uno de ellos sacó un arma, comenzó a disparar y largué un grito de la sorpresa que me dio ver esa arma. Estaba por llegar a la carretera cuando uno de los disparos rozó mi brazo y sentí que la bala rasgó mi piel, lastimándome. Caí al suelo de la impresión y noté que tenía herido el brazo. Gracias a que había un evento de música cerca, la policía vigilaba la zona y debieron ver lo que pasaba porque varios agentes se enfrentaron a estos dos y los hirieron, dejándolos tirados en el suelo.

—¡Señorita! ¿Se encuentra bien? —Me dijo uno de los oficiales y notó mi herida al acercarse—. ¡Está herida! ¡Llamen a una ambulancia!

—¡¡Alex!! —Gritó la voz de mi Anton y lo vi acercarse—. ¿Está bien, oficial?

—¿Quién es usted? —Le preguntó y lo miré.

—Es mi amigo, yo le avisé que me estaban siguiendo. —Le comenté—. No sé si estaban tratando de robarme o hacer otra cosa pero no me gustó la forma en que me miraban.

—Hizo bien señorita. —Dijo un oficial acercándose—. Nos han informado que esos dos eran violadores. Vamos a llevarla al hospital.

—Yo te seguiré en el auto. —Me dijo Anton y le asentí.

Los oficiales me llevaron al hospital y me hicieron declarar. Ahí curaron mi herida y me pusieron un cabestrillo pues al parecen me había dañado un músculo y tendría que atenderlo con cuidado.

—¡Alex! —Dio la voz de mamá, preocupada—. ¡Oh, hija!

—Mamá, estoy bien. —Le dije.

Arranged Marriage - Supercorp AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora