A pesar de haber hecho el ridículo, los demás compañeros de Gryffindor no la trataron como una fracasada. Estaban más sorprendidos por el hecho de que se incorporara en tercer curso y ella no los culpaba. A esas alturas de sus vidas la mayoría ya había compartido grandes experiencias, ya tenían a los que iban a ser sus amigos para siempre... y ahí estaba Anya, sola. Bueno, no del todo sola, tenía a Kora por supuesto, y había conseguido estar en la misma casa que Rose y Albus, incluso compartía habitación con la chica y algunas compañeras más... pero aún faltaba algo.
La mañana siguiente pudo ver todas sus cosas colocadas delante de la cama con dosel que ocupaba. Saltó de ella y buscó frenética en el interior del baúl hasta sacar el teléfono móvil. Lo encendió y comprobó tal cual esperaba, que no tenía cobertura, ni red, ni ningún tipo de señal. Estampó la frente en el baúl y el sonido hizo que la chica que tenía al lado se despertara.
-¿Estás bien? - murmuró somnolienta -. He escuchado un ruido
Anya estaba a punto de llorar, por lo que solo pudo enseñarle el pequeño aparato de pantalla táctil y murmurar
-No tengo señal
-¿Señal? - preguntó la otra desconcertada, ahora que miraba mejor estaba segura de que se llamaba Lucie.
Rose salió de la cama en ese momento y se incorporó a la conversación mientras se ponía la túnica
-Es un aparato muggle. A Anya le encantan los muggles
Las chicas comenzaron una conversación eufórica sobre los muggles, pero Anya estaba tan desconectada como su teléfono. Se levantó, se cambió de ropa y metió el aparatito en uno de lo bolsillos, justo al lado de su apreciada varita. Luego se acercó a Kora y abrió la jaula dejándola correr libremente.
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A pesar de haber pasado varios días, el colegio seguía resistiéndosele. Intentaba esperar siempre por Rose, ya que se perdía para llegar a prácticamente cualquier rincón. En cuanto se despistaba las escaleras cambiaban, las paredes creaban nuevas puertas o simplemente desaparecía el camino y tenía que quedarse quieta esperando a que la encontraran. A Albus seguía haciéndole mucha gracia, pero Rose empezaba a verse molesta.
-Anya, lo he estado pensando y creo que ahora mismo te hace más falta a ti que a mi - comentó el chico durante el desayuno
La chica le miró con la boca llena y vio un trozo de papel arrugado y bastante estropeado encima de la mesa.
-¿Qhf uhgf?
Rose se tapó la boca y miró a su primo de mala manera
-¡Me dijiste que no lo tenías! ¡Sabía que lo estabas utilizando!
-Oh, cállate Rose. Tanto tus padres como los míos lo utilizaron miles de veces, ¿aún no ves lo útil que es?
-¡Pero ellos NECESITARON usarlo! - exclamó la peliroja indignada
-Pero tus tíos no, estoy haciendo honor a su recuerdo
Rose contrajo los labios y lo miró asqueada. Eso había sido un golpe bajo y Albus también lo sabía. Sin embargo, lejos de arrepentirse desvió la mirada y volvió con Anya
-Es el mapa del merodeador - dijo como si tal cosa y sacó la varita -. < Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas >
Y entonces el mapa apareció ante sus ojos, ofreciendo además el saludo de 4 personas con nombres completamente estrambóticos.
-Lo hicieron mi abuelo y sus amigos, es súper util. Te muestra todos los pasadizos del castillo y ¿ves esto? - murmuró. Había empezado a hablar muy bajo y muy rápido tras desvelar el mapa -. Los puntitos son todos los integrantes del castillo. Aquí está la directora McGonagall.¿Ves? Luego no puedes olvidarte de decir < Travesura realizada >, y el mapa desaparece
Los ojos de la chica seguían siendo bastante escépticos a la magia, sin embargo, debía reconocer que era útil. Además, llevaba frustrada tanto tiempo como llevaba perdida, así que al menos solucionaría uno de los problemas.
Aún no había encontrado ni un resquicio de señal en todo el edificio, y mira que lo había intentado hasta el punto de acabar perdida en los parajes más remotos. De modo que empezó a estudiar algún método mágico (en contra de su voluntad) para conseguir colar algo de wifi en el recinto.
Había descubierto que le gustaba mucho la clase de encantamientos, y que para su sorpresa, odiaba la clase de estudios muggles. Sus libros estaban desfasados y se había encontrado varias veces discutiendo con la profesora González sobre la utilidad de varios aparatos. También había comentado el problema de señal del castillo y aunque había intentado ayudarla, al final la había enviado con el profesor Flitwick
-El castillo tiene innumerables defensas, es muy difícil que pase ninguna señal al otro lado de la barrera - explicó
-Pero podríamos fabricar un módem encantado - argumentó la chica
El profesor le miró arqueando una ceja y la chica acabó por desistir del mismo modo que con la profesora González.
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Rose sin embargo encontró su razonamiento bastante exacto, aunque tardó varias horas en hacérselo entender por completo y al tiempo ambas se encontraban en la biblioteca investigando al respecto.
-¿Estáis seguras de que conseguiréis algo? - preguntó Albus por vigésima vez
-Si no quieres ayudarnos no estás obligado - respondió cortante Rose
El chico suspiró y continuó hojeando uno de los libros. Un segundo más tarde se escuchó el golpe sordo de un libro contra la mesa
-¡YA SE! - gritó Anya
Proseguido de un "SHH" que provino de todas las esquinas. La bibliotecaria les miró con fuego en los ojos y siguió a lo suyo al ver que los tres bajaban la cabeza.
Miró un segundo a sus compañeros y salió de la biblioteca tras decirles que tenía que probar algo
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Tanto Rose como Albus empezaron a preocuparse cuando Anya no apareció a la hora de la cena, pero al entrar en la sala común la vieron sentada en una de las butacas frente al fuego.
-¡¡Anya!! Te hemos estado buscando ¿Dónde estabas?
La morena sonrió con ojos ligeramente desorbitados y marcadas ojeras. También se veía que tenía una parte del cabello ligeramente chamuscado
-Lo he conseguido
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Hola chicosss~ No me he muerto y la historia tampoco, siento la tardanza pero he estado un poco ocupada y entre exámenes, vacaciones etc, lo menos que me quedaba era escribir.
Güatever, aquí viene otro capítulo y la introducción está llegando a su fin, así que pronto empezarán a pasar cositas :0)
Gracias por leer~~
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Harry Potter (Fanfic) - Los descendientes
Fantasy-No, no y no. Y vuelvo a repetirlo: ¡No! Anya subió las escaleras de caracol con la gracia de un colibrí, haciendo que los zapatos claquearan contra el frío mármol blanco. Alina Adler nunca había sabido convencer a su hija, y quizás era por ello qu...
