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Despertaron al sentir sus estómagos vacíos.

Abrieron sus ojos lentamente, y se encontraron con la escena sorpresa de que sus cuerpos parecía sólo uno. Sus extremidades enredadas, torsos uno junto al otro,  sus rostros tan pegados que prácticamente babearon la cara del contrario.

A pesar de estar recién despierto, la vergüenza se apoderó de Yeonjun, quién en seguida se despegó del cuerpo ajeno. Aunque su acompañante no tenía ningun problema, al contrario, su cuerpo estaba feliz y rebosante de energía.

—Ojalá durmieras conmigo para siempre, tu cuerpo completo es cómo una canción de cuna, descanse muy bien. ¡Me siento cómo nuevo! —exclamó Soobin, restregando su cara en el pelo suave de Yeonjun.

—Me gustaría decir lo mismo, pero a mí espalda no le agradó mucho el piso —bromeó Yeonjun, intentando aligerar el ambiente, en realidad solo él estaba incómodo. Ambos estiraron su cuerpo para eliminar cualquier rastro de sueño y despertar sus músculos.

Minutos después, ya bien despiertos, el estómago de Yeonjun lo delató de su gran hambre, pero en esta ocasión a los pocos segundos el estómago de Soobin también rugió, rieron juntos y decidieron que tenían que comer algo.

Al poco tiempo ya todo se encontraba en su lugar.

Habían bajado de la cajuela una canasta con los necesario para alimentar a ambos, en realidad era muchísima comida, entre ellos dos podrían comer las porciones para 4 personas. Es normal, seguimos en crecimiento, pensaron al ver toda la comida junta.

— También traje esto —dijo Soobin mientras sacaba una botella vino tinto — no lo malinterpretes, sólo pensé que sería lindo, la robé de casa de mis padres y ésta es la única ocasión que creo que merece tomar vino del caro.

—Me preocupa que sea robada —rió Yeonjun, luego empezó a sacar las cajas de lunch con comida dentro, acomodó las guarniciones a la par que Soobin servía el vino en las copas. Ambos empezaron a comer mientras charlaban, se acabaron la primera copa de vino y al servirse la segunda ya habían terminado de comer.

Disfrutaron del vino, la compañía y el aire fresco que se les otorgaba.

Yeonjun rompió el silencio— En serio Soobin, muchísimas gracias por todo esto. Estar solos en este lugar tan tranquilo me hace sentir muy relajado.

—Ya te dije que no es nada —sonrío amable— lo hago porque me gustas.

—Tu también me gustas —respondió el peliazul sonriendo, y se recargó en el hombro del más alto.

—Hoy andas muy hablador —lo tomó de la espalda y lo atrajo hacia su pecho.

—Es por las dos copas de vino que me diste —miró hacia arriba encontrándose con la mirada del contrario. Cómo un imán sus bocas se estaban atrayendo, lentamente se acercaban hasta que llegaron a un cómoda posición en dónde sus labios se encontraron.

El beso fue suave y dulce con un leve sabor a  uva y alcohol. Hasta que Yeonjun le pareció buena idea cambiar de posición porque estaba incómodo, así que sin verlo mal se sentó en el regazo de Soobin. Obviamente éste no se quejó y siguió besándolo, hasta que se emocionó un poco de más y profundizó el beso, tomando a Yeonjun de los muslos para acomodarlo mejor y a la par alzando su pelvis, provocando un gemido en ambos.

—Probablemente debamos detenernos aquí —dijo Yeonjun al ser el primero en separarse, agachó su vista muy sonrojado, ese sonido había sido ridículo según él. 

Soobin también tenía mucha vergüenza, se dejó llevar por el ambiente, no quería que Yeonjun pensara que sólo lo quería para eso.

—Lo siento —Soobin escondió su rostro en el cuello de Yeonjun, quién seguía aún en su regazo— vamos al pequeño río, será divertido.

SKULD || Soojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora