Llegamos a mi casa, y en cuanto abrí la puerta, vi a Becca parada frente a mi, realmente no sabía que hacía con mis padres, entre con Mich, mis padres me miraban fijamente al igual que Becca, y realmente quería saber que rayos estaba pasando
—¿Pasa algo?— digo mientras entro a la casa con mucha confusión.
Mis padres se veían tensos y después de que dije eso, Becca me sonrió—Ya sabemos que no te fuiste a la casa de Becca realmente.
En ese momento mis piernas temblaron como nunca, con mis piernas temblorosas, me acerqué a la sala, para estar más cerca de de ellos, solo podía ver a la traicionera de Becca con una sonrisa de par en par y a Mich, viéndome con algo de nervios—Nose de que hablas- trate de hacerme la loca, de improvisar, aunque sabia que no iba a servir de nada, sabían todo.
Mi padre se quitó sus gafas, se levantó de su asiento y se tocó el puente de la nariz con las yemas de sus dedos.—¿Desde cuando sales con ese delincuente?
—¡Que!, no, no, creo que se confunden- titubeo
—Claro que no, todos en la escuela saben que te acuestas con drogas- dice Becca en voz alta.
Mire a mis padres, se veían decepcionados de mi, y con mis ojos llorosos negué todo.—Les juro que es una mentira
Mich se puso delante mío
—La verdad es que ella se fue conmigo, pero creyó que no la dejarían ir, ella durmió en mi casa, la noche del viernes, se los juro-—les dio una media sonrisa a mis padres
Pero ellos solo ignoraron a Michelle, sabían que no era verdad.—Quiero que me dejen a solas con mi hija, pero ya— dice papá con tranquilidad
Becca se levantó del sillón y salió de mi casa sin perder el estilo, Mich se giró para irse, pero la detuve en la entrada
—¿Porque hiciste eso por mi?, si apenas nos conocemos— la sostuve del brazo
Ella al principio me miró confundida, pero después me sonrió y me tomó de la mano
—Porque somos amigas- después de decir eso, giro la perilla de la puerta blanca y salió de la casa, después de derramar algunas lágrimas, volví a la sala, mis padres sacaban humo de lo molestos que estabanCamine lentamente y por primera vez, los vi a la cara
—Sientate— dice mi madre con indiferenciaMe senté al lado de ella, y después papá se sentó en el sillón individual
—¿Como pudiste hacernos esto?— grito mi madre entre lágrimas
—¡Hablaré yo!— contesto papá en un grito más fuerte.
Mis manos comenzaron a sudar y mi boca se comenzó a secar, mire los ojos azules de mi padre, llenos de odio, estaba claro que ese odio de mi padre, era hacia mi—Sere claro, toma tus cosas, algo necesario, te irás a Suiza a un internado.
Mis ojos se llenaron aún más de lágrimas y me levanté negando
—Ya está decidido, no dejaré que eches a perder tu vida con un delincuente, ¡Sube!
Baje mi mirada, ¿Que otra opción tenía?, subi las escaleras corriendo y me fui a mi cuarto, me senté en el suelo y me recargue en la puerta a llorar, tome mi celular, y le escribí a la única persona que me importaba dejar, a la persona que me hacía mucho mejor la ciudad de Nueva York
Mis padres me enviaran a Suiza, perdón por no poder ser la chica para ti, nose si seas una persona real Tom, pero lo que si fue real, y lo sentí realmente, fue el amor que sientes por mi. Por ello me duele dejarte ir, pero quiero que sepas que jamás olvidaré a Thomas Stanley Holland, el chico que vende metanfetaminas y se apodero de todo mi ser.
Envié el mensaje entre lágrimas, y después tomé una maleta color Lila, algo grande, y empecé a empacar, sabia que no tenía más opción, así que lo mejor, era tener que resignarme, tal vez alejarme de Tom, era lo mejor para mi.
Más tarde mamá me trajo la cena, dijo que mi vuelo saldría a las once de la mañana, que ni si quiera me molestará en ir a la escuela, eso me desilusionó aún más, volví a mi cuarto y me aliste para dormir, con un nudo en mi garganta, pero antes de cerrar los ojos, vi como Tom se metía por mi balcón a mi cuarto, rápidamente salí de la cama, y lo encontré
—¿Que te pasa?— susurre
—Vengo por ti, no dejaré que te alejen de mi-—dice con voz normal
—Shhhh, baja la voz— susurre para los dos, mientras lo tomaba de la mano para meterlo a mi habitación.
Nos sentamos en una orilla de mi cama, no dijimos nada por un rato, solo nos miramos, después el me tomo de la mano, y no me la soltó.
Acerco sus labios a los míos, y me beso, sentía como mi boca y la suya era como un imán, difícil de despegar.—Ven conmigo amor, vivamos nuestra vida— susurro aún pegado de mis labios
Pensé un rato lo que dijo, aún estaba muy cerca de su boca, pero me alejé lentamente
—¿Me vas a contar el origen de tus pesadillas?, porque si es así, entonces soy toda tuya, pero si no, si no me dirás nada de tu pasado, creo que Suiza me caería bien— digo con firmeza.
Bajo sus ojos lentamente, y después su cabeza, se levantó de la cama y se recargo en mi cómoda, supe que eso era un no.Infle mis mejillas y luego deje salir el aire con lentitud -Bien- le di una media sonrisa
—Amor, porfavor, yo, yo— se volvió a sentar al lado de mi
Lo mire esperando una respuesta, se quedó mirando hacia otro lado, por un rato, pero después se concentró en mis ojos
—Lo que me pasó, no es algo que no quiera decírtelo amor, es, es, es como cuando una chica es abusada, y simplemente no quiere hablar de ese abuso- lo interrumpi
—Por Dios, abusaron de ti— frunci mi seño
El suspiro y puso sus ojos en blanco —No, solo, me refiero a que a la chica le cuesta hablar de eso, porque, es algo de lo que no sabe ni quiere hablar, eso pasa conmigo amor, no es que no quiera contarte, es que es algo muy fuerte que simplemente no puedo contarlo, a nadie, no quiero hablar de eso, yo te amo Margot, y simplemente si no confías en mi después de esto, esta bien, pero no dudes que te amo, y te juro que a donde vayas, yo te buscaré- después de decir eso, me dio un beso en la frente, y se acercó al balcón para irse
En ese momento, solo supe una cosa, y era que no lo quería lejos de mi
—¡Tom!— tome la maleta lila que había dejado lista
El se giró, y cuando me vio con la maleta en la mano, me miró con unos ojos llenos de amor y ternura
—Ire contigo— lo abrace, y juré no despegarme de él, nunca...
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My poisoned boy 《Tom Holland》
Dla nastolatkówThomas Stanley Holland, un chico con traumas psicológicos, no se sabe porque Holland terminó vendiendo drogas en callejones de Queens, el chico era un tipo tranquilo, no se metía con nadie, y nadie se metía con el, sus mejores proveedores eran los c...