katsuki es un alfa soltero de 26 años el cual hizo una apuesta con su mamá.
-si no tienes una familia antes de los 27 regresarás a casa-
¿lo lograra?
o le tendrá que pedir ayuda a su lindo vecino
Al día después de la supuesta pelea Y de que mitsuki nos obligará a taro y a mí a pasar tiempo juntos, dije obligado por qué nos saco del departamento, ahora estamos sentados en la banqueta adelante del edificio.
-y bien ¿Qué vamos a hacer? — me preguntó taro mientras raspaba su zapato en el pavimento
-espera — saque mi teléfono para buscar ideas de que podemos hacer mientras estemos afuera. Después de una larga búsqueda conseguí un plan.
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-mocoso ¿a dónde quieres ir a comer? — taro se me quedó viendo por un largo tiempo, se veía que le costaba elegir un lugar — ¿Ya decidiste o me seguirás viendo?
- ¡yo no te estaba viendo! — el niño se paró y puso sus manos en su cintura luego me señaló — ¡vamos a Chuck E. Cheese's!
-ese lugar huele a pies y a niños sudados, perfecto vamos
Los dos nos subimos a mi auto y emprendimos un viaje al restaurante infantil.
— sabes sería mejor llevarte a un burdel — susurré pero para mí mala suerte taro me escucho
-¿Qué es un burdel? — mierda, cómo se le explicó a un niño de siete años que es un burdel
- un burdel es...es... Es un lugar donde trabajan omegas bonitos — mis nervios me delatan
- ¿como mamá? ¿El puede trabajar ahí ? — las preguntas me tomaron por sorpresa, casi choco que bueno que los dos tenemos el cinturón
-si podría, pero mejor que no lo haga, créeme no te gustaría ni a ti ni a mí, si no le dices nada de esto a tu mamá te prometo que te compro el juguete que quieras — el niño me vio y acepto
Cuando llegamos al restaurante taro no espero más y salió corriendo del auto, el enano ni siquiera me espero pague el pase de estacionamiento y fui en busca del peliverde, lo vi cerca del escenario en donde se encontraban esas cosas terroríficas que cantaban, todo el tiempo lo estuve siguiendo con la mirada hasta que vi que un niño de su misma edad lo empujaba y le gritaba algo que no escuché, pero tenía que ser algo malo por qué los demás niños se reían mientras taro se aguantaba las lágrimas, los niños se fueron dejando a taro tirado y tratando de no llorar, camine hacia el.
- ven a comer — le dije mientras me arrodillaba a su altura — tu pizza se va a enfriar
Taro me miró y asíntio, se paró y se limpio su pantalón. En la mesa los dos comíamos en silencio pero la curiosidad me mataba así que le pregunte
- ¿conocías a esos niños? — le pregunté mientras lo miraba comerse su quinta rebanada de pizza
- son de mi salón — me respondió como si nada
- ¿por qué te estaban molestando? — vi como taro dejaba su comida a un lado y dio un suspiro
- prometes no contarle a mi mamá — me dijo mientras alzaba su dedo meñique, yo enrede mi dedo con el suyo sellando su promesa — me molestan por qué se enteraron de que solo tengo un papá — me explico mientras volvía a comer
