Al llegar a la estación observó los números de los andenes. Su padre había dicho claramente "andén 9 y 3/4 ", ¿qué demonios significaba eso? Suspiró. Ellos se habían despedido antes de entrar en la estación y la habían dejado completamente a su suerte, ¿éso significaba ir a Hogwarts? ¿Aprender a buscarse la vida de esta manera?
-¿¡Y cómo se supone que llego al andén 9 y 3/4!? - gritó soltando su maleta para poder extender los brazos
Frunció los labios y se cruzó de brazos antes de sentarse en el suelo. Miraba al infinito murmurando miles de palabras ininteligibles en ucraniano y la gente la observaba como quien mira a quien acaba de salir de un psiquiátrico.
Una señora se acercó a ella con una sonrisa en la cara y le tocó el hombro de forma tranquilizadora.
-Creo que puedo ayudarte, ¿ves esa columna?
La chica la miró aturdida, un poco confusa y tras analizarla un poco asintió. La mujer se veía joven, con el cabello rizado de color castaño en bucles perfectos y su mirada se veía suficientemente amable como para, como poco, prestarle un poco de atención.
-Bien, pues sólo tienes que ir en ésa dirección con decisión, sin pararte hasta llegar al otro lado -. Miró su reloj -. Y deberás darte prisa o cerrarán la puerta pronto
-Gracias... - dijo Anya con un hilillo de voz y se reincorporó sacudiéndose los vaqueros
Para cuando fue a agradecer mejor a la mujer, esta ya había desaparecido. Algo aturdida sujetó sus maletas y se acercó a la pared, la miró por unos instantes y tras ver a un grupo de chicos meterse a través de ella los imitó tan rápido como pudo. Contuvo un grito de terror y apareció al otro lado
-No se si podré acostumbrarme a esto... - comentó dirigiéndose al hurón
Luego se acercó al enorme tren rodeado de gente, abriéndose paso a través de la multitud para poder entrar. Una sonrisilla asomó por sus labios al darse cuenta de que lo había conseguido. Entró en un compartimento y tras colocar sus maletas se tiró en el sofá con los pies sobre éste para mirar por la ventana. La escena en cierto modo era especial. Todos se despedían con alegría y tristeza en los ojos, un flujo de emociones que no podría describirse con palabras
Se giró entonces hacia la jaula. Apenas había tenido tiempo de atender a su nuevo compañero. Abrió la puerta y le tendió la mano para sacarlo. Se lo acercó a la cara para mirarlo con atención mientras el animalillo se retorcía buscando caricias
-Aún no tienes nombre...
Y la puerta del vagón se abrió, haciendo que casi se le escapara el hurón de las manos. Lo apretó con un poco más de fuerza y el animal le mordió un dedo ante el susto
-¡Ay!
-Oh, perdona ¿te hemos asustado? - Anya sonrió un poco y ladeó la cabeza
-No ha sido nada
En el marco de la puerta apareció una chica de cabello pelirojo, ondulado y con pecas en el rostro que sonreía, y a su lado un chico de cabello liso, negro y de ojos verdes con expresión cohibida
-Disculpa... - repitió -. ¿No hay más sitios libres te importa si nos sentamos contigo?
La chica negó con la cabeza y dejó al hurón sobre el regazo. Ambos colocaron las cosas y se desplomaron sobre el sillón
- Yo soy Rose, Rose Weasley y él es Albus Severus Potter - señaló con el dedo a su primo y luego le tendió la mano a la chica
Albus miró a su prima de mala manera, a pesar de que no le desagradaban sus nombres odiaba que le llamaran con todos a la vez, justo como hacía su madre cuando se enfadaba con él. Además, odiaba que remarcaran su apellido como si fuera la gran cosa, algo que a su prima le encantaba
-Sólo dime Albus - añadió devolviéndole la vista a la chica
-Yo soy Anya Adler - dijo con una sonrisa suave
Nunca se había interesado por el pasado de la magia, y desconocía prácticamente todo de la historia de inglaterra así que los nombres le parecían de lo más comunes para ser de un país extranjero.
-Nunca te había visto por aquí -. Comentó Rose -. ¿Eres nueva?
-Eh... sí, bueno, acabo de trasladarme -. murmuró casi más para sí -. Empiezo en tercer año
-¡Oh! ¡Eso es genial! Vamos al mismo curso -. Rose se veía emocionada, tanto que parte de esa emoción se volvió contagiosa
-¿En serio? Menos mal, estaba un poco asustada por incorporarme de repente
-No te preocupes, todo aquí es genial, ¡espero que te toque en nuestra casa! Siempre necesitamos más chicas
-¿Vuestra casa? - preguntó levantando una ceja
Rose se horrorizó y comenzó a explicarle con pelos y señales la disposición de las casas de Hogwarts. La explicación fue extensa y Albus tomó al hurón para así evitar prestar atención. Aunque pasado cierto tiempo decidió que Anya ya había recibido suficiente
-¿Cómo se llama? - preguntó cortándola
-Ah... Aún no me ha dado tiempo de ponerle un nombre
-¿Has pensado en algo?
Se llevó un dedo al mentón
-¿Kora?
-Me gusta - dijo Albus sonriendo y Rose le dio la razón.
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Harry Potter (Fanfic) - Los descendientes
Fantasy-No, no y no. Y vuelvo a repetirlo: ¡No! Anya subió las escaleras de caracol con la gracia de un colibrí, haciendo que los zapatos claquearan contra el frío mármol blanco. Alina Adler nunca había sabido convencer a su hija, y quizás era por ello qu...