XV. COMPAÑIA

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Nunca me subí en un avión en toda mi vida, es la primera vez que viajo en este transporte, nunca lo hubiera pensado, ni siquiera lo había imaginado, solo deseaba tener una vida normal con un trabajo sencillo, poder enamorarme y casarme para tener una hermosa familia, esa familia que nunca tuve y anhelo.

"En que piensas" el señor Sebastian estaba hablando conmigo, que debería decirle, me tomo con mucha sorpresa que el se dirigiera a mi.

"Todo esto, es nuevo para mi", le dije tímidamente.

"Entiendo" respondió. 

Y esa fue nuestra charla en el viaje, hasta que llegamos a la capital de Francia, Paris. Una limosina nos llevo al hotel, que claramente pertenecía a la familia Gisbert, nuestras cosas fueron llevadas a la habitación matrimonial, aunque estábamos de viaje igual teníamos que seguir durmiendo juntos, ya no me afectaba dormir con él, creo que hasta me acostumbre, porque nunca lo veo a que hora se acuesta  y cuando despierto nunca esta a mi lado, así que ya no me molestaba en absoluto.

"Tengo, reuniones importantes así que no estaré todo el día" dijo el Sr Sebastian, entonces se suponía que iba a estar sola toda la semana en este hotel  encerrada, suspire profundamente expresando mi aburrimiento.

"Tienes a tu disposición, el auto con un chofer y esta tarjeta para tus gastos" me sorprendí, porque lo estaba haciendo, acaso quería complacerme, no lo creo, seguro trama algo, podría escapar ahora... ja ja ja  que imaginación la mía, es imposible, que tonta soy, este es su hotel,  hay cámaras, no soy libre para nada, pero tengo que admitir, que es mejor que estar encerrada en la mansión.

"Gracias, disfrutare París mientras tanto" sonreí, estaba feliz aunque sea un poco. Luego de que el se fuera me tire en la cama, debía alistarme ya que podía hacer todo lo que quería, que hare, donde debería ir primero, no se nada de este lugar, me puse a pensar durante un buen tiempo hasta que tocaron  la puerta.

"Quien será, el Sr Sebastian, pero ya se fue hace un buen rato" 

Era una de las recepcionistas del hotel, " buenos días, señora Gisbert" " le entrego estos presentes de parte del hotel, lea también la carta" ella hizo mucha insistencia con la carta que había en esa canasta de bienvenida.

"gracias, que lindo detalle" dije .

Ella me respondió lo siguiente " lea, primero la carta , que tenga buen día".

Cerré la puerta, y leí la carta " te espero, en la torre Eiffel" . Me aliste rápidamente, fui con el chofer hacia el lugar no decía hora y la torre Eiffel era grandísima donde podría estar.

Había ascensores ahí, compre un ticket para subir al ultimo piso de la torre, pero no había nadie subiendo conmigo además sentía que iba a colapsar, porque la torre era demasiado altísima  cuando llegue al ultimo piso se podía observar a 360º grados toda la ciudad de Paris,  que hermosa vista , pero que frio también hacia, lo buscaba con la mirada, el no estaba, entonces de quien era esa nota entonces.

"Mina, viniste" voltee porque esa era la voz de Henry, porque vino a Paris me preguntaba, que hacia aquí me cuestionaba, pero estaba muy feliz de verle.

Henry, se acerco y me dio un abrazo tan fuerte, pero tan fuerte como si realmente necesitara de un consuelo, levante mis brazos y también lo abrase con fuerza, no dijimos nada, al mirar su rostro el estaba melancólico y triste, mis manos tocaron sus mejillas, estaba helado, desde que hora estaría aquí, el me miro también, nuestros ojos no parpadearon cuando se cruzaron por algunos segundos, y a pesar la ruidosa ventisca, los latidos de mi corazón resonaban con fuerza, de pronto sentí una calidez en mis labios, Henry me estaba besando, mi primer beso en este hermoso lugar, todo es perfecto, pero no todo es normal.


contrato de muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora