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El olor a cerveza, cigarro y hormonas que había en esa casa entraban por las fosas nasales de ese lindo chico de tez levemente palida. 

No pasaban de las 12 de la noche y algunos de sus amigos y conocidos estaban pasados de alcohol y muy drogados como para recordár que fecha era.

Mauro monzon solo miraba como aquella chica de lindas caderas bailaba al ritmo de la música, no pensaba en nada pervertido al mirar a esa chica bailar, tampoco planeaba acercarse a ella para pedirle su número, aunque era linda, no quería molestarla y solo pensaba en que debía dejar todo eso de lado. 

Por favor, se emborrachaba hasta quedar casi muerto sobre el sofá, casi siempre era llevado a su departamento por su mejor amigo y al siguiente día despertaba con una horrible resaca que podría durar por días. 

Ya pasaba de sus 21 años, 23 años para ser exactos, no tenía una novia, ni siquiera un perro que le acompañase en su maldita vida de soledad. 

En su mente llevaba días pensando sobre formar una familia, pero no podía, no había chica que quisiera un tipo bueno para nada o al menos eso creía él, pues las chicas lo habían rechazado algunas, (muchas) veces diciendo "No eres lo que buscó, lo siento" de una manera no ofensiva, pero igual hiriente. 

Pero sus esperanzas de poder formar una familia volvieron al mirar ese volante de casa hogar con un lindo diseño y legado. 

"Casa hogar las rosas

Si tu sueño es formar una familia, puedes adoptar darle una casa y buena vida a un niño que lo necesita."

Lo había encontrado, leído y buscado información de ese lugar, pero sus esperanzas recayeron de nuevo al mirar que uno de los requisitos para adoptar era estar casado. 

Cosa que no estaba y ese era su problema. 

—Bro..— La voz de su mejor amigo se hizo presente a sus espaldas, mauro apartó la mirada de esa chica para mirar a su amigo, Matías Spallatti —Deja de mirarla o la atravesarás — se burló Matías, mauro le dio una mirada de desaprobación y le dio un trago a su cerveza. 

Su amigo era un respaldo en su vida, varias veces le había salvado el pellejo de algunas peleas en bares gracias a meterse con chicas prohibidas. 

Su mejor amigo era como su ángel guardián y le agradecía bastante. 

—Algo te molesta ¿qué es? —Habló de nuevo el pelinegro dando un trago a su botella de cerveza 

Mauro soltó un suspiro y se giro dejando su botella sobre la barra. 

—¿Soy un bueno para nada? — preguntó el peli-gris tomando por sorpresa al chico a lado de él 

Matías no sabía que responder, apreciaba a su amigo, pero tenía que admitir que algunas veces mauro parecía un bueno para nada. 

—No contestes, sé que lo soy...— Dijo mauro para después empinarse la botella de cerveza, Matías lo miro y suspiró 

—Esta será mi última fiesta — afirmó mauro bastante decidido, Matías le miro con miedo. 

—No piensas suicidarte ¿o si?— preguntó con preocupación aunque se podía percibir un poco de burla en sus palabras, mauro le miró y le hizo una mueca. 

—No.— monzon frunció su ceño y dio otro trago a su cerveza — Adoptare — Dijo con firmeza, sus palabras fueron escuchadas por su mejor amigo quien le miró con pánico. 

—mauro, ¿te drogaste? — Preguntó mirando a los ojos de su mejor amigo, buscando alguna mancha rojiza en ellos, mauro negó mirándole mal — Amigo lo que estás diciendo es una locura absoluta ¿Adoptar? Mauro, ni siquiera tienes pareja — Dijo Matías negando rápidamente — y apenas sabes cuidarte a ti mismo, ni siquiera sabes como cambiar un pañal, mauro. — dijo matias mirándole con pánico

Matías decía la verdad, monzon no sabía como debía cuidarse un bebé, pero aprendería hacerlo, tal vez los tutoriales en youtube podrían servir. 

—Aprenderé mati, se que es una locura, pero quiero dejar de hacer esto! — alzó sus manos apuntando a todo el lugar, refiriéndose a la fiesta — amigo, embriagarme hasta el desmayo ya no es divertido, quiero saber que es poder cuidar de otro ser vivo que aún no tiene la capacidad de cuidarse, quiero enseñarle lo bueno y malo de la vida, enseñarle muchas cosas, ser la figura paterna de alguien — mauro soltó con toda la sinceridad del mundo, pues realmente quería poder hacer eso. 

—mierda...—Susurró Matías, las palabras de su amigo le habían llegado, pero aun seguía pensando que era una locura y una tontería 

Mauro miró a su amigo esperando que este dijera alguna otra palabra coherente, pero él pelinegro solo soltó un suspiro y mauro sonrió 

—no creo que sea buena idea, pero te ayudare en esto — Dijo Matías sabiendo que después se arrepentiría de sus palabras ¿o no? 

Solo quería que su mejor amigo fuese feliz y si eso lo hacía estar alegre, él le ayudaría en cualquier cosa. 

Mauro dio un grito, uno no muy masculino y abrazó a su amigo. 

—Gracias, me acompañaras mañana a solicitar la adopción, ya está decidido. — Hablo mauro bastante emocionado, tendría una familia aunque esta fuera de dos, él la tendría y sería feliz con eso. 

Él y su bebé o beba serían felices 

Matías miró la felicidad en el rostro de su amigo y ni siquiera se atrevió a protestar por aquella decisión que el menor había tomado sin antes preguntarle. 

"Te estas metiendo en una grande, mauro" 

Pensó sin imaginarse que él igual se metía en el mismo lugar. 

Hey, espero que alguien que le guste este shippeo lo lea, realmente llevaba bastante tiempo queriendo publicar historias con estos protagonistas pero nunca me animaba

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Hey, espero que alguien que le guste este shippeo lo lea, realmente llevaba bastante tiempo queriendo publicar historias con estos protagonistas pero nunca me animaba.

Nada de lo que lean aca va estar unido con la realidad.
Todo es inventado excepto los personajes.

Quería una historia litcko, pero ninguna de las que leia esta terminada y decidí hacerla yo adaptando una de las que ya habia terminado, asi que espero alguien la lea.

Y solo esperare a que esa gente llegue.
Gracias por leer y votar.

Mati, ayudame a adoptar - litcko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora