XXIX

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[Si ven cualquier fallo en la traducción no duden en comentarlo! :)]

SRA. HELLMAN'S.

Había esperenciado muchas dificultades a lo largo de mi vida, algunas cosas más difíciles que otras.

Cualquier cosa, desde la pérdida de un cachorro a los ocho para ser robado y muerto a los diecinueve. Pero nada, no hay nada peor que la sensación que tienes cuando ves a tu único hijo tumbado, golpeado y herido, casi irreconocible, en un charco de su propia sangre.

Hice que Louis lo llevara de inmediato al hospital, pero yo hasta ahora no lo había visitado. Trataba de tapar el pánico exigente que sentía y la pregunta de si él estaba vivo, tenia que continuar con mi institución.

Y trabajar en un funcionamiento mejor, para el caso de asegurar que nada como esto volviera a suceder. Tenia que deshacerme de cualquier daño que pudieran hacer y no guardarlo en Wickendale. Parece que a partir de ahora tendría que dirigir este lugar como una prisión en vez de un centro mental, después de todo, eran delincuentes.

Pero, por una vez, no se trataba de Wickendale.

Se trataba de mi chico. Mi hermoso bebé, mi problemático chico. Él con veintiún años, era muy inteligente para su edad, y a pesar de todo yo estaba orgullosa de él.

Y ese monstruo de Harry, lo había golpeado casi hasta la muerte. Así que por supuesto tenía que hacer algo al respecto.

Algo para que él y su pequeño novio se fueran de mi vista al menos un tiempo, algo que pudiera impedir que pararan lo que fuera que estaban intentando hacer.

Creo que la terapia de electroshock resolvió el problema. Todavía recuerdo, cuando Louis gritaba y lloraba desde el otro lado de la puerta. Ese momento me dio poder, me recordó que no importaba lo que hiciera, yo tenia el control.

Ellos eran simplemente piezas en el juego.

Y me gustaría decir que Harry se lo merecía.

Me gustaría pensar que había sido él la persona que despellejó a esas mujeres, pero en el fondo, y aunque rara vez lo hacia, admitía que este no era el caso.

James siempre había sido diferente, y siempre lo había cubierto y había mentido por él mientras el iba a hacer sus actividades. Nunca me explicó cuales eran esas "actividades" pero por alguna razón, yo sabia la verdad.

Pero me escondí esa intuición y encerré ese pensamiento, y lo cubrí con la plena confianza de que mi hijo era un buen chico. Me negaba a creer lo que yo sabia que era verdad por el bien de mi hijo y la mía.

Un ligero ruido, una agitación de la cama del hospital me sacó de mis pensamientos. La cama estaba en la pared del fondo, y un pequeño escritorio al otro lado.

Había un armario lleno de suministros médicos a la izquierda, así como vías intravenosas. James estaba tendido bajo una sábana blanca delante de mi mientras yo estaba sentada en una silla de plástico.

Tenía un aparato ortopédico en su cuello, una venda en la nariz, una bolsa de hielo atada a su cabeza que tenia que ser cambiada regularmente, un labio cortado y el ojo hinchado atrozmente. También hubo muchas otras vendas en su piel mientras su dolor disminuía, pero parecía que estaba consciente.

"James" le dije. Su cabeza se giró hacia un lado mientras miraba en reconocimiento. "¿Puedes oírme?"

"Sí." Dijo con voz ronca.

"James, lo que hiciste ayer estuvo totalmente fuera de lugar. ¿Cómo pudiste ser tan idiota?"

No parecía sorprendido o curioso por saber de lo que estaba hablando.

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