IV. Sara

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Me sentía agotada, ahora sí estaba al límite pero aún así quería seguir peleando y él, él estaba como la fresca lechuga en primavera.

- Descansemos...

- No, aún puedo seguir...

- Estás cansada y en tus límites, no te exijas de más... - me estaba aconsejado

- ¿Qué no exceda mis límites? Si tú eres el que primero los excede... - le contesté. - Sí te doy un golpe más tú preparas la cena de hoy... Qué sea salmón ahumado por favor.

- Si no, tú lo preparas.

- Trato. - empezamos a pelear de nueva cuenta. Esquivaba sus golpes y los bloqueaba, yo trataba de seguir en pie, era difícil. Seguimos así un par de minutos más hasta que me acertó un golpe en la cara

- Sara...¿Estás bien? Creó que me excedí - me ayudó a levantarme.

- No te preocupes es solo un rasguño...

- ¿Rasguño? Estás sangrado, creo que te lastimé el labio. - Tocó mis labios, tenían sangre. - debemos ir al hospital. - Sentía ese impulso eléctrico, cuando el me tocaba no importaba nada.

- Cuándo llegué me curo... - Le dije, no era gran cosa - Me daré una ducha y dormiré... - empezamos a caminar de regreso al departamento.

******

Era viernes por la noche, y salía del turno.

- Sara... Vámonos de peda...

- Sí... He tenido una semana difícil y quiero beber algo. - no reproche nada y seguí a mis amigas.

El bar era uno de los populares de la ciudad.

- Noche de chicas... - gritó Laura.

- Si, voy a la barra por una cerveza... - se desapareció y fue por su cerveza.

- ¿Qué desea ...? - preguntó el bar tender.

- Cerveza clara...

- En seguida...

- Yo la pago - dijo un chico alto, guapo y tipo con el que yo pasaría la noche, necesitaba descansar de todo, una noche libre para mí, lo necesitaba, lo deseaba, quería anhelaba.

- Gracias pero puedo pagar... - contesté, algo me decía que por más que quisiera pasar la noche con el, había alguien esperando mi llegada.

- Vaya feminista...

- No es sólo... Gracias tuve una mala semana... - el bar tender le dio su cerveza, yo seguía con la mía.

- Una chica linda con mala semana... Tómate la cerveza y vayamos a mi departamento a pasar la noche... - se me acercó. No era feo, bastante guapo, facciones rudas y bien definidas, barba tipo leñador y un aire de chico rudo y rebelde. No lo pensé y me fui con él, a pesar de esa voz en mi cabeza diciendo qué no.

- Espera... - no caminé ni dos pasos cuando me sentí mareada - creó que la cerveza no me hizo bien... Gracias por la invitación pero me iré a mí departamento. - me alejé y fui a la salida, necesitaba ahora salir de ahí. Mi vista se nubló un poco y empecé a tambalearme.

Híbrido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora