-Lo lamento mucho, Mila, yo...- la mencionada volteó mientras gruñía, sus ojos inyectados en una combinación de furia y tristeza.
-¡No mientas! No lamentas nada de esto, Nikiforov, porque tus estúpidos Omegas están a salvo- miró al hombre mayor de edad que yacía en el suelo y soltaba jadeos lastimeros -Perdóname, padre.
-Viktor...- el chico de cabellos oscuros estaba demasiado tranquilo, tal vez era por lo dicho anteriormente.
-Yuuri, déjame explicarte...- Viktor tomó la mano de su destinado pero calló al ver cómo este tenía los ojos perdidos y una expresión vacía.
-No me toques- susurró, tan bajo que el llanto de Mila no dejó que Viktor escuchase.
-¿Perdón?- balbuceó el platinado, con miedo a estar cometiendo un error.
-¡Que no me toques, Nikiforov! ¡No des un paso más hacia mi dirección, no te tengo confianza!- Yuuri jaló su mano hacia su pecho y dió dos pasos hacia atrás.
-Yuuri, mi Yuuri, él es como mi hermano menor, mi amigo- Viktor trataba de negociar con Yuuri pero por cada paso que daba él, su Omega daba otros dos hacia atrás.
-¡Y yo soy tu destinado... Yo era...!- Viktor se quedó estático en su lugar, mientras Yuuri jaloneaba de su cabello.
-Lo eres Yuuri, siempre lo has sido- la extrañeza y la decepción se pudieron ver en su rostro, cruzando sus ojos -¿No lo escuchaste? ¿No lo sientes?
-No pienses que volverás con solo hablar y que caeré de nuevo en tus brazos- Yuuri cargaba una voz tan tranquila que cualquiera que la escuchase pensaría que estaba en paz, pero la verdad detrás de eso era más que un volcán de emociones -Puedes quedarte allí si quieres, ya no sé quién eres, mucho debo aprender.
-Yuuri, todo esto es verdad, solo déjame explicarte mi plan y...- Viktor alargó su mano para tocar la mejilla de su destinado...
¡Plas!
Fue el único sonido que retumbó en los oídos de todos los presentes, la palma de su mano quedó completamente roja mientras que Yuuri mantenía su mano derecha contra su pecho, mientras que con la izquierda se sobaba el dorso de la mano contraria.
-¡Que no dieras otro paso más en mi dirección!- sus ojos se llenaban de lágrimas mientras que su garganta dejaba salir jadeos lastimeros -Si mío creías que eras.... No.
Viktor se quedó de piedra en su sitio, sentía como todo lo que amaba y por lo que luchaba se escapaba de sus manos... ¿Por qué había hecho todo mal? ¿Por qué Yuuri tenía que presenciar todo aquello?
Mientras aquellos lobos luchaban demasiado agresivos el señor Babicheva se sacudió el polvo con una flemática calma tan irritable y desesperante que Yuuri se pensó seriamente en qué ese hombre disfrutaba como su hija era mordida y casi desgarrada por los filosos colmillos de Viktor.
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Lazos Prohibidos
Fanfiction«Nuestro amor siempre fue como las llamas del fuego, al principio muy hermosas... Pero siempre destinadas a extinguirse» -¿¡DESTINADOS!? ¡Esa mierda no existe! No quiero oír más sobre ello. -¿¡Creaste un lazo con ese feo Omega!? ¿Estás loco? -Yuri...