Reunión de padres

Extra

Un tiempo después.

Kory respiró hondo, caminó por el sendero que conducía al área que había sido preparada para la ceremonia y salió al pasillo. Todo se veía simplemente perfecto desde las luces que parecían estrellas, hasta los arreglos florales en pequeñas macetas decoradas porque ella se negaba a arrancar flores y dejarlas morir. No podía esperar menos de sus damas de honor, después de todo eran el equipó que ganó las elecciones presidenciales hace un año y medió.

Todos sus amigos y familiares estaban allí, incluida la mismísima presidente de los Estados Unidos entre las damas de honor, un lujo que sólo Kory podía darse, pero ella sólo podía concentrarse en una sola persona, su mejor amigo y confidente al final del caminó, nada más importaba. Dick la observaba con los labios entreabiertos y los ojos completamente llenos de devoción y amor, una amplia sonrisa que se extendió por su rostro y pudo sentir lágrimas formándose en la comisura de sus ojos. El le devolvió la sonrisa, luciendo tan guapo y perfecto, que todo lo que Kory pudo hacer fue mantener su paso lento y constante en lugar de correr el resto del camino por el pasillo y arrojarse a directamente a sus brazos, mentiría si dijera que no había esperado ese momento durante años.

Ryan y Mary caminaban a su lado sujetándola por cada brazo mientras ella se aferraba a su ramo de flores, casi no podía sentir la música, apenas podía prestar atención a nada más que a Dick, su Dick, el amor de su vida, su alma gemela y el hombre que estaba a punto de convertirse en su marido. Era como si todo el resto del mundo se desvaneciera mientras se miraban el uno al otro, como si nadie más existiera excepto ellos dos.

Cuando por fin llegaron junto a él, los niños la soltaron y fueron a pararse a un lado junto con las damas de honor y los padrinos de boda, Kory se movió para pararse directamente frente a su futuro marido, pasando su ramo a Donna mientras lo hacía.

Dick se acercó y la tomó de las manos. —Kory, te ves ... —comenzó, con la voz temblorosa y lo suficientemente suave como para que solo ella lo oyera. —Te ves tan… tan…Hermosa.

—Tú también— susurró, y él dejó escapar una risa acuosa.

Mientras Kory se perdía en los profundos ojos azules de Dick, pensó con asombro que estaban a punto de convertirse en una pareja recien casada, luego de tantas idas y vueltas del destino.

—Kory, me has dado amor. Me has cuidado y me has hecho querer cuidar a otro. Me has hecho reír. Has cambiado mi vida. Te amo profunda y completamente, desde el día en que te conocí hasta el día en el que muera.— dijo Dick con lágrimas bailando en sus ojos, algo que emocionó y sorprendió bastante a Kory ya que, a pesar de ser muy reservado,Dick abrió su corazón enfrente de todos los invitados para dedicarle aquellas palabras de amor.

—Dick, me has mostrado risa y comprensión. Cuando estoy contigo siento soy una mejor persona.Te amo completamente con todo mi corazón, desde día en qué te conocí hasta el día en el que muera.

Luego del intercambió de votos siguieron los anillos, y finalmente el oficiante los pronunció marido y mujer.

Ambos se inclinaron y sus labios se encontraron en el medio. Vagamente, Kory pudo escuchar aplausos y vítoreos, pero todo palideció por completo en comparación con la sensación de ella y Dick compartiendo su primer beso como marido y mujer. 

—Te amo tanto—dijo Kory cuándo se separaron sin saber cómo demostrar la abrumadora oleada de emociones que sentía.

Etonces Dick tomó sus manos y le sonrió, con una sonrisa tan brillante y tan hermosa que creyó debería ser ilegal —Yo también te amo—dijo y ella supo que él entendía.

Finalmente cuándo la ceremonia llego a su fin y los padrinos junto a las damas arrastraron a los recién casados hacía la fiesta para que dieran su primer baile juntos cómo marido y mujer, Ryan se acercó a lado de Mary haciendo un sonido similar a un sorbido con su nariz. —Ellos se ven muy felices— se las arregló para decir con la voz entrecortada.

Mary asintió quitando la vista de sus padres en el centro de la pista para voltear hacia Ryan.—¿Te das cuenta de que todo esto es gracias a aquella pelea que tuvimos en el recreó?

Ryan sonrio en respuesta. —Definitivamente fue el mejor castigo de mi vida— luego tomó a Mary de la mano y ambos niños corrieron hasta la pista de baile para unirse junto a sus padres en la fiesta.

Sentí que faltaba algo para concluir la historia, así qué...