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—Mi bebé, te extrañaré demasiado —lloriqueo su madre, Yeonjun y su padre solo la miraron raro— ya sé que vendrás a casa cada mes, pero igual extrañaré verte todos los días —el ahora universitario, envolvió a su madre en un cálido abarazo, diciendo que también la extrañaría. 

Cuando estuvo a punto de subir a su habitación del edificio su padre lo detuvo y le entregó una tarjeta— Aquí te mandaré dinero cada mes, cuidala bien.

—Pero papá... yo tengo mis ahorros para la comida y el dormitorio es parte de la beca, lo único que debes pagar es el semestre, no gastes más en mí, con lo que tengo alcanza —y su hijo devolvió la tarjeta.

—Tu no fuiste el único que trabajo y se esforzó —su padre desvió la vista para no ver a su hijo directamente— desde hace tiempo te vi dar todo de ti, estudiando y trabajando al mismo tiempo, sinceramente me sentí un mal padre. Entonces, di todo de mí para conseguir un mejor empleo y ahorrar, ahora ya gano más Yeonjun, no te preocupes por el dinero.

Se sintió conmovido por las palabras de su padre, no siempre somos conscientes del esfuerzo que hacen los demás por nosotros, Yeonjun siempre fue agradecido con lo poco que le daban para gastar, pero hasta ahora se dió cuenta de que su padre fue más allá de lo esperado y empezó superarse, así que se prometió hacer lo mismo.

Sus padres lo dejaron frente al edificio en dónde se supone estaría su dormitorio, subió por el ascensor ya que cargaba con dos cajas y una bolsa, pero al momento de abir la puerta con su tarjeta, ésta denegaba el acceso. Intentando descubrir porqué no lo dejaba pasar se dió cuenta de que a su alrededor sólo pasaban extranjeros.

Oh mierda. Se equivocó de edificio, cuándo salió sus padres ya no estaban, así que tuvo que caminar. 

Secó la leve capa de sudor en su frente con el dorso de su mano, le dolían los músculos de los brazos y su espalda, pues había caminado más de tres cuadras para llegar al lugar correcto. Las cajas eran pesadas, y hacía mucho calor.

¿Ya había mencionado que la universidad era inmensa? En caso de que no, mientras caminaba lo recordó, el maldito campus era gigante, tenia 508,690m², que es como 72 campos de fútbol, incluso hay autobuses para movilizarse dentro del mismo.

Se encontraba en su nuevo dormitorio, notaba que era muy ostentoso; la puerta tenía lector de tarjetas, las paredes de un color beige muy claro, el suelo tenía alfombra blanca; lo primero que se encontraba al entrar era un pasillo de alrededor 1 metro y medio, y un perchero detrás de la puerta. En una de las paredes del pasillo había una puerta deslizable que dejaba ver el interior del baño y la regadera; en la parte derecha de la habitación había un mini-refri, un lavabo y una pequeña estufa, luego un armario; mientras que en la parte izquierda se encontraba un pequeño estante, un escritorio pequeño, y también estaba su cama individual con una mesita de noche color beige oscuro a un lado.

Suspiró dejando lentamente en el suelo las dos cajas con sus pertenencias, entre estas destacaban los libros y la ropa, luego estaban un par de trastes entre ellos; vasos, platos, palillos etc. Además de las cajas llevaba una bolsa con sus cobijas.

Su estómago rugió y decidió calentarse algo de comer, no podía ordenar sus cosas con el estómago vacío. Después de lavar uno de sus dos platos, prosiguió a organizar; puso toda su ropa en el clóset, y colgó en ganchos la ropa que se arrugaba fácil; tendió su cama y llenó su mesita de noche, colocó algunos pósters en la pared.

Al momento de terminar, caminó hacia el centro de la habitación y dió una vuelta de 360° sobre su mismo eje, observando que todo estuviera en su lugar.

Era raro estar completamente solo, pero no había de otra más que acostumbrarse.

Al día siguiente se despertó mas temprano de lo usual, estaba un poco nervioso por su primer día de universitario aunque también se sentía sumamente emocionado.

SKULD || Soojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora