Eres lo único que necesito.

69 10 5
                                    

«—Travis vete a casa...
—Tu eres mi casa» -Maravilloso Desastre, Jamie McGuire.

—¿¡Viktor!?— Yuuri se encontraba en medio del pasillo, estaba dirigiéndose a su cuarto para leer algo, pero se sorprendió al ver a Viktor al principio de aquél largo corredor, se encontraba sudado y rojo... ¿Yurio no le había dicho que ninguno de los dos llegaría ese día?

—¿Puedo pasar?— preguntó, serio y jadeando.

—Yo... No creo que...— Viktor lo miró con una ceja levantada, su olor lo comenzó a intimidar, puesto que olía como si estuviera enojado. El Omega no podía compartir esa habitación con nadie ya que iba contra las reglas, dudó en no respetarlas, pero al ver que el Beta, que resguardaba aquél largo pasillo, los miraba, se arrepintió —Vamos al otro cuarto, por favor.

—Bien— bufó Viktor. Caminaron demasiado rápido por todo el lugar, ganándose miradas curiosas en el proceso; cuando al fin cruzaron la puerta, Viktor corrió hasta la silla y se dejó caer sobre ésta.

—¿Qué...?— calló cuando vió como Viktor se tomaba, con el dedo pulgar y el índice, el tabique de la nariz y cerraba los ojos. Luego de un rato el Alfa suspiró, abrió lentamente sus párpados y dirigió su mirar a Yuuri, esperando que prosiguiera —¿Qué te trae por aquí? El fundador Yuri me dijo que...

—La junta estuvo más corta de lo previsto— cortó, secamente, el habla de su compañero. Mintió, ya que en realidad corrió hasta allí con el único propósito de ver a Yuuri y que éste lograra calmar sus sentimientos; el problema fue que cuando llegó hasta él ni siquiera lo miró a los ojos, bajó la mirada en cuanto lo vió y no se había dignado a mirarlo correctamente; esto hizo enfurecer aún más a Viktor.

—Ya, bueno, no te esperaba, lo lamento— habló, divagando, se acercó a la cama y se subió a ella. Tenía miedo, intentaba no transmitírselo al Alfa sentado a su lado, pero desde que le vió el rostro tuvo mucho miedo a lo que habló con Pichit. ¿Y si al verse no sentían esa conexión? ¿Significaría que no son destinados? ¿Qué haría si eso fuera verdad? Viktor podría encontrar a su destinado en cualquier momento y eso... Lo destrozaría.

—¿Está todo bien?— preguntó el mayor, trataba de estar calmado y hacía un esfuerzo sobrehumano para ser razonable. Su Alfa interior ya estaba enojado por lo último que le dijo Babicheva, sabía que no debía desquitar eso con Yuuri, pero su Alfa lo estaba obligando a querer someter a su Omega por grosero; su Alfa no entendía que no era una ofensa, que Yuuri tenía razones para no mirarlo a los ojos, él solamente quería obligarlo a ponerle la atención adecuada.

—Sí, sí, ¿por qué habría un problema?— Viktor gruñó, le molestaba mucho más que su Omega intentase irse por las ramas, nervioso por lo que sea que pasara por su cabeza. Por su lado, Yuuri no quería decepcionarse, no quería salir lastimado, ¿estaba siendo muy negativo? Sí, pero no podía evitarlo. ¿Por qué la Luna Madre haría que él, tan insignificante y miserable, fuera el destinado de alguien tan perfecto cómo Viktor?

—Yuuri, mírame— habló suavemente, conteniendo su rabia para no espantarlo, tampoco quería cometer una estupidez. Yuuri no alzó la mirada, sólo jugueteó con sus manos entrelazadas. Mencionó su nombre, una vez más, con tono de advertencia, pero eso tampoco funcionó —¡Yuuri, mírame!

—Viktor, yo...— iba a volver a disculparse, pero escuchó como el mencionado se levantaba de la silla.

Mírame, Omega— no quería usar su voz porque sabía que a Yuuri no le gustaba, pero su Alfa no dejaba de molestarlo con lograr que su Omega lo mirase. Yuuri subió la cabeza pero cerró los ojos, así que lo agarró del mentón, le apretó las mejillas y luego se vió interrumpido —Omega, he dicho que me mi...

Lazos ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora